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El Museo del Ferrocarril es parteaguas para una política cultural distinta: Olguín

OAXACA, OAX., febrero 11.− Ni los funcionarios del municipio de Oaxaca de Juárez saben lo que se está “realizando en el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur (MFMS) y, si no paran las obras, lo va a hacer la comunidad”, advirtió el grupo de la sociedad civil Defensores del MF.

Porque el MFMS se “encuentra inscrito en el Sistema Nacional de Museos, constituye un monumento histórico patrimonio de los oaxaqueños, México y el mundo muy especial y significativo; es un espacio plurifuncional, un proyecto de ciudadanos y, por sus características, una experiencia única en el país”.

Más aún, precisó el antropólogo Santiago Olguín, integra un “modelo cultural de espontaneidad que mezcla actividades artísticas y ciudadanas y que es un parteaguas para, a partir de él y por el momento que se vive en el país y el Estado, emprender una política cultural distinta” en Oaxaca.

Y en su conformación, coincidieron los artistas Julio García y Gabriela Léon, fue pieza clave su integrante fundadora y ahora ex directora durante ocho años, Yadira Rodríguez, “una mujer que ha sido líder de los artistas y que la gente quiere y respeta, y a la que, en vez de correr, se le debió dar un premio”.

Todo lo anterior salió a flote durante la reunión que tuvieron en días pasados los Defensores del MF y funcionarios de esta capital: el secretario de Desarrollo Humano, Leandro Hernández García; la subsecretaria de Salud, Educación y Cultura, Liudmila Zárate Velasco; y el director de Cultura y Espectáculos, Jorge Machorro Flores.

La reunión continuará hoy, a las 17 horas, precisamente en el MFMS, ubicado en Calzada Francisco I. Madero 511, Barrio Ex Marquesado, dentro de un ambiente en que hay más dudas y preguntas que certezas y respuestas.

Entre tantas más, ¿el MFMS continuará con su perfil libre, espontáneo, contracultural, mezcla de proyectos ciudadanos y artístico-culturales o se convertirá en Centro Comercial o Centro de Convenciones? ¿La inversión económica para las obras que ahí se realizan es de la anterior administración municipal de Oaxaca de Juárez –o incluso de la previa a ésta− o de la Fundación Harp Helú?

¿Dónde está el proyecto ejecutivo de la obra: hay proyecto ejecutivo? ¿Dónde están las canteras originales de la entrada principal del edificio del MFMS y la herrería correspondiente?

Esperando el tren

En la reunión pasada, Jorge Machorro Flores informó de forma ambigua sobre las obras que se realizan en el MFMS , porque “se desconoce dónde está el proyecto ejecutivo: posiblemente se encuentre en el archivo de la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez o en las oficinas locales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) o en la Fundación Harp Helú. No se ha dado con él”, reconoció.

De acuerdo con su versión, las obras de “recuperación y rehabilitación” del MFMS las realiza la empresa Desarrollo de Ingeniería Civil y Tecnología S.A. de C.V. (Dictec) con una inversión de 26 millones 434 mil pesos, y “las supervisa la Fundación Alfredo Harp Helú, el INAH y el municipio de Oaxaca de Juárez”.

Planos en mano, intentó explicar la magnitud y alcances de los trabajos en el MFMS, los cuales dirige el arquitecto Rodolfo Antonio Alegría Reyes, quien le informó que “por el momento no se le podía proporcionar el proyecto ejecutivo solicitado debido a que es una obra de restauración y sufre cambios”.

En todo caso, según el “informe general, la restauración consta de tres áreas a intervenir”, la barda de adobe ubicada sobre calzada Francisco I. Madero, la bodega de carga y embarque y el edificio de la Antigua Estación del Ferrocarril.

Si vemos los planos, dijo Jorge Machorro, “se presume lo que se está haciendo… desde la administración pasada, los responsables… están ya señalados varios espacios que como que corresponden a la idea que presumimos nosotros se tiene sobre cuál es el uso” que se les va a dar.

“Nosotros también estamos en la pesquisa”, aclaró. “Hemos solicitado absolutamente toda la documentación, por supuesto que al INAH y a la Fundación Harp, a lo que es la empresa [Dictec, se entiende], que tiene que ver con la Fundación [Alfredo Harp Helú].

“Por supuesto que también solicitamos la documentación, el proyecto ejecutivo, en San Pablo, la sede, la empresa”.

En particular, solicitamos “el proyecto ejecutivo, para saber qué está concebido para el uso, porque nos podemos dar una idea con la construcción, pero ésta en un momento dado puede modificarse aquí y allá, y el asunto es qué se plantea para el espacio, y eso es lo que nosotros también estamos interesados en saber”.

Continuó Jorge Machorro: “veo que la obra va caminando, tengo opiniones que me dicen que sí”, pero “yo quiero saber… no podemos proponer prácticamente nada” hasta que tengamos la documentación y “en consecuencia, todos sepamos qué va a pasar. Si no todo se dará vía las especulaciones.

“Esta es la situación. Nos encontramos en el rastreo y la complementación del expediente para que, con todo fundamento, apliquemos la jurisdicción del municipio de Oaxaca de Juárez”.

Aquí cabe señalar que la propiedad del espacio que alberga el MFMS es tripartita, se distribuye entre los gobiernos municipal, estatal y federal, aunque no está del todo definida o no se cuenta con la información necesaria para saberlo.

Por el lado de los Defensores del MF, el promotor y periodista cultural Fortino Torrentera expuso que “todos tenemos duda sobre la intervención al MFMS, principalmente porque levantaron la cantera de la entrada del edificio central. Extraña mucho que el INAH haya dado el permiso y habría que ver en qué condiciones lo dio”.

Precisó que el “asunto de la cantera es delicado” y que “hay leyes que resguardan el tipo de edificios como el del MFMS”.

Por eso sugirió una segunda opinión, la de especialistas del Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo “A” de la UNESCO, de México, como Ramón Bonfil o Javier Villalobos o la directora del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, organismo del Conaculta, por ejemplo, así como la intervención de la Dirección General del Centro Histórico de Oaxaca.

Sobre todo porque, en palabras de Santiago Olguín, la empresa Dictec “está especializada en construir centros comerciales en Miami, Mérida o Cancún”, por lo que, planteó, es necesario saber cuál es el currículum de esa constructora como para que intervenga un monumento histórico de la magnitud del MFMS.

Además, continuó Olguín, “otra inquietud es la inversión de un particular [la Fundación Alfredo Harp Helú, se entiende], porque éste ha convertido lugares como San Pablo y la Casa de la Ciudad en sitios muy exclusivos.

“Personalmente no tengo nada contra él, pero cuando hay una inversión económica de un particular que se involucra directamente con una constructora muy famosa, también él va a tener una propuesta para la utilización de ese espacio”.

Y no se trata, especificó Santiago Olguín, de que “yo puse, yo hago, yo decido”. Así no se hacen las cosas. “Hay que hablar con él o un representante”.

La preocupación, explicó Fortino Torrentera, es que el MFMS es “patrimonio de los oaxaqueños, histórico para el país y hasta el mundo, tiene un valor especial, no es un edificio cualquiera”.

Y de ahí aludió a lo que sucedió en el ex convento de San Pablo −del que mejor “pues ni opinamos”, porque fue “una adquisición directa”−, para aclarar que “lo que llama mucho la atención” en el caso del MFMS es el procedimiento” que se siguió.

De forma irónica, Santiago Olguín señaló que, si vienen los especialistas de Icomos-México, también vayan al ex convento de San Pablo y den su opinión, “porque no se ve muy bien que digamos”.

Por su lado, en su calidad de ciudadano oaxaqueño, el promotor cultural Salvador Hernández externó su preocupación de que el proyecto del MFMS lo “hayan hecho en lo oscurito”, y aclaró que tiene un registro fotográfico que da cuenta de la desaparición de las canteras de la entrada del edificio principal y de la herrería.

“Porque sería una pena que luego aparecieran en la residencia de algún funcionario”.

Y el músico Steven Brown cerró con un comentario inquietante: “¿por qué el miedo a la Fundación Harp Helú?, ¿ella no es la propietaria del edificio del MFMS: o sí?”

 

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