OAXACA, OAX., febrero 17.- “La reforma político electoral que acaba de entrar en vigor establece de modo definitivo que todos los consejeros del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), incluido el presidente, Alberto Alonso Criollo, deberán permanecer en su cargo hasta nuevas designaciones del Instituto Nacional Electoral (INE)”, aseguró el ex consejero electoral Raymundo Wilfrido Vásquez López.
De acuerdo con el litigante, no hay lugar para otra interpretación, “el Congreso del Estado ya no tiene facultades para nombrar nuevo Consejero y el actual Consejero Presidente que estaba programado para culminar su ejercicio en el mes de abril, deberá mantenerse en el cargo hasta que el Instituto Nacional Electoral designe nuevos integrantes del Consejo General local”.
La reforma político-electoral contempla una disposición suspensiva a todo acto concerniente a la elección de consejeros. A su juicio, no debería haber discusión sobre el tema que es suficientemente explicado en el noveno transitorio establecido en el decreto ya publicado de la Reforma Política Electoral.
Ese artículo noveno transitorio dice a la letra: “El Consejo General del Instituto Nacional Electoral designará a los nuevos consejeros de los organismos locales en materia electoral, en términos de lo dispuesto por el inciso c) de la fracción IV del artículo 116 de esta Constitución. Los actuales consejeros continuarán en su encargo hasta en tanto se realicen las designaciones a que se refiere el presente transitorio”.
La reforma electoral ya es un hecho, afirmó Vásquez López, y ya está aprobada a pesar que nuestro Congreso local no la haya discutido ni aprobado, sólo resta esperar las Leyes Generales de Partidos Políticos; de Fiscalización y de Procedimientos Electorales para entonces armonizar nuestras Leyes locales.
En contra parte, indicó que la reforma electoral significa un retroceso porque asegura que se da un golpe a la lucha histórica por el federalismo y centraliza nuevamente el poder público, “ahora los estados quedarán supeditados a lo que diga un Instituto Nacional Electoral y a lo que disponga la legislación federal electoral, ni siquiera los estados pueden, a partir de su promulgación, seleccionar a sus consejeros electorales”.
Es una gran reforma, subrayó, pero no por los beneficios que pueda traer, sino por el centralismo que sugiere; la modificación a la estructura electoral del país y la pérdida de autonomía en la materia que tendrán los estados, cerró.