OAXACA, OAX., febrero 20.−“Hasta que el cuerpo aguante”, dice el artista plástico Marco Antonio “Markoa” Vásquez, nacido y criado en el Centro Histórico de esta capital, mantendrá su ayuno contra la “privatización del Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur (MFMS) –pretensión que le atribuye a la Fundación Alfredo Harp Helú− y el cacicazgo cultural” que existe aquí.
Con Markoa Vásquez platicamos mientras que, luego de 48 horas de ayuno en el MFMS, traslada su protesta al Zócalo de la ciudad de Oaxaca, a causa de que en las instalaciones de aquél, donde mantenía su ayuno, fue objeto de actos intimidatorios de los cuales responsabiliza al ahora administrador general del MFMS, Hugo López, y a Sergio Huerta, así como a trabajadores del “señor Alfredo Harp Helú”.
Hugo López y Sergio Huerta han sido funcionarios de la Secretaría de las Culturas y Artes (Seculta) de Oaxaca, y ahora, corrobora Markoa Vásquez, se pasaron a la administración del municipio de Oaxaca de Juárez.
Hay que recordar aquí que el problema del MFMS inició en los primeros días de enero pasado, cuando a la entonces directora del recinto, Yadira Rodríguez, le notificaron su cese laboral, y que después vinieron una serie de acciones de las que se desconocía su objetivo, además, desde luego, de la “restauración y rehabilitación” del inmueble que inició a principios de noviembre de 2013 sin que nadie supiera por qué y quiénes realizaban las obras.
El MFMS fue creado hace una década en la Antigua Estación del Ferrocarril Mexicano del Sur, un inmueble catalogado como patrimonio histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Yadira Rodríguez estuvo integrada al proyecto desde el principio y luego, tras dos años, la nombraron directora del recinto. Artistas de diversa índole reconocen a esta administradora, resaltan que ella le creó al museo un perfil libre, ciudadano, artístico, independiente y contracultural.
Después que fue público el cese de Yadira Rodríguez, ocurrió la protesta de un grupo de la sociedad civil denominado Defensores del Museo del Ferrocarril (DMF) y, posteriormente, una serie de reuniones con funcionarios de la recién ingresada administración priista del municipio de Oaxaca de Juárez, encabezada por Javier Villacaña Jiménez.
En esas reuniones salió a flote que dicha “restauración y rehabilitación” la realizaba la poderosa empresa Desarrollo de Ingeniería Civil y Tecnología (Dictec), la cual se ha enfocado, entre otros rubros específicos, a la construcción de centros comerciales en ciudades como Miami, Mérida y Cancún –de acuerdo con Santiago Olguín, uno de los integrantes de los DMF−, así como que esas obras eran supervisadas por la Fundación Harp Helú, el INAH y el municipio de Oaxaca de Juárez.
Amén de que la inversión de 26 millones 434 mil pesos para la primera etapa de las obras era aportada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
Pero los funcionarios del municipio de Oaxaca de Juárez, encabezados por el director de Cultura y Espectáculos, Jorge Machorro Flores, negaban que se pretendiera convertir el MFMS en Centro de Convenciones –un objetivo que hace dos años buscó concretar ahí el gobierno de Gabino Cué Monteagudo− y menos que, como corría el rumor, se crearía en el lugar el “Museo del Niño”.
Sólo que un día después de la penúltima reunión, la del martes 11 de febrero pasado –en la que todavía Machorro Flores negó que se fuera a construir en el MFMS el “Museo del Niño”−, en entrevista con la fuente, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Javier Villacaña, reconoció que, efectivamente, se construiría ahí el “Museo Infantil de Oaxaca”, en coordinación con la Fundación Harp Helú.
Amén de que, de forma ambigua, sostuvo que se mantendría el proyecto del MFMS que inició Yadira Rodríguez. De modo tal que las aguas parecían tranquilizarse.
Pero en un hecho inédito en Oaxaca, el artista plástico Markoa Vásquez inició hace dos días y medio su ayuno en protesta por “la privatización del MFMS y el cacicazgo cultural de Oaxaca” del cual “todos sabemos que existe, pero nadie lo dice”.
−Es inédito en Oaxaca que alguien proteste con un ayuno contra un cacique cultural, amén de que, incluso, es un término que públicamente nunca no se ha aceptado aquí−se le plantea a Markoa Vásquez.
−Oaxaca está pasando por una situación de cacicazgo cultural y económico. Un grupo de poder de no más de diez familias que mantienen la economía en el Estado.
En este caso, en específico, “lo que pido al gobierno municipal de Oaxaca de Juárez, que dirige Javier Villacaña, es que nos proporcione a todos los oaxaqueños la información veraz, transparente y tangible sobre el estado legal en que se encuentra el inmueble del MFMS, pues los rumores de que lo tomará en comodato el señor Alfredo Harp Helú son fuertes”.
Los oaxaqueños, prosigue, no podemos seguir “regalando nuestros espacios en comodatos de noventa y tantos años. Todos sabemos que el señor Alfredo Harp Helú se está apropiando del Centro Histórico”.
Markoa Vásquez también pide un inventario de lo existente en el MFMS, “pues tengo antecedentes de que ahí estaba, a nivel nacional, el único telégrafo que servía”.
El pintor oaxaqueño convoca a sus homónimos a que se unan en su protesta pacífica, pues “los artistas siempre hemos sido generadores de cambios en la historia de la humanidad, y los oaxaqueños no podemos quedarnos atrás: no por perder la silla de confort, vamos a dejar que nos sigan arrebatando nuestra historia, no podemos dejar que un inmueble que fue hecho por el general Porfirio Díaz, lo destruyan en dos meses”.
Prosigue: “no podemos continuar con esta dinámica del avestruz de tener la cabeza agachada, invito a todos los compañeros artistas a que dejen la silla de confort, las vanidades y los colores, y nos unamos para defender Oaxaca”.
Se le menciona a Markoa Vásquez que desde que Carlos-Blas Galindo llamó caciques culturales a los pintores Francisco Toledo y Rodolfo Morales, nadie había tocado directamente el tema. También que en Oaxaca existe un modelo similar al del las películas de policías, en el que hay el cacique bueno y el cacique malo, y que a su vez eso ha generado un mecanismo a través del cual se hacen negocios privados y de creación de imágenes altruistas y filantrópicas, con dineros públicos.
Antes de responder, aclara que él no está vinculado con los DMF, incluso menciona que en la última reunión de éstos con los funcionarios del municipio de Oaxaca de Juárez –realizada el 18 de febrero anterior− ya nada más “se repartieron el pastel”. También señala que personalmente apoya al Frente en Defensa del Petróleo.
Luego contesta: “el cacicazgo cultural está muy remarcado en Oaxaca. Desafortunadamente, por miedo de perder espacios en ciertas galerías que son del señor Francisco Toledo, los artistas consolidados y jóvenes prefieren tener la cabeza agachada y no plantearle que estamos pasando por una crisis de cacicazgo”.
Desde la perspectiva de Markoa Vásquez, “Oaxaca era uno de los estados generadores de arte a nivel nacional. Aquí venían los mejores inversionistas del rubro a consumir e invertir, pero ahora ya no ocurre así, porque está claro que Oaxaca se ha vuelto una prostituta del arte. Sus artistas se han convertido en mercenarios y maquiladores: no menciono nombres, pero hay quienes en un año producen 400 o 500 piezas”.
En este contexto, en Oaxaca, “con dinero del pueblo, de la Federación, los altruistas hacen y deshacen edificios que se les dan en comodato y evaden impuestos, mientras que los oaxaqueños no hacemos nada.
“Oaxaca es hacedora de millonarios y estos millonarios son hacedores de mendigos oaxaqueños. La educación en el Estado se encuentra muy maltratada y la economía está por los suelos”, y a los altruistas eso les conviene “para hacer y deshacer de los recursos culturales, naturales e históricos de aquí”.