OAXACA, OAX., marzo 14.−Por sus matices, ingredientes e incluso por su forma y color, “una masa casi diarreica” pero exquisita, como un mole negro oaxaqueño, acompañado de su respectivo mezcal tradicional, es concebido el arte “mix” de Luis Hampshire.
Un “Mole negro” −el título de la próxima exposición del artista, por cierto, en fecha aún por definir− cuyo principal ingrediente, como siempre, es su visión del futbol y, hoy en específico, en vísperas del Mundial Brasil 2014, de los goles al límite de Javier “Chicharito” Hernández.
Porque el “Chicharito” llena el ojo artístico y futbolero de Luis Hampshire, así como antes lo hizo Diego Armando Maradona con su “tramposa mano de Dios”, aquella del legendario gol de la selección de Argentina contra su similar de Inglaterra en el Mundial México1986.
“No es cierto que ‘Chicharito’ sea chafa, siempre juega al límite, igual como son sus goles: en la raya; buenísimo el güey, quizá no sepa jugar otra posición, pero como delantero es finísimo”, apunta Luis Hampshire (ciudad de Oaxaca, 1975).
Como director del Museo de los Pintores Oaxaqueños (Mupo), a Luis Hampshire con frecuencia se le ve en los museos y galerías porque gusta deambular por ahí para ver qué está pasando en cuanto al arte en Oaxaca.
Pero pocos saben que vive el futbol en sí, que juega cada sábado en una liga oaxaqueña y que algún día, de hecho, tuvo que decidir su profesión entre aquél y el arte.
Se fue por los caminos de éste, obvio, aunque sin dejar nunca el futbol a nivel amateur o llanero, el del barrio. Y un día, estética, artísticamente hablando, unió a ambos y creó su visión del arte como futbol.
“Para mí, la cancha de futbol representa un espacio de creación, de jugadas artísticas: esta reflexión siempre la tengo presente, de forma literal, metafórica o discursiva, en mi obra”.
Discursos, formas y metáforas “casi cósmicas: como el miedo a tirar el penalti o la imagen de Maradona haciendo trampa, un truco, que es también lo que, finalmente, realizamos los artistas; o, ahora, el futbol al límite del ‘Chicharito’ Hernández”.
Por lo demás, en Luis Hampshire su concepción artística es una “acción o creación mental” realizada con base en la sobreabundancia de imágenes de hoy que ha generado un gran basurero, un acumulamiento y exceso de energía, pero, a la vez, entre el escombro, un estado híbrido y fértil: un proyecto artístico de tres años denominado “Impulso detritor”, en su caso específico.
Por eso la idea de los matices e ingredientes del mole negro, el mezcal y el futbol como arte, −concebidos a la manera de una sesión de disc- jockey en la que no hay música original−, “una mezcla de lo que veo en el mundo, consumo y devuelvo” como obra.
“Mi sueño sería que puesta en circulación, exhibición o publicación, alguien consuma esa obra y continúe así la cadena”.
*Más allá de la malsana comercialización e incluso corrupción del futbol profesional–ahí está la presunta utilización para lavado de dinero del equipo Querétaro de primera división−, así como la alienación que provoca entre enormes sectores sociales, este el deporte más popular del mundo –que no el más bello, pues eso ya depende de cada quien− no es ajeno al arte, a los artistas. Comenzamos esta serie con Luis Hampshire, director del Mupo.