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Qué bien que hoy se retome la vocación activista por medio del arte: Hackbarth

OAXACA, OAX., agosto 25.–El documental “Capitalismo: una historia de amor”, de Michael Moore, primera cinta del ciclo de Cine Comprometido con el que el bar cultural Tabula Rasa (Trujano 423, Centro) –el cual coordina Salvador Hernández– reinició este sábado 23 de agosto sus actividades culturales, muestra no sólo la cruda atrocidad de ese sistema, sino también evidencia cómo pueden ser similares el colapso financiero de 2008 en Estados Unidos y el Fobaproa de 1990 en México.

En este filme, explica el escritor Kurt William Hackbarth, estadounidense naturalizado mexicano que condujo la presentación correspondiente, “Michael Moore, quien revolucionó el mundo de los documentales insertándose como personaje de ellos, incursiona en muchos aspectos para analizar lo que realmente está pasando en ese país”.

Así ocurrió en “Masacre en Columbine’, donde toca el tema de la violencia en EU; en ‘Fahrenheit 9/11’, que trata sobre todas las maquinaciones que el entonces presidente George W. Bush realizó para orquestar una guerra contra Irak; y más recientemente, en ‘Capitalismo”.

–Aunque desde mitad del siglo XX, los escritores malditos –William Burroughs, los beat, Charles Bukowski– ya hablaban de la descomposición que había detrás del american way of life, pero se entiende que este documental, además de reciente, quizá sea más punzante…

–Es muy punzante. Moore va directo a los bancos y potentados para buscar respuestas. En ese colapso financiero engancharon a las personas con hipotecas que aquéllos sabían éstas no iban a poder pagar; pero cuando llegó el colapso de esas grandes compañías, causó un efecto dominó que amenazó con destruir la economía mundial y, tal como se hizo en México con el Fobaproa, el gobierno de EU intervino, en los últimos meses de George W. Bush, para rescatar los bancos… a esos ladrones, y sucedió que luego ninguno pisó la cárcel, no hubo persecuciones y hoy andan libres, y los bancos siguen siendo lo mismo, amén de que podría volver a pasar lo que ya ocurrió.

–Es decir, igual que sucedió en México con el Fobaproa, pues algunos que se beneficiaron con él incluso ahora son altruistas…

–Con ese mismo dinero– acota Hackbarth.

–Es curioso todo eso, a veces no queda más que reír, ¿no?

–Eso es un poco lo que hace Michael Moore, documentales divertidos. Ves uno de ellos y te ríes a pesar de la información muy pesada que nos presenta. Yo creo que él llega a la misma conclusión: ante todo eso, hay que reír a la vez de estar informando y actuando.

Porque esos documentales “deberían conducir a la acción. Él mismo lo dice al final de ‘Capitalismo’: júntense conmigo y tendremos que actuar”.

De acuerdo con Kurt William Hackbarth, “el cine divierte pero a la vez puede abrirnos los ojos frente a asuntos que de otro modo podrían pasarnos por alto”.

Un ejemplo es el filme que se presentará para continuar el ciclo de Cine Comprometido –el próximo sábado 30 de agosto, a las 20:00 horas, en el mismo Tabula Rasa–: un “documental acerca de los nuevos medidores de luz que están instalando en todo Oaxaca y los graves riesgos de salud que implican por la radiación que emanan, pero que no nos lo dicen cuando los ponen”.

–¿Y qué es el cine comprometido?

–El cine comprometido es el cómo usar este arte para informar grupo por grupo o proyección por proyección sobre asuntos de mucha importancia.

–Está volviendo lo social al arte…

–Eso lo veo con buenos ojos. No todo el arte tiene que poseer un mensaje social, pero está muy bien que la generación actual esté retomando la vocación activista por medio del arte, pues éste tiene mucho que dar a aquél.

“El arte puede dar un mensaje rico, creativo y artístico a más gente, a foros a los que quizá de otra manera no llegaría”.

 

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