SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, septiembre 3.- Pillados en su doble moral, al grado que sus compañeros de alianzas los rebautizaron como “cagadiablos” y/o “comesantos”, los legisladores panistas que “coordina” la novel Natividad Díaz Jiménez fueron este miércoles por lana y resultaron trasquilados.
Primero, el protagónico Gerardo García Henestroza quiso saltarse la burocracia legislativa y pidió al pleno aprobar como de “urgente y obvia resolución” un punto de acuerdo para citar a comparecer al secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, Enrique Arnaud Viñas, pero nadie lo secundó. Su propuesta sólo ganó el voto de él mismo.
Después, al final de la sesión, en asuntos generales, el barbado Sergio Bello Guerra destapó la cloaca al criticar el segundo informe del presidente Enrique Peña Nieto, lo que desató los demonios contenidos entre los priistas, que se le fueron con todo, primero con murmullos, luego silbidos, después gritos y al final comparativos a manera de sorna, mofa y descalificación hacia los otrora castos albiazules.
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Sin temas de trascendencia, la sesión ordinaria de este 3 de septiembre de 2014 inició con un retraso de casi dos horas y media, a las 13:25 horas, para abordar un total de 21 puntos: cinco iniciativas con proyecto de decreto, que fueron turnadas a comisiones, a dormir el sueño de los pecadores, y 12 puntos de acuerdo, que también los mandaron a Comisiones.
De los 12 puntos de acuerdo, ocho fueron “exhortos respetuosos” a diferentes instancias de gobierno y partidistas, y otro más de la diputada priista Lilia Mendoza Cruz a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) “para que modifique la concesión otorgada” a la empresa Aeropuertos del Sureste (Asur), que pretende adueñarse de gran parte del bosque El Tequio.
Los tres restantes puntos de acuerdo fueron solicitudes para llamar a comparecer a funcionarios.
Sin problemas subió a tribuna el priista Manuel Andrés García Díaz para pedir se llame a comparecer al titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Arturo Peimbert Calvo, a fin de que “explique qué actores políticos o servidores públicos se encuentran involucrados y, en consecuencia, propician la desestabilización social de la entidad, como parte de las ambigüedades que dejó su segundo informe anual de actividades”.
La petición fue enviada a Comisiones, para su análisis y dictamen correspondiente, y luego vino el panista García Henestroza, protagónico él, unas veces para quedar bien, otras para presionar y la mayoría para lograr beneficios muy personales.
También en tribuna, argumentó que Arnaud Viñas debe “explicar a la soberanía los recursos aplicados en el sector salud, el cumplimiento en la calendarización de los mismos y los mecanismos de transparencia aplicados”.
El panista, ex presidente municipal que dejó deudas por más de 20 millones de pesos en el Ayuntamiento de Salina Cruz, alzó la voz y pidió al presidente de la Mesa Directiva, el perredista Jesús López Rodríguez, que no enviara su propuesta a comisiones, sino que, de una vez, la sometiera al voto del pleno para que fuera aprobada como de “urgente y obvia resolución”.
De traje negro, corbata roja con rayas blancas y una banderita nacional en la solapa, García Henestroza dejó el atril y caminó hacia su curul mirando a todos y todas. Se sentó y esperó el veredicto del pleno, mientras el Presidente de la Mesa hacia la propuesta correspondiente. Nadie dijo nada. Nadie alzó la mano. Sólo él mismo, en el amplio salón de sesiones, fue captado por los fotógrafos con el brazo en alto.
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Tercera en solicitar la comparecencia ante el pleno legislativo de un funcionario estatal, en su caso el secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, la diputada priista Martha Alicia Escamilla León ya no quiso correr riesgos y desde su curul pidió enviar su petición a Comisiones.
La sesión ordinaria continuó con la aprobación de un dictamen de la Comisión Permanente de Presupuesto y Programación, que autorizó al presidente municipal de Huajuapan de León, el panista Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, crear una partida presupuestal por 155 mil 203.34 pesos para indemnizar a trabajadores despedidos por la anterior administración, también panista.
El pleno aprobó, igualmente, dos dictámenes de la Comisión Permanente de Gobernación, que preside la priista Lilia Mendoza, para autorizar al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) convoque a elecciones extraordinarias en los municipios de Guevea de Humboldt y San Mateo del Mar, ambos del distrito de Tehuantepec.
Luego de mandar a archivo tres expedientes de la pasada LXI Legislatura, porque “ya no hay materia para su continuación”, vinieron los asuntos generales.
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El panista Alejandro Martínez Ramírez subió a tribuna para defender los derechos de los indígenas; el petista Rafael Arellanes Caballero a solicitar servicio de Internet gratuito para todos; Jefté Méndez Hernández, del Panal, por impulsar una “transformación profunda” de la sociedad, y el panista Sergio Bello Guerra para hablar mal del presidente Peña Nieto y su gobierno.
Alto y delgado, apiñonada la piel, con el pelo completamente blanco y la barba totalmente negra, el albiazul leyó sus palabras, negado para la oratoria: “el presidente Peña Nieto y el PRI hacen caravana con sombrero ajeno, pues sus iniciativas son mérito principal de legisladores panistas y de otros partidos distintos al PRI, ya que fueron éstos quienes las impulsaron, analizaron, revisaron, mejoraron y modificaron en el Congreso”, soltó.
Los murmullos y chiflidos no se hicieron esperar en la bancada tricolor, especialmente en la esquina del Bronx, mientras el panista seguía: “en la ciudadanía hay desencanto y escepticismo con la labor presidencial, que se refleja en la opinión pública con la baja aprobación del Presidente de la República”, dijo.
Adolfo Toledo Infanzón, del PRI, saltó de su curul y pidió la palabra, mientras Fredy Gil Pineda Gopar, Gustavo Díaz Sánchez, María del Carmen Ricárdez y Lilia Mendoza, entre otros y otras, soltaban las fallas de 12 años de administración panista que encabezaron los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
Interrumpido en varias ocasiones, Bello Guerra usó los apuntes de su cargo como presidente de la Comisión Permanente de Desarrollo Económico, Industrial, Comercial y Artesanal, y refirió que el crecimiento económico entre 2010 y 2012 fue de 4 por ciento, mientras que en el primer año del actual gobierno ha crecido sólo 1.1% y en 2014 la expectativa bajó de 3.9 a 2.5%.
Además, en lo que va de la presente administración priista el poder adquisitivo disminuyó de 1 mil 592 pesos a 1 mil 516 pesos mensuales, entre diciembre de 2012 y julio 2014.
Entre gritos, rechiflas y recordatorios de los desatinos panistas, el Diputado local le dijo a Peña Nieto que “en el mapa del territorio mexicano también se encuentra Oaxaca” y lo invitó a “venir, a palpar la situación del estado, y a comprométase a respaldar el crecimiento, desarrollo y progreso de las familias”.
Apenas bajó Bello Guerra y Toledo Infanzón salió del Bronx priista con carpeta en mano para cobrar la afrenta, en medio de gritos de: “¡Peña, Peña, Peña!”.
El varias veces diputado local y federal y también senador de la República aguzó la voz chillante y desde la máxima tribuna del Estado conminó a los albiazules a despojarse de su “doble moral”.
Les recordó el caso reciente del diputado federal panista Luis Arturo Villarreal, quien renunció a la coordinación de la bancada federal del PAN envuelto en un video escándalo con sexoservidoras, pero protegido por su dirigente nacional, Gustavo Madero Muñoz.
El priista enlistó los resultados negativos de los sexenios de Fox y Calderón y aportó datos recientes: “qué pueden decir de Alejandro Zapata Perogordo, quien sostiene casinos en Monterrey para cubrir la corrupción de diputados y financiar campañas y precampañas en el norte”.
Desde su lugar como secretario en el presídium, Bello Guerra, respondía que los priistas “hicieron lo mismo”, mientras desde la bancada izquierda del salón de sesiones los panistas apuraban una débil defensa, también con gritos y abucheos.
La “coordinadora” albiazul, Natividad Díaz Jiménez, abría el micrófono de su curul, se llevaba las manos a la boca para hacer eco y soltaba a gritos: “¡Pruebas, pruebas, pruebas!”.
–“Ahí están los come diablo, caga santos”, devolvió Toledo Infanzón.
Luego refirió que panistas y perredistas son corresponsables de la vida legislativa en México al avalar en el Congreso de la Unión las 11 reformas estructurales del presidente Peña Nieto, además de formar parte del “Pacto por México”.
“Ustedes son responsables de la reformas”, les dijo y hasta les recordó que sus líderes, Gustavo Madero, del PAN, y Jesús Zambrano, del PRD, “hicieron posible las reformas y por eso México transita en una suma de esfuerzos”.
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Sin oradores en su bancada, Leslie Jiménez Valencia siguió en el turno de oradores para “salvar” el honor de los panistas, y se sumó al reparto de culpas con los priistas, del que tampoco salió bien librada.
De entrada, reprochó que “a dos años de la administración federal se demuestra que las estrategias para ganar elecciones no garantizan buenos gobiernos”, aunque justificó que “Acción Nacional participó en el Pacto por México porque sabe subordinar el interés particular y de partido ante la preeminencia del interés nacional” (sic).
Y al igual que su compañero Bello Guerra, la ex directora de Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icapet), del Gobierno estatal, señaló que “Peña Nieto hace caravana con sombrero ajeno” porque sólo el 37 por ciento de las y los mexicanos aprueban su gobierno.
Afirmó que “México se está moviendo, pero en reversa” y “el presidente Peña Nieto es la decepción más grande de la democracia, pues ganando perdió porque no sabe gobernar”.
En defensa a ultranza del gobierno de Calderón, acusó que el PRI lleva dos años de impunidad y corrupción con la liberación y el perdón de inculpados como Florence Cassez, Raúl Salinas de Gortari, Rafael Caro Quintero y Napoleón Gómez Urrutia, “aplicando a todas luces una justicia selectiva”.
La Legisladora panista terminó su intervención casi gritando, entre señalamientos de los priistas que coreaban: “¡Icapet, Icapet, Icapet!”, donde Leslie Jiménez Valencia no entregó buenas cuentas.
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Urgido por el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política (JCP), el priista Alejandro Avilés Álvarez, a dar por concluida la sesión, el presidente de la Mesa Directiva, Jesús López Rodríguez, evitaba dar la palabra a otros oradores que la habían solicitado.
Eran las 16:24 horas y faltaba por hablar la diputada María del Carmen Ricárdez Vela, del PRI, pero el perredista ya no quiso esperar más y sin tocar la campana ni decir palabra se paró de la mesa y como niño regañado, moviendo los hombros, tomó sus papeles y salió del salón de sesiones.
Inconclusa quedó una batalla más entre aliados, priistas y panistas que se guardaron más cosas para soltarlas en otro momento.