OAXACA, OAX., noviembre 28.‒“No hacemos foto o libros para vender, si lo que quisiéramos es tener dinero nos dedicaríamos a traficar droga o a ser políticos”, respondió el fotoperiodista Alfredo Estrella a la pregunta de si hay o no mercado para la fotografía en México.
Junto con Víctor Mendiola y Jesús Quintanar, aquel corresponsal en México de la Agence France-Presse (AFP) estuvo recientemente en esta capital, en el marco de la 34 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) 2014, para presentar su publicación correspondiente a la colección Ojo de Venado, que coordinan los fotoperiodistas Omar Meneses y Cecilia Candelaria.
Además de que “no estaríamos en esa parte de ser fotógrafos artistas, un concepto en el que no estoy muy de acuerdo, nosotros simplemente hacemos nuestro trabajo como nos gusta. A veces andamos como gitanos con la idea de compartir con el público nuestras experiencias. No nos preocupa vender, incluso ponemos de nuestra bolsa para comer cuando vamos a presentar nuestros libros: el mezcal que nos vamos a ir a tomar ahorita lo vamos a pagar nosotros”.
De acuerdo con texto de Omar Meneses, leído por Jesús Quintanar en la mencionada presentación, la creación del proyecto fue posible gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca): es una colección que constituye una “suma de voluntades, dado que en este país empobrecido resulta difícil lograr publicar el libro que, después de un tiempo, todo fotoperiodista o documentalista sueña”.
Estos libros “están llenos de esfuerzos, memoria, trabajo, aprendizaje y errores del oficio de imprimir. Y pensando en la satisfacción de los fotógrafos; incluso, la propiedad íntegra de la edición es de cada autor”.
También fueron realizados como una “provocación para los colegas que piensen que se pueden hacer proyectos o colecciones mayores”, en un contexto en el que “nuestro oficio no ha muerto sino sólo tiene un presente difícil y un futuro incierto”, según Omar Meneses.
La colección, un “encuentro de miradas sobre acontecimientos de los últimos 20 años”, suma nueve libros: “Ojos de papel volando”, de Patricia Aridjis; “Vidas en tránsito”, de Ernesto Ramírez; “Historia y vida”, de Omar Meneses; “Contra el olvido”, de Raúl Ortega; “A veces la vida”, de Cecilia Candelaria; “Hecho en Ciudad Juárez”, de Germán Canseco;
“Mirar para contarlo”, de Jesús Quintanar; “Un día cualquiera”, de Alfredo Estrella; y el de Víctor Mendiola, con título homónimo.
Recientemente, tanto el fotógrafo artista oaxaqueño Alejandro Echeverría como el estudioso del arte y promotor cultural originario del Distrito Federal Guillermo Fricke, aseguraron que ni en Oaxaca ni en el país hay mercado para la fotografía.
De ahí que E-Oaxaca (www.e-oaxaca.mx) haya preguntado: ¿hay o no mercado para la fotografía en México? Guillermo Fricke comentaba que la gente prefiere comprar un papel amate con el dibujo impreso de un calendario azteca que una foto.
Además de lo ya citado, Alfredo Estrella añadió: “es muy difícil que alguien compre fotografía, pero si se animan, con mucho gusto. ¿Se refieren a los medios?”
‒En general, ¿hay mercado para la foto? ‒interviene un asistente a la presentación efectuada en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca.
‒Sí hay mercado para la foto construida o de artista. La documental, vista como pieza u obra, puede estar en galerías. Ahí tenemos los casos de Graciela Iturbide y quizá Maya Goded. Eso sería tal mercado, está como muy limitado, al menos en México.
Ahora, los fotoperiodistas “no hacemos nuestro trabajo para venderlo como pieza. Podría tener un valor, pero es difícil que alguien compre una foto periodística porque confronta, es dura para tenerla en una pared.
“En lo personal, además, preferiría hacer un libro ‒y que me lo pagaran‒, porque se me hace mucho más valioso que eso de exhibir piezas en un espacio cerrado, por más afluencia que haya. Aquél implica mayor permanencia”.
En referencia a la colección, por su lado, Víctor Mendiola señaló: “al momento de ser invitado y que te digan: ‘hay un varo para hacer un libro’, uno dice si le entra o no, porque te corresponde poner las fotos, realizar la selección, elegir quién te escribirá la presentación, el diseñador; porque el coordinador, aunque pueda hacerlo, no tiene el tiempo necesario”.
Nosotros, continuó, “no tenemos distribución. Los libros no podemos colocarlos en librerías, realizamos presentaciones en espacios que conseguimos, porque nos saltamos el código para el registro mundial de publicaciones del tipo. Yo prefiero regalarlo, incluso me ha servido como carta de presentación de trabajo”.
‒O sea, no hay mercado para la fotografía, que es lo que preguntaste‒ comentó en corto otro asistente a la conferencia sobre la colección de marras.