OAXACA, OAX., diciembre 4.- Tras una estancia de casi diez años en tierras europeas, el artista plástico oaxaqueño José Montes Nicolás vuelve al rencuentro de sus raíces cargando una producción pictórica que se matiza con la madurez alcanzada y que a partir del próximo 5 de diciembre quedará a la vista del público en su exposición que ha denominado “Santos Oleos”, la cual será presentada en el Museo Interactivo de la Universidad Tecnológica de la Mixteca ubicado en el Palacio de Gobierno de Oaxaca.
–Siento una gran ilusión de volver a Oaxaca, puesto que son mis raíces, mi cultura y mi gente. Uno siempre que vuelve a su tierra tiene la necesidad de entrar en contacto con todo lo que dejó atrás, debemos recuperar el tiempo perdido, volver a comer aquello que añoramos, estar con quien hace tiempo que no vemos. Exponer en Oaxaca es, sin duda, de una emoción contenida durante el tiempo que he estado fuera, y de una responsabilidad enorme el dar a conocer dónde ha llegado uno fuera.
–Realmente después de estar años fuera ves tu cultura y la realidad social desde una perspectiva diferente. Y soy más crítico con Oaxaca, aunque esta no dejará nunca de ser mi casa. Creo que nos hemos acomodado. Hemos sido ejemplo de arte popular, y hemos contribuido al arte nacional con grandes maestros, pero ambas nos han llevado a cierta repetición de esquemas, colores y formas. Hemos creado, como Vasconcelos hizo con México, una escuela oaxaqueña. Eso tiene sus cosas positivas, porque nos ha situado en el mundo. Pero es una fórmula que se ha agotado. Por suerte hay algunos que salen de esta dinámica.
–Esto por lo que se refiere al arte, pero pasa en otros ámbitos. Nos hemos acomodado a lo largo de la historia a los gobernantes repetitivos, poco arriesgados y amigos de la corruptela. Por suerte, en este ámbito, también comienzan a despertar
De acuerdo con los críticos que han seguido el trabajo del oaxaqueño, Montes Nicolás “se encuentra en un momento de vorágine creadora, de investigación pictórica constante, y de búsqueda permanente de un rumbo nuevo. De momento, se debate en la dualidad de la pintura tradicional a la que nos ha acostumbrado los últimos cinco años, con una evolución natural, y en una nueva plástica que recupera la figuración realista con una temática radicalmente diferente a la que desarrollaba hasta hoy.
Y es que estos últimos meses lo encontramos realizando una exposición dedicada al 75 aniversario del exilio republicano catalán y español para la Unesco en Barcelona, con un estilo matérico y a medio camino entre la figuración y lo abstracto, y al mismo tiempo trabajando en esta nueva serie “Santos óleos”, de una concepción estética opuesta al anterior, tanto en tema como en concepto y en técnica.
Sin duda los tiempos barrocos que nos toca vivir, en un fin de ciclo económico, político y social, tanto en México de donde es el artista como en Catalunya, donde vive, influyen en el artista. El propio debate entre técnicas y temas es fruto de esta necesidad de encontrar una salida, una vía de escapatoria a la crisis moral y estética. Para ello, Montes expía los pecados del mundo a través de la representación de hombres y mujeres de inspiración religiosa que asumen el sacrificio públicamente e impúdicamente. No es un tema nuevo, como él mismo nos explica, sino que se pierde en los tiempos.
“Santos Oleos”
En la serie de 15 pinturas llamada “Santos óleos” José Montes nos acerca cuerpos de hombre y mujer atrapados entre cielo y tierra. Desconocemos si santos o vírgenes, poco importa. Sólo sabemos que se encuentran perdidos en un espacio desolado, que sufren, que han sido perseguidos, o que les acecha el peso del martirio. A su lado a menudo les acompañan frutos en pleno proceso de descomposición, pequeños planetas que son reflejo del nuestro, y que forman parte impasible de la escena, sin que los hombres y mujeres les presten apenas atención.
En otras ocasiones, algún insecto desmesurado se acerca al primer plano, como si fuera un indicador de la tragedia cercana. En algunos otros lienzos, la madre tierra se nos presenta desnuda y mostrando pechos turgentes, y en otros vírgenes delicadas son cubiertas de ropas y plásticos, ocultando sus movimientos naturales, cuidándolas como la polilla a su mariposa. Huesos de cadáveres animales, una corona de espinas, o sangre que discurre por las manos de los hombres aparecen también en estas pinturas, con los ánimos desalentadores de los protagonistas.
En cuanto a técnica José Montes abandona el trabajo matérico tradicional a que nos tenía acostumbrados y propone una paleta con fondos neutros, tumefactos, mortecinos, de cielo encapotado, que anuncian la tragedia, y un fondo grisáceo que, junto a la figura central y las orondas frutas de la podredumbre, nos ofrece una solución radicalmente contraria a la propuesta por Montes hasta hoy. Mientras algunos personajes dolientes luchan por sobreponerse, contorsionando sus cuerpos, otros se muestran impasibles e inmóviles, a la expectativa del futuro demoledor”.
Miembro del Seminario de Cultura Mexicana
La presentación de su exposición da a pocos días de haber sido nombrado integrante del Seminario de Cultura Mexicana corresponsalía Barcelona, en donde el artista plástico tendrá a cargo todo lo relacionado a las artes, según dio a conocer al cierre de la entrevista.
El Seminario de Cultura Mexicana es una institución que tiene como objetivo promover la actividad científica, filosófica y artística, así como también se da la tarea de difundir la cultura de México en todas sus manifestaciones, tanto en México como en otros países. Tiene su sede en la Ciudad de México y cuenta con más de sesenta corresponsalías. Con presencia en veinticinco entidades federativas y algunas ciudades de España, Estados Unidos y Latinoamérica, la institución organiza conciertos, exposiciones, presentaciones de libros, mesas redondas, coloquios y todo tipo de actos culturales.