OAXACA, OAX., diciembre 19.‒Además de ser pareja, funcionan como equipo, sólo que en las piezas de cartonería de Jesús López González (Ciudad de México, 1977) ‒oaxaqueño nacido en el Distrito Federal, en realidad‒ interviene la estética de Jean Foss, mientras que en las creaciones de ésta, aquél más bien ayuda con algunos detalles, ciertos toques en los soportes.
Así sucedió con las obras que ambos exponen en la muestra “Maíz criollo vs maíz transgénico”, la cual permanecerá en el Centro de las Artes de San Agustín (CASA) hasta el cinco de enero: la escultura “La comitiva del maíz sagrado y Tláloc a punto de partirle su mazorca a Monsanto” y un acrílico sobre lámina sin título pero con efusivas tehuanas que en sus canastos y a su alrededor ostentan la presencia omnímoda de la milpa y su fruto milenarios, de forma respectiva.
Por la facilidad con la que Jesús López maneja ya el cartón y el papel, conformar su pieza en la práctica le costó 15 días de apretado y laborioso trabajo, si bien la idea le viene de al menos siete años de pasión por su oficio artístico y toda una herencia de su origen zapoteco y nahua, por su padre nacido en Valles Centrales y su madre en La Cañada, en los límites de Oaxaca y Puebla.
Y se nota que este bagaje cultural, incrementado por una vida en viejos barrios y calles del Centro Histórico de Oaxaca que todavía eran así, viejos, le llena, al igual que le duele la situación indígena del estado ídem por antonomasia.
‒Un artista en lo individual poco o nada podrá hacer contra Monsanto y demás transnacionales de las semillas transgénicas, pero un dios como Tláloc vaya que sí‒se le comenta con humor para abrir plática.
‒ Me enfoqué a Tláloc porque es un dios benévolo pero que también castiga, como diciéndole a Monsanto que cuando una de nuestras deidades ancestrales se enfurece, ataca y crea cataclismos.
Para elaborar “mi pieza me basé mucho en lo prehispánico, pero también en la idea de que el maíz transgénico trae en sí un gene malvado que, de aprobarse su introducción al país, perjudicará principalmente a la población indígena, la mayor productora y consumidora de maíz criollo en Oaxaca.
La escultura habla de la lucha en general de nuestra cultura indígena en contra de ese tipo de productos que son maléficos para la salud, las cosechas y la propia tierra, añade: “una resistencia en la que los artistas podemos ayudar tratando de generar conciencia sobre lo que pretenden transnacionales como Monsanto o DuPont y, también, medios como Televisa y TV Azteca”.
Ya no como artistas sino “como ciudadanos lo que debemos hacer es abrir la mente. Trabajé 15 años en una empresa de Televisa, experimenté directamente todo lo malo que esa televisora puede hacer, desde su exagerada publicidad a los productos transgénicos hasta, y sobre todo, la ideas que introduce en la gente”.
De acuerdo con Jesús López, “los indígenas tienen mucha sabiduría, pero su historia se ha quedado dormida. Y transnacionales como Monsanto o empresas como Televisa aprovechan la situación para manipular, cambiar, nulificar esa conciencia histórica. Hay que tirar la televisión, pero sin dejar de vigilarla”.
En 2007, salió de esa televisora, donde se había estancado, sin chamba y como para ocupar su tiempo se inició en la cartonería, comenzó a hacer monos de calenda y después figuras pequeñas: “soy un artista empírico, no tengo escuela, así comencé con el papel y hoy puedo decir que me ha dado mucha libertad. En el sentido estético, actualmente me encuentro en un momento en que pasé de lo abstracto a lo realista”.
Ni escultura en piedra ni en madera y menos, por ahora, pintura, porque ésta “se me complica mucho” y “la cartonería se me facilita bastante y es lo que me gusta, además que puedo trabajar en mi casa, tengo mi estudio”. Y crea, allá en San Andrés Huayápam, en equipo con su esposa, la artista estadounidense naturalizada mexicana Jean Foss.
‒Jean ha adoptado el arte mexicano, las culturas y costumbres oaxaqueñas ‒comenta‒. Realmente somos un equipo. De hecho, yo hice la pieza sobre Tláloc, pero al final los toques los puso ella.
‒Y tú no participaste en su pieza…
‒Nooo, no. Sí, hago los marcos de sus cuadros y en sus instalaciones y collages intervengo en algunos detalles, le ayudo un poco, pero las ideas son de ella.