OAXACA, OAX., enero 29.‒La entrega del premio incómodo en el Alcalá; el de Periodismo Cultural “Andrés Henestrosa” 2014, desde luego.
Entre aerosoles y pinceles y protocolos de “acto oficial”, la periodista Diana Manzo, oriunda de Unión Hidalgo, Istmo de Tehuantepec, vestida con traje de su tierra, recibe el controvertido galardón, un diploma enmarcado y el sobre de los 20 mil pesos.
Son las seis de la tarde del 28 de enero, primera llamada, “nos acompañan” en esta extraña ceremonia funcionarios y políticos ‒¿no son lo mismo?‒, poetas y cronistas institucionales de la ciudad y periodistas ‒menos los culturales, de forma paradójica‒, quienes normalmente auscultan todo desde fuera del mostrador, pero hoy de alguna manera están, van de uno a otro lado de él, se confunden con la fuente, con el ser noticia. Paradoja.
Presentaciones, “felicidades-gracias”, “felicidades-gracias”, comentarios sonrientes y cuchicheos ¿de la comidilla de estos días? ‒sobra material, de hecho, el Centro de Convenciones y el secretario Zorrilla de San Martín, el oso de la OSO, los C*14 de la Seculta en abonos chiquitos, el premio incómodo.
Se saludan el coordinador del Alcalá, Esteban Sanjuan, y el titular de la Seculta, Francisco Martínez Neri, quien vino en representación del gobernador Gabino Cué y en la suya propia, diría después el diputado Rafael Armando Arellanes Caballero, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso local.
Los miembros del jurado del premio de marras, Jorge Magariño, Alonso Aguilar Orihuela y Jorge Bueno, se sientan juntos, platican entre sí. Ahí llega Diana Manzo, ocurren las presentaciones de rigor.
Segunda llamada. La periodista galardona está de fiesta, alegre, sonriente, abrazos y besos a colegas, charlas felices con su familia, amigos. En tanto, la vieja clase institucional va llegando.
También periodistas de información general y fotorreporteros; los informadores de cultura brillan por su ausencia.
Tercera llamada. Y no llegaron, pero “nos acompañan”, suena la voz en “off”, la diputada Antonia Natividad Díaz Jiménez; el funcionario municipal Víctor Manual Bautista Hernández; la galardonada, Diana Manzo; doña Cibeles Henestrosa, hija del maestro; su nieta, Eréndira Webster Henestrosa; el cronista de la ciudad, Rubén Vasconcelos Beltrán; los jurados, licenciados e ingeniero; Rocío Ocádiz Luna, rectora de la Universidad La Salle; Benjamín Fernández Pichardo, director del periódico “El imparcial”; Paulina Ríos y Pedro Matías, del portal de noticias “Página 3”; Arturo Pérez Alfonso, corresponsal del diario “La Jornada”, el licenciado Guillermo García Manzano, director de la Casa de la Cultura Oaxaqueña…
Más protocolo, vida y obra del maestro Henestrosa en síntesis, afortunadamente, a cargo del escritor Manuel Matus Manzo; las consabidas flores al premio y demás.
Luego vienen las palabras de Diana Manzo, saludos y agradecimientos. Es la única que toca, no sin un tono de reclamo, lo que permea y vuelve incómodo este premio.
Dice que el día del veredicto no pudo estar en la Cámara de Diputados “porque un periodista no está sentado en su casa, cumple sus actividades” y ella “no solamente cubre cultura sino también deportes, policiaca, espectáculos, notas generales”.
Después del anuncio del ganador del premio, comenta, “sucedieron muchas cosas, los periodistas del Valle [Central] lo saben, y yo quiero enfatizar eso, porque a mí me da mucha tristeza que como colegas estemos haciendo este tipo de cosas, sin embargo los respeto” ‒a los periodistas culturales, se entiende.
También indica que su única responsabilidad es con el lector, el que compra el periódico o busca en Internet “El Imparcial” o “La Jornada” o teclea “Página 3”, en su caso.
“Lamento que hayan pasado este tipo de cosas [las relacionadas con el galardón]. Creo que como periodistas deberíamos tomar el ejemplo de nuestros compas de Veracruz. Ahí están desapareciendo y matando periodistas, y ellos se están uniendo y profesionalizándose”.
Llama a la no discriminación, a la unión, porque Oaxaca no sólo es Valles Centrales sino ocho regiones.
Concurren a la mente la carta abierta de los informadores culturales en la que manifiestan su desacuerdo con el procedimiento para otorgar el galardón y el que los diputados lo utilicen para servirse; también el documento de apoyo a Diana Manzo de los colegas del Istmo: los políticos y los medios ganan, el periodista pierde, aunque obtenga un premio.
Se baja el telón. Se busca al diputado Arellanes Caballero.
‒Un comentario respecto a la carta abierta de los periodistas culturales inconformes con el procedimiento del premio‒ plantea E-Oaxaca (www.e-oaxaca.mx).
‒Están en su derecho de libertad de expresión, pero como se constató hoy mismo, la convocatoria y el proceso fueron transparentes, y los jurados tuvieron plena autonomía para determinar lo procedente. Las reflexiones [de Diana Manzo] parecieron muy pertinentes al respecto.
‒Si aquellos periodistas culturales piden audiencia en la Cámara de Diputados, ¿se les va a atender?
‒Con todo gusto, estamos abiertos.
Afuera del Alcalá la noche es fría, freudiana, hay cierto “malestar en la cultura”.