OAXACA, OAX., febrero 6.- Las chatarras rodantes en que se han convertido los autobuses del transporte urbano de pasajeros, claro con la complacencia de la Secretaría de Vialidad y Transporte (Sevitra), a punto estuvieron de matar a una familia la mañana del viernes 6 de febrero.
En esta ocasión le tocó el turno al autobús número económico A-555 de la empresa Urbanos de Oaxaca, perteneciente al consorcio “Choferes del Sur”, que cuando circulaba por la Cueva de la Colonia 10 de Abril, se le salieron del eje trasero dos llantas juntas que fueron a parar al interior de una vivienda de lámina y madera, donde se encontraba una familia con su pequeño hijo.
Los hechos ocurrieron a las 14:00 horas del viernes 6 de febrero de 2015, cuando el chofer del camión A-555 de la empresa Urbanos de Oaxaca conducía con exceso de velocidad y sin precaución por la Avenida José Murat, pero al llegar a la Cuerva, en colindancias de la Colonia del Maestro, de pronto perdió las dos llantas traseras del lado derecho.
Andrea lavaba ropa y su esposo Francisco Roberto Sánchez cuidaba a su hijo de meses de nacido, cuando escucharon un estruendo sobre su casa y al asomarse descubrieron todo destruido, como si hubiese ingresado una tromba: las dos llantas traseras del “urbano” yacían cerca de la cama donde momentos antes estaba acostado su bebé.
Tras desprenderse del eje trasero del autobús, que circulaba arriba, sobre la avenida, los neumáticos rodaron sin dirección y cayeron desde una altura de aproximadamente 50 metros para entrar hasta la cocina de la vivienda de Andrea y Francisco.
En tanto, el chofer vio que los vecinos empezaron a salir de sus casas y temiendo lo peor bajó del camión, recogió el dinero y la morralla recolectada, y emprendió la huida.
Tiempo después llegaron elementos de la Policía Vial para tomar conocimiento del hecho, hacer los reportes correspondientes y llevarse el camión al “corralón”, asegurando a los vecinos que esta vez sí se castigará al conductor irresponsable, pero también a la empresa “Choferes del Sur” por circular en las calles de la metrópoli sus “ataúdes rodantes”.
¿Será?
