LONDRES, GRAN Bretaña, mayo 11.- Osama Bin Laden no murió como Estados Unidos nos ha contado.
Así lo asegura el ganador del premio “Pulitzer”, Seymour Hersh, quien en un sorprendente artículo publicado en el London Review of Books desmonta la explicación dada por el gobierno de Barack Obama y explica que el líder de Al Qaeda falleció tras una misión que fue menos hollywoodiense de lo que nos contaron.
El relato oficial asegura que los Navy Seals entraron en Pakistán el 2 de mayo de 2011 para actuar de manera rápida y contundente contra un enclave en el que se escondía el terrorista.
Para que la acción tuviera éxito, nadie avisó a las autoridades del país, que desconocían tanto la existencia de la misión como que Bin Laden se encontrara en la ciudad de Abbottabad, al norte del país.
Como se puede ver en la película “La noche más oscura”, los soldados estadunidenses entraron a tiro limpio en la casa, enfrentándose a varios milicianos, mataron al ideólogo del 11-S y se llevaron su cuerpo para tirarlo posteriormente al mar.
Esa es la versión oficial de la “Operación Gerónimo”.
QUE BIN LADEN ERA PRISIONERO DESDE 2006
Según Hersh, en realidad Bin Laden no estaba oculto en Pakistán, sino que era prisionero de los servicios de inteligencia paquistaníes (ISI) desde 2006.
Un exoficial de inteligencia paquistaní reveló al gobierno de Estados Unidos el paradero del líder de Al Qaeda a cambio de 25 millones de dólares.
El ISI habría utilizado durante cinco años al líder de Al Qaeda para ir contra los talibanes y para operaciones que beneficiaran a Pakistán frente a los terroristas.
Tras conocer el paradero de Bin Laden, los norteamericanos enviaron una misión para asesinarle, cosa que hicieron sin necesidad de disparar a nadie en el complejo, ya que los agentes del ISI se habían ido al saber que un grupo de Navy Seals se dirigía hacia allí.
Es decir, parece que la muerte de Bin Laden fue más parecida a una ejecución que a un tiroteo.
Además, Hersh también revela que su cuerpo no fue sepultado en el mar, sino que fue troceado y sus restos fueron esparcidos por montañas paquistaníes.
Para crear este relato, el ganador del Pulitzer afirma haber contado con los datos revelados por un alto funcionario estadounidense.
Además, la historia ha sido corroborada por dos consultores del Comando de Operaciones Especiales estadounidense y también con fuentes paquistaníes.