OAXACA, OAX., mayo 26.- Las agresiones a periodistas han experimentado un repunte en los últimos dos años, expuso Armando Rodríguez Luna, integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, en el foro sobre seguridad para comunicadores realizado el 22 de mayo último en la sede del Centro Integral para la Prevención, Promoción y Protección de los Derechos Humanos, de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
Detalló que este aumento de las agresiones a comunicadores obedece a diversas circunstancias en diferentes lugares; por ejemplo, en el norte del país lo ha estimulado el incremento de estas agresiones tiene que ver con una restructuración de grupos criminales que operan en la zona y alcanzan a otros territorios.
Puntualizó que las agresiones más recurrentes son de tipo físico o verbal, “les rompen las cámaras, se las quitan, los empujan, los amenazan, quizás las expresiones más dramáticas son el homicidio y la desaparición”, y que los más frecuentes agresores son policías municipales, estatales y federales, militares, funcionarios públicos, manifestantes, grupos criminales o empresarios que buscan impedir una cobertura.
Añadió que en estados como Michoacán y Guerrero, el incremento de las agresiones ha sido vinculado en una relación mucho más estrecha de grupos del crimen organizado con grupos locales, pues en la medida que esos grupos criminales coaccionan a las policías municipales y en algunos casos a la policía estatal, se incrementa el riesgo de agresiones en términos cuantitativos contra periodistas.
En el sur del país –abundó Rodríguez Luna– se ha observado que las agresiones se han mantenido en un nivel bajo; es decir, que en esa zona no ha habido un repunte, a excepción, quizá, de la zona de Veracruz y Oaxaca, motivo que obedece también a una dinámica propia de la delincuencia organizada.
Entrevistado poco después de participar en el Programa para Fortalecer la Seguridad de los Periodistas y la Libertad de Expresión en Oaxaca, el especialista refirió que no se puede tener un registro puntual de estas agresiones en cuanto a cifras y datos, porque muchos periodistas no las denuncian, y en algunas ocasiones se desconoce si la agresión que sufrió un periodista corresponde a su ejercicio profesional o es de otro orden.
En este sentido, señaló que existen algunas fuentes en cuanto a registros de agresiones. Una de ellas, precisó, es la Fiscalía Especializada de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión, perteneciente a la Procuraduría General de la Republica (PGR), pero solamente registra las agresiones cuando se ha comprobado mediante investigación que respondieron al ejercicio periodístico.
Rodríguez Luna enfatizó que algunas organizaciones buscan establecer alguna cuantificación, como por ejemplo Artículo 19, que este año dio a conocer su informe “Estado de Censura”, en el cual se especializa en cuantificar la cantidad de agresiones contra periodistas, aunque no siempre distingue cuándo son por ejercicio periodístico y cuándo no, pues simplemente registran la agresión y después viene la investigación.
Otro ejemplo, citó, es el portal web Periodistas en Riesgo, un mapa impulsado por Freedom House y el Centro Internacional de Periodistas, el cual une a periodistas y ciudadanos “para registrar incidentes de criminalidad y corrupción”.
El especialista detalló que Celia Guerrero, coordinadora de la iniciativa e integrante de Periodistas de a Pie, y el periodista Javier Garza, se encuentran registrando en dicho portal las agresiones, que en algunas ocasiones registran los propios agredidos (los periodistas) independientemente del proceso judicial que lleven a cabo, pues mediante ese mapa pueden ir registrando esos ataques.
Enfatizó la importancia de que este mapa sea difundido cada vez más entre el gremio periodístico para que una vez que lo conozcan y sepan cómo funciona, las personas puedan ingresar a internet y registrar las agresiones a nivel nacional.