OAXACA, OAX., junio 15.- El sacerdote que es presidente de la Comisión de la Verdad de Oaxaca (CVO), Alejandro Solalinde Guerra, reconoció las limitaciones del organismo que encabeza al señalar que éste no representa un “mesías” que acabará con los hechos de impunidad registrados en la revuelta social del 2006.
Durante la primera “sesión pública” de este organismo creado por el “gobierno del cambio”, en la que se recogieron 20 testimonios de igual número de víctimas, el también fundador del albergue de migrantes “Hermanos en el Camino”, situado en Ciudad Ixtepec, región de Istmo, aseguró que “se ha roto el silencio y se ha perdido el miedo”.
Sin embargo, el sacerdote católico admitió que “no se puede ir más allá de lo mandatado”, pero con el hecho de conocer cada una de estas experiencias se ha dejado un precedente importante en la historia de Oaxaca.
“Quisiéramos hacer más de lo que se nos está permitido; lo que hacemos es lo mínimo, pero cuando hay amor y sed de justicia yo creo que podemos llegar hasta lo inimaginable; nunca se nos ha dado un instructivo de lo que debemos hacer”, puntualizó durante el acto realizado este domingo 14 de junio en el Teatro Macedonio Alcalá de la Ciudad de Oaxaca.
“La Comisión de la Verdad también dejará el silencio en el momento en que se presente el informe correspondiente de los actos suscitados a partir del14 junio del 2006 durante el mandato del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz”, anunció el párroco defensor de migrantes.
Consideró importante dar seguimiento a este trabajo iniciado para lograr la reparación del daño en favor de los afectados, quienes a nueve años de lo sucedido aún claman justicia.
Solalinde Guerra consideró que al término de su mandato al frente de este organismo “será necesario dejar la estafeta a gente comprometida para continuar con la consolidación del mismo”.
Durante casi cuatro horas al menos 20 víctimas brindaron sus testimonios ante la ausencia del gobernador Gabino Cué Monteagudo y del Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Arturo Peimbert Calvo.
Ahí, Nadín Reyes Maldonado narró la desaparición forzada de su padre Edmundo Reyes Amaya, al igual que la hermana de Gabriel Alberto Cruz Sánchez, ambos guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR), quienes fueron privados de su libertad en abril del 2007 y hasta la fecha no se sabe nada de su paradero o si están muertos.
Otros afectados por la represión desatada a partir del 14 de junio de 2006, cuando la policía estatal intentó desalojar a miles de integrantes de la Sección 22 del SNTE que permanecían en plantón en el centro de la Ciudad de Oaxaca, dieron testimonio de las irregularidades cometidas en las investigaciones, incluido el desinterés y la falta de atención de funcionarios del “gobierno del cambio”, como la Comisionada de Derechos Humanos del Poder Ejecutivo, Eréndira Cruzvillegas Fuentes.
A la sesión pública fue invitada la periodista Carmen Aristegui, quien dio declaraciones a los reporteros sobre los acontecimientos que se sucedieron en Oaxaca a partir del 2006.