OAXACA, OAX., julio 5.– El arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botelló, refutó los señalamientos en su contra por el presunto encubrimiento de sacerdotes pederastas, al señalar que “no existen pruebas de estos hechos”.

Asimismo, pidió a las autoridades y a los medios de comunicación investigar a fondo estos hechos, a los que consideró como “chismes”.

Tras la publicación de un reportaje en donde se le relaciona a él, asì como al arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, y a otros dos de sus homólogos, del delito de encubrimiento, el jefe de la Iglesia católica en el Estado de Oaxaca se limitó a solicitar “que se busque la verdad”.

“Vean la verdad, qué hay detrás de esto, vean la fuente”, señaló el Arzobispo, quien presuntamente en complicidad con el apoderado legal de la institución religiosa, Wilfrido Mayrén Peláez, mejor conocido como el “Padre Uvi”, han sido involucrados con hechos de este tipo.

Y es que en el año 2006, Chávez Botello envió a San Pablo Huitzo al sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, quien después de unos meses fue removido de la parroquia para trasladarse a Santiago Camotlán y después a Villa Alta, en la Sierra Juàrez, todo ello de manera sorpresiva.

De acuerdo con los padres de un niño victima de presunta violación, el Arzobispo de Antequera habría tenido conocimiento de que Silvestre Hermández era el culpable; sin embargo, lo encubrió.

Además, de acuerdo con sus propios homólogos, existían una serie de fotografías, relatos, mensajes y demás elementos que comprobaban la culpabilidad del sacerdote, pero no se actuó.

Hasta después de unos años, Gerardo Silvestre Hernández pugna una condena por el delito de corrupción de menores.

“No hay pruebas, y tienen que tenerlas para que se pueda dar un veredicto”, rechazó el arzobispo Chávez Botello, quien luego de la pregunta de los reporteros, de forma inmediata se levantó de su lugar para dar por terminada la conferencia de prensa de este domingo, luego de su tradicional homilía dominical.