·Es que además de sobresalir en la plástica, el oaxaqueño ha fundado revistas, creado editoriales e ilustrado libros, entre ellos de Borges
MÉXICO, D.F., julio 17.- Aunque Francisco Toledo es reconocido en todo el mundo como pintor, grabador, promotor cultural, activista y ambientalista, la noche de este miércoles fue homenajeado por su relación con las letras, no sólo como lector, sino también como editor e ilustrador.
Durante la mesa “Toledo y los libros”, realizada en el Palacio de Bellas Artes, amigos, familiares y colegas coincidieron que el artista oaxaqueño demostró su amor a los libros desde pequeño, cuando se convirtió en un ávido lector y, posteriormente, en su calidad de editor de libros y revistas e ilustrador.
Su incursión formal en el mundo de las letras inició en 1975, cuando editó la revista Guchachi reza, La iguana rajada, para promover la cultura zapoteca, a lo que continuó con la creación de Ediciones Toledo, la cual entre 1983 y 1996 publicó libros de historia, fotografía, archivos, ensayo, poesía, narrativa y leyendas zapotecas.
Posteriormente, con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Francisco Toledo dio vida en 2006 a Editorial Cálamus, dedicada a la poesía, el ensayo y la narrativa, con la cual publicó a escritores como Antonio Gamoneda y María Baranda, mientras que en el ámbito de la fotografía editó Juchitán de las mujeres, de Graciela Iturbide.
En la década de los noventa el artista oaxaqueño editó la revista El Alcavarán, dedicada a la gráfica, y después creó El comején, como boletín de la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca que él fundó en 1988.
Recientemente, Francisco Toledo se dedicó a la publicación de las Fábulas de Esopo, traducidas a cuatro variantes del zapoteco, así como de materiales didácticos para la enseñanza de esa lengua, además que a lo largo de su fructífera carrera ha ilustrado textos de sus autores favoritos, escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Franz Kafka, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Homero Aridjis, entre otros.
En este sentido, la poeta Natalia Toledo aseguró que su papá “tiene manos de pulpo, porque mientras piensa en una portada, está atendiendo una llamada, hace citas, lee los periódicos, vuela papalotes con los rostros de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, toma café, defiende el Cerro del Fortín, convoca a conferencias, se pelea con Gabino Cué, compra libros para las bibliotecas, dona su colección de arte bajo resguardo del INBA, mece la cuna de los pintores oaxaqueños”.
Citando el último verso del poema Los justos, de Jorge Luis Borges, la hija de Toledo señaló que “esas personas que se ignoran están salvando el mundo, feliz 75 papá y gracias por contribuir con tu arte y trabajo en favor de los otros”.
Por su parte, el escritor Mardonio Carballo destacó que de Francisco Toledo se puede hablar como de un amigo, ya que ha sido un defensor y un luchador, de quien todos conocen su obra, ya que el oaxaqueño “posee una sensibilidad profunda y creativa de la que han brotado multiplicidad de objetos, cuyo estilo característico ha sido reconocido en todo el mundo, su pintura, su grabado, sus dibujos, sus esculturas, su joyería y sus libros”.
En este sentido, la poeta y narradora Araceli Mancilla comentó que la de Toledo ha sido una trayectoria excepcional y única de cara a México y al mundo, y su relación con los libros se manifiesta en el hecho de que ha creado un acervo maravilloso en la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
Más de 50 mil volúmenes la convierten en una de las más completas en el campo de las artes en América Latina, actividad a la cual se ha sumado la donación de libros, hecha por Toledo a otras bibliotecas para mejorar sus acervos.
El escritor Francisco de la Cruz aseguró que Francisco Toledo es un distinguido personaje del pueblo zapoteco que, nacido el 17 de julio, ha tenido un extenso trabajo en el campo de las artes, cuya generosidad es manifiesta, ya que cuando iniciaba su carrera literaria le pidió que le ilustrara la portada de uno de sus poemarios, a lo cual Toledo gustosamente aceptó.
En tanto, Bernardo Recamier, colaborador en la mayoría de las iniciativas editoriales de Toledo, destacó la gran capacidad del artista oaxaqueño para generar proyectos, en los cuales participaba en todos los procesos, desde la creación de la portada, hasta los mínimos detalles tipográficos.
El último proyecto literario de Toledo es la edición con gran tiraje de las Fábulas de Esopo en cuatro variantes de zapoteco, aunque también ya alista su traducción a cuatro variantes del mixteco, a fin de promover las lenguas indígenas, sobre todo en Oaxaca, lugar con mayor diversidad lingüística de México.