SANTO DOMINGO Tehuantepec, Oaxaca, julio 23.- Hace dos años que en la Escuela Primaria “Justo Sierra”, de Santo Domingo Tehuantepec, no pone pie el secretario de Organización de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, Francisco Villalobos Ricárdez, quien, sin dar clases, recibe puntualmente cada mes 41 mil 540 pesos por dos plazas magisteriales.
Y así seguirá la situación un año más, fecha en que concluye la comisión que tiene asignada el número dos de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
“Ahorita está comisionado nuestro dirigente sindical. Efectivamente, él tiene su plaza en el turno vespertino y va a estar (fuera) el periodo que dura su cargo”, dice Pablo Castillo, director de la escuela José María Pino Suárez —el mismo plantel, sólo que cambia el nombre en su turno matutino.
También es probable que no vuelva más a las aulas, como ha ocurrido con otros maestros, que brincan a la política. Al menos así piensa Castillo.
“Los representantes tienen que regresar al centro de trabajo de donde surgen, porque generalmente cuando esos cargos se usan como trampolín y ya no llegan… se acostumbran tanto a esa vida que siguen disfrutando (de su cargo)”, agregó.
De acuerdo con los datos del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto Operativo, reportados en el portal de la SEP, en el primer trimestre de 2015, Villalobos Ricárdez cobró sus dos plazas: una por 71 mil 609 pesos como docente de la primaria Justo Sierra y otra de 53 mil 11.16 pesos como profesor registrado en la sede del sindicato en Oaxaca; es decir: un total de 41 mil 540 pesos mensuales.
La organización “Mexicanos Primero” señalan que los líderes disidentes ganan en promedio un salario bruto mensual de 83 mil 887 pesos.
En tanto que un maestro de jornada completa, que son la mayoría de los docentes de Oaxaca, perciben una remuneración bruta mensual de 19 mil 874 pesos.
“En el primer trimestre del año, los tres dirigentes mejor pagados de la CNTE en Oaxaca ganaron, sin estar frente a un grupo, cuatro veces más de lo que un docente promedio de ese estado, detalló la asociación.
Villalobos Ricárdez, cabeza del grupo conocido como “Los Pelones”, percibe un salario superior al de la mayoría de los maestros oaxaqueños.
Y la puntualidad con que le llega su sueldo, proveniente del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), hasta este martes controlado por la CNTE, no es la misma con que se liberan los apoyos económicos para atender las carencias de las escuelas.
En ésta, la “Justo Sierra”, por ejemplo, las goteras en los salones impiden a los estudiantes tomar clases los días de lluvia, hay bardas perimetrales y de salones que se caen a pedazos; además, carece de equipo de cómputo.
“No lo vas a creer, pero se mojan menos las cosas afuera que dentro de las aulas”, señala Castillo.
Si bien, reconoce que no es tarea de Villalobos procurar mejoras para la escuela a la que está adscrito, por no ser esa función del sindicato, sí indica que tampoco sus continuas gestiones ante el IEEPO han tenido resultados.
Las computadoras de la escuela están inservibles. Los salones tienen techo de lámina, casi todos con agujeros y el de la dirección es una lámina. El campo deportivo se encuentra constantemente cubierto de lodo, mientras que el espacio vacío que deja una torre con un tinaco, sirven para almacenar butacas viejas.
PAROS Y REZAGOS.- Pero si en el municipio de Tehuantepec algo lamentan los padres de familia que llevan a sus hijos a estudiar a la escuela de la que salió el número dos de la CNTE, son los constantes paros del sindicato.
Verónica Arias, madre de una estudiante, afirmó que al tratar de recuperar los días perdidos por los paros, los maestros enseñan lo correspondiente a una semana en un solo día.
“Dejan a los niños abandonados, entran a las 8:00 y salen a las 10:00 de la mañana, por la rapidez que tienen los maestros no hacen que los niños reflexionen sobre lo que están viendo, las mismas maestras les dan las respuestas”, señaló.
“Apenas se van acostumbrando a algo y ya hay paro; luego las maestras nos dicen que por qué no les ponemos atención, cuando los maestros son los que deberían estar al pendiente de esto”, agregó Juana López, otra madre de una de los estudiantes de primer grado.
“Nos afectan los paros porque los niños se atrasan mucho. Mi hija viene un poco atrasada. Espero que salga poco a poco”, dijo Mónica Vázquez al recoger a su hija.
BENEFICIO DE LA MEMBRESÍA.- Aunque la Primaria “Justo Sierra” —cuyo profesorado pertenece principalmente a la Sección 22— no está en las mejores condiciones, ser de la Sección 59, opositora a la de Villalobos, implica enfrentar peores condiciones.
A unos diez minutos de este lugar, en mototaxi, se encuentran la primaria y el jardín de niños “Emiliano Zapata”, ubicados en la Colonia del mismo nombre. Ambos están a cargo de la Sección 59.
El kínder cuenta con una puerta hecha con los resortes de un colchón viejo, mientras que la primaria tiene como ventanas unas pacas de paja. Ninguna tiene energía eléctrica y comparten un baño.
“Nosotros seguimos trabajando, es lamentable la situación por la que estamos pasando por los grupos de las dos secciones; la 22 no nos deja trabajar por el recurso económico y político que tiene detrás”, indicó Ana “N”, profesora de la escuela.
A pesar de las carencias, los maestros en este lugar se mantuvieron trabajando durante las movilizaciones de la CNTE contra la Reforma Educativa.
No tienen la capacidad de interlocución con el gobierno estatal ni la fuerza de movilización y el IEEPO no les reconoce los estudios que imparten o les retrasa la entrega de certificados. No tienen la fuerza del sindicato del que es segundo Villalobos, a quien, por cierto, tampoco conocen.