NI MÁS NI MENOS.- Uno más. Rubén Espinosa Becerril, fotoperiodista, fue encontrado muerto en la ciudad de México. Estaba especializado en movimientos sociales y había trabajado por ocho años en Veracruz, hasta que hace apenas unas semanas decidió exiliarse en el Distrito Federal porque allá lo estaban hostigando, lo perseguían, lo amenazaban y él, naturalmente, tenía miedo…
En una entrevista con Rompevientos, el 9 de julio pasado, dijo que en Veracruz lo seguían hombres desconocidos, tanto fuera de su casa como en los actos a los que acudía para hacer su trabajo y que en por lo menos tres ocasiones había recibido amenazas directas.
A Pedro Valtierra, director de la agencia Cuartoscuro, para la que colaboraba, le dijo lo que pasaba y que sí, que tenía miedo.
Apenas había cubierto la agresión de un comando contra estudiantes de la Universidad Veracruzana la mañana del 5 de junio en Xalapa, en esa ocasión 10 hombres ingresaron a la vivienda en donde estaban los muchachos y los agredieron con machetes, bates, bastones y armas largas…
El 7 de junio comenzaron a perseguirlo. En entrevista dijo: “Salí a las 9:00 horas del martes 7 de junio a trabajar y una persona me observó detenidamente. No le puse mucha atención. De ahí fui a mi cobertura. Regresé a mi casa, en eso, por Facebook, me avisó una compañera que estaban estudiantes reunidos en una mesa de diálogo con autoridades de la Universidad Veracruzana… “Me fui a las tres de la tarde y exactamente en la esquina de mi casa había tres sujetos con un taxi prendido. No quise mirarlos porque noté la presencia muy insistente. Pude identificar a uno. Saqué mi teléfono para anotar sus señas, cuando paro mi taxi, volteo a verlo y me toma una foto… “Me subí al taxi, los tipos mal encarados, no eran de ahí de Xalapa. Tenían pinta porteña. Ahí me di cuenta que era el mismo que vi en la mañana. Por la tarde iba camino a mi casa y veo que vienen dos tipos hacia mí en actitud violenta, se vienen y no se quitaron. Yo me pegué a la pared, y uno de ellos me pasa cerca, sentí su respiración. Me puse de lado, no lo seguí con la mirada, seguí mi camino, volteo y me están viendo. Iban de negro. Me vine al DF el jueves nueve”.
Esto ocurre en Veracruz, en donde gobierna un señor que se llama Javier Duarte, el mismo que dice que los únicos delitos que ocurren allá son el robo de ‘frutsis y pinguinos’, pero en donde, durante su gestión como gobernador han muerto 15 periodistas y hay cinco desaparecidos…
La noche del viernes 31 de julio pasado, una mujer llamó a la policía del Distrito Federal porque había encontrado cinco cadáveres en el departamento 401 de la calle de Luz Saviñón 1909 en la Colonia Narvarte.
Ahí la policía halló a cinco personas muertas: cuatro mujeres y un hombre. Todos atados de pies y manos. Muertos por arma blanca y balas. Algunas de ellas abusadas sexualmente. Él, torturado.
No queda más que repudiar hechos como este. Indignarse. Y exigir que las investigaciones esclarezcan las razones exactas de lo ocurrido y que se castigue a quien cometió esta brutalidad que raya en lo animal por su crueldad y sadismo. ¿Lo harán?
Nos duele Rubén. Como nos duelen los 104 periodistas muertos tan sólo del 2 mil a la fecha en este país en donde la violencia ha penetrado a las casas de la libertad.
Nos duelen los muchos periodistas desaparecidos. Nos agravia que se diga que “esto es porque se andan metiendo en asuntos que no son de su profesión”, sin haber hecho las investigaciones correspondientes…
¿De qué sirve un país que quiere solucionar el tema de sus libertades tan sólo en los discursos o en spots o en comunicados de prensa? ¿De qué sirve un gobierno que se entiende como gobierno sólo a través de mensajes de autoayuda en tiempos revueltos? ¿De qué sirve un gobierno que no atiende a quienes ejercen la libertad de todos, como es la libertad de expresión? ¿De qué sirve un gobierno, como el de Veracruz, que gasta carretadas de dinero en medios para promoverse y agravia a los periodistas?…
¿Y de qué sirven instituciones como las de la Procuraduría General de la República en su renovada Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, a donde ha llegado Ricardo Nájera en sustitución de Laura Angelina Borbolla Moreno? Si esta famosa Fiscalía no ha resuelto la grandísima mayoría de los casos de homicidio, desaparición o agravios a periodistas.
Y los Derechos Humanos, que viven mirando pasar la vida y la muerte sin encontrar el hilo de la madeja porque no la quieren encontrar, pero sí se despachan con actos públicos para hacer notar su gran preocupación por estos ‘terribles acontecimientos’…
¿Quién atenta contra el periodismo mexicano? ¿El gobierno al que nunca le ha gustado la libertad de expresión? El mismo que premia o destruye, el mismo que gira pautas de publicidad o el descrédito; la opción a la autocensura o el cierre de medios por vías administrativas.
¿Grupos de poder económico y político? ¿Grupos violentos del narco crimen?, como es el caso del periodismo en zonas riesgo en donde no se pueden informar temas como el narcotráfico o los crímenes por crimen organizado a riesgo de perder la vida… y en donde se tiene que firmar la nota como “De la redacción”…
En fin, que los periodistas somos seres solitarios sin apoyo institucional y sin resguardo de vidas y patrimonio.
¿Quién atiende esto? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?… El ¿Por qué? ya lo sabemos y no nos gusta… a nadie le gusta… o a casi nadie…
*Periodista y editor originario de Oaxaca. Ha sido editorialista en unomásuno, La Jornada, El Financiero y más. Fue coordinador de opinión de El Financiero y director de Opinión de El Universal. Fue editor en la UNESCO y de Le Monde Diplomatique. Ha coordinado obras como: “Planes en la nación mexicana”, con El Colegio de México y “Pensar a David Ibarra”, el más reciente.
@joelhsantiago
Tomado de: https://mexico.quadratin.com.mx/