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Inician José Calzada, Aurelio Nuño Mayer y José Antonio Meade a media carrera…

Cambios en Gabinete de Peña castigan a cabezas de seguridad y destapan presidenciables: académicos

México, 27 ago (EFE).- Los cambios en el gabinete anunciados hoy por el Ejecutivo mexicano lanzan a varios de los nuevos ministros a la carrera por la Presidencia y castigan a dos cabezas vinculadas con la seguridad, tras la fuga del capo Joaquín “el Chapo” Guzmán y la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, según expertos.

La salida del gabinete de Jesús Murillo, quien hace seis meses dejó la Fiscalía general y pasó a la cartera de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, es una muestra de que el manejo de la investigación de la desaparición de 43 estudiantes hace casi un año no fue el correcto.

Es una muestra del “debilitamiento” de este personaje, dijo a Efe Gerson Hernández, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“En estos tres años ha habido muy malas noticias en materia de seguridad, (pero) la más emblemática (es) la de Ayotzinapa, un tema que lo marca muy negativamente”, apuntó.

En opinión del analista Salvador García Soto, Murillo está “muy desgastado” y su salida “confirma la idea de que es un político que está en una etapa de salida”.

Otro de los castigados es Monte Alejandro Rubido, quien sale de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), según los expertos, por la fuga el 11 de julio pasado del líder del cártel de Sinaloa de un penal de máxima seguridad a través de un túnel de 1,5 kilómetros.

“Se había tardado. Estaba ya tocado desde la fuga del Chapo y no se entendía que no tuviera responsabilidad en algo tan delicado cuando eran áreas suyas las encargadas de la vigilancia” del narcotraficante, señaló García Soto.

Aunque la reestructuración del gabinete incluyó diez cambios, Hernández consideró esta irrelevante, dado que no tocó a “los pilares del gabinete”, como son Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y Luis Videgaray, titular de Hacienda y Crédito Público.

El hecho de que el “responsable de seguridad y gobernabilidad de nuestro país” no sea removido, supone un “apoyo a sus probables aspiraciones presidenciales”, apuntó el analista, quien consideró que Videgaray también tiene un “voto de confianza para sus próximos años”.

García Soto coincidió en que el presidente refrendó su confianza en dos de sus hombres más cercanos, destacó que ambos “están enfrentando circunstancias difíciles”.

“Puede ser complicado para cualquiera de los dos llegar a la candidatura presidencial” del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) para las elecciones de 2018, por lo que Peña Nieto “estaría mostrando la necesidad de crear nuevos prospectos”, añadió.

Entre ellos está especialmente uno de los nuevos ministros, Aurelio Nuño, antiguo jefe de la Oficina de la Presidencia, quien toma las riendas de la Secretaría de la Educación, en lugar de Emilio Chuayffet, afectado por problemas de salud.

“Nuño es uno de los cambios más importantes. El presidente está buscando fortalecer sus cartas con miras a la sucesión presidencial”, dijo García Soto sobre este político muy cercano a Peña Nieto.

Ahora se enfrenta a una cartera complicada por las resistencias de algunos sectores de maestros a la implementación de la reforma educativa, pero que le dará visibilidad, añadió.

El otro al que “habría que seguirle la huella”, dijo Hernández, es el hasta hoy gobernador de Querétaro, José Calzada, nombrado al frente de la cartera de Agricultura, en sustitución de Enrique Martínez.

“Durante estos tres años ha tenido una relación muy directa con Los Pinos (…) y es otro as en la manga de Peña Nieto para la Presidencia”, apuntó el catedrático.

José Antonio Meade, quien deja las riendas de la política exterior para convertirse en ministro de Desarrollo Social, es otra de las figuras que podría posicionarse en los próximos años como un posible candidato, ya que se va a una secretaría “en la cual tiene mucho contacto con la población”.

“Podría ser otro presidenciable, es un personaje poco conocido en el país y va a aumentar su popularidad en esta secretaría”, indicó el experto. EFE

El Gabinete: cambios para que todo siga igual

Los primeros relevos del Gabinete presidencial no trajeron ninguna sorpresa. Reacomodos entre los más cercanos, salidas de los que se no dieron resultado alguno y sí muchos dolores de cabeza [Emilio Chuayffet Chemor y Jesús Murillo Karam, por ejemplo], premios para quienes no alcanzaron objetivos más altos [Aurelio Nuño Mayer] y más improvisación [José Antonio Meade, en Desarrollo Social; Claudia Ruiz Massieu, en Relaciones Exteriores, y el propio Nuño Mayer, en Educación Pública, entre otros].

Pero la sacudida real no llegó.

Las Secretarías de Gobernación (Segob) y la de Hacienda y Crédito Público (SHCP), las más cuestionadas durante los casi tres años del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, quedaron intactas.

Inamovibles aún en la administración peñista quedaron Miguel Ángel Osorio Chong, el encargado de la política interna del país y de todo el aparato de seguridad, y Luis Videgaray Caso, los dos hombres fuertes del Presidente desde su campaña misma, y a quienes se les achacan los fracasos más grandes de este sexenio.

En materia de seguridad y respeto a los derechos humanos de los mexicanos y de los migrantes extranjeros, la Segob no ha podido ni ha querido resolver una crisis que ahoga al país en un mar de violencia. Su discurso, sin embargo, se ha mantenido inamovible: que vamos bien, que la delincuencia ha bajado, que México es respetuoso con los derechos civiles, que bla, bla, bla… Mientras los casos de vejaciones se suman por cientos no sólo en las cortes del país, sino también en las del extranjero.

En materia económica, la SHCP no ha hecho sino regresar al país a los escenarios de crecimiento prácticamente nulos que el viejo PRI provocó en los setentas, ochentas y noventas del siglo pasado, además de orillarlo a una crisis de deuda que hace pensar en el peor de los escenarios en los siguientes meses, mientras que, con una salida fácil, simplista y ramplona, se achacan todos los males a las condiciones económicas externas.

Entonces, ¿de qué van a servir los cambios anunciados ayer por el Presidente si no hay un viraje radical de las estrategias fallidas? Sí, Usted respondió bien: de nada.

No servirán porque para hacerlo hace falta rediseñar todo. Y lo primero es comenzar por aplicar políticas públicas, a todos niveles, que combatan la corrupción y la impunidad. Ahí está el meollo de todos los males pero para este Gobierno federal, se ha demostrado con creces, no es una prioridad.

En camino están meses aciagos por la condición económica del país, que en los años de Peña Nieto ha generado más y más pobres, más y más desempleo, más y más violencia, más y más corrupción… Además, la violencia sigue campeando en México y los grupos del crimen organizado han diversificado cada vez más sus especialidades, para coartar aún más el desarrollo del país y convertirlo en un país de luto constante.

No, los relevos en el gabinete no son la solución. Quizá incluso ni los de Osorio Chong y Videgaray Caso vendrían, a estas alturas, a aliviar gran cosa el hoyo donde la actual estrategia ha metido al país.

El gran cambio tiene que ser de fondo y de forma, pero con los equipos e intereses de la actual administración no será posible. Eso está claro. Así que, prepárese, que todo sigue igual desde el Gobierno, que nadará de muertito hasta el final, aun cuando los ciudadanos de a pie sufran los peores estragos de la tormenta.

 

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