LIBROS DE AYER Y HOY
Quizá algunos ya tienen completo el proyecto de Miguel Ángel Mancera sobre su anunciada réplica de la Capilla Sixtina, pero no queda sino imaginar una versión digital -cara- o una pega de carteles para reproducir una de las obras monumentales de la humanidad en un zócalo que paradójicamente representa un hito de otra de las grandes culturas del mundo, la nuestra. Pero también, como una paradoja, mientras se anuncia esa reproducción nuestra gran cultura es destruida por la infamia de los intereses económicos y a diario nos enteramos de edificios y huellas milenarias que son borradas y desaparecidas, con la anuencia de gobiernos que ahora se yerguen como los reivindicadores de otros.
Muy indignados nos mostramos al leer la destrucción que grupos radicales hacen de los grandes aportes artísticos de la humanidad (caso Altamira, por ejemplo) mientras a diario México -comenzando por su gran ciudad, la capital-, es sometido a las más desgarradoras sustracciones sin que nada nos defienda de la furia falaz y destructiva de las constructoras. ¿Con qué cara se levanta ahora el jefe de gobierno para ofrecer un espacio de cultura universal – que nosotros pagaremos-, cuando no tiene la capacidad ni el interés de defender lo que nos legaron nuestros ancestros?
Otro contrasentido se observa, además, en el servilismo religioso que aparece con pinta electoral, involucrándonos a todos en creencias que no son generales y de las cuales inicia la fila hablando de fe, una fe que miles y millones en el país no compartimos. ¿Se le olvidó al señor Mancera que existe una Constitución y una larga historia que conciben a nuestro país como laico y que una cosa es recibir a un representante de un Estado, con las formalidades que se merece, y otra es invocar valores extraterrestres para meternos a todos en el mismo saco? Por ese sólo hecho merecen juicio político él y los que estén involucrando la visita del papa Francisco en actos religiosos -desde los gobiernos – y no en mera visita diplomática. Lo que es de risa loca y se cuenta en todos los corrillos, es ofrecerle al papa una Capilla Sixtina de petatiux, a un tipo que con subir o bajar escalones tiene a la vista mañana, tarde y noche en el Vaticano ¡la original!
Qué bonito y diferente hubiera sido recibir al representante de la Santa Sede con una enorme exposición de nuestra cultura y de nuestros dioses, que los católicos nos depredaron. Por lo pronto ahí cerquita, en el Templo Mayor, quedan algunos –que esperamos que Mancera no tape- para decirle a los extraños que nosotros también tenemos dioses. Los nuestros.
El caso de la Capilla Sixtina –llamada así en homenaje al papa Sixto 1V- es un ejemplo de cómo las grandes obras, casi todas con motivos religiosos, son acaparadas por un sector. En México, muchas de nuestras riquezas están en manos de la Iglesia Católica a veces mal cuidadas y expuestas permanentemente al robo y la destrucción. En cuestión de nuestro patrimonio cultural también con la iglesia hemos topado.
La obra pasa por una historia infinita desde 1475 cuando es diseñada por Baccio Pontelli, de cambios, pleitos y renovaciones y en la que participan algunos de los más grandes pintores de la humanidad al frente de los cuales está, desde luego, el gran genio de Miguel Ángel Buonarroti. El fue el que redondeó El juicio Universal, pináculo de la capilla desde 1536, centrando la imagen de un cristo terrible “bello como un dios pagano”, como dicen los críticos.
Todavía a mediados de los ochenta recuerdo haber estado en esa larga sala de un poco más de 40 metros de largo, en medio del tráfago reparador siempre contemplando el dedo de la creación que, como lo dibujaron algunos caricaturistas, también en México se usa constantemente. Sobre esas centenares de figuras y miles de rasgos en los que se expresan diversas corrientes se han escrito, a la par, centenares de estudios y análisis. Los profanos solemos irnos por los catálogos del turista que los romanos venden a montones y que pese a los recorridos profundos por internet, películas y videos, es lo más inmediato cuando la gente se mueve por el mundo.
Las ediciones El Vaticano y Roma y Vaticano (Edditrice M.A.PI.R y Plurigraf, ambas italianas) ilustran lo que es la fabulosa capilla aunque los capitalinos pueden esperarse a ver la que armará el señor Mancera, mientras se le organiza una especie de juicio universal -que debe ser duro-, por los desmanes que está haciendo con nuestra cultura.
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx
