OAXACA, OAX., diciembre 6.- La noche del viernes 4 de diciembre, en su segundo informe de gobierno municipal, el edil priista de Oaxaca de Juárez, José Javier Villacaña Jiménez, echó la casa por la ventana, a pesar de que tiene a una fila de acreedores en espera de pago y a las agencias en espera de ayuda realmente efectiva.

Fue un festejo donde hubo de todo, al clásico estilo del partido tricolor: un gran operativo policial, con guardias de “su amigo” el gobernador Gabino Cué Monteagudo –como lo llamó el Munícipe–, edecanes por todos lados, decenas de invitados especiales en primera fila, y centenares de habitantes pobres, traídos de las colonias populares, además de locatarios, que llenaron las gradas y la plancha de la amplia Plaza de la Danza.

Juntos, pero no revueltos. Con el PRI vuelve el acarreo descarado y la diferencia entre clases sociales, apuntaban los comunicadores en su crónica de los hechos.

Y al final del acto, que duró aproximadamente hora y media, todos invadieron la sede del Ayuntamiento citadino para participar en una gran comilona y disfrutar de tostadas, tamales, pollo enchilado, hot dogs, ponche, atole de leche, aguas de sabores, dulces regionales, arroz con leche, frikos, golosinas chatarra y frutas.

“Estamos convencidos de haber logrado muchas de las aspiraciones de la ciudadanía. Anhelos que han cristalizado en satisfactores por muchos años esperados”, afirmaba Villacaña Jiménez, a punto de concluir la lectura de su informe que duró una hora, aunque hace apenas cinco años que su partido, el PRI, dejó el gobierno en peores condiciones.

Ocho cuartillas y media integraron el documento leído ante sus invitados de honor: el gobernador Cué Monteagudo, el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Alfredo Lagunas Rivera; la infaltable diputada priista Martha Alicia Escamilla, y el comandante de la 28 Zona Militar, Rogelio Armando Patiño Canchola.

A las 16:45 horas, 20 minutos antes que iniciara la sesión solemne, en un acceso ubicado entre la Avenida Morelos y la fachada del templo de San José, los invitados especiales luchaban cuerpo a cuerpo para ingresar al acto.

“No me empuje, por favor, se lo pido de la manera más atenta”, decía el coordinador de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento citadino, Daniel Camarena Flores, a una mujer que estaba junto a él.

“Yo no lo estoy empujando, a mí me están empujando”, reviraba la mujer que buscaba abrirse paso.

“Es que hay un hoyo donde estoy parado y me puedo caer”, contestaba el ex jefe policial en gobiernos estatales y municipales anteriores, mientras señalaba una pequeña alcantarilla que provocaba sus miedos.

Estiraban los brazos hombres bien trajeados y mujeres perfumadas, emperifolladas, mientras mostraban invitaciones, gafetes y tarjetas a miembros del “staff”, que en su mayoría eran empleados del Ayuntamiento habilitados para la ocasión.

“¡Jorge, Jorge!”, gritaban a un supuesto funcionario municipal para que éste los atendiera y les hiciera la señal para continuar en medio de la valla de decenas de policías municipales para poder llegar a las primeras filas, las de los “invitados especiales”. Para el pueblo estaban destinadas las gradas.

En “la bola”, el fugaz ex presidente municipal panista, Alberto Rodríguez, más conocido como “El Güero Rodríguez”, al igual que el coordinador de asesores del gobierno de Cué Monteagudo, el ex policía Alberto Esteva Salinas, figuraban entre los invitados especiales. Ambos se habían encontrado dos cuadras antes, en su trayecto a la Plaza de la Danza, sobre la Avenida Morelos.

¿Cómo estás?, le preguntó Rodríguez al ex Secretario de Seguridad Pública. “Bien, trabajando en la jefatura”, respondió éste en tono marcial.

Por fin, luego de varios minutos de focejeo, los invitados especiales pudieron ingresar, mientras las edecanes que se esforzaban por sonreír les indicaban por dónde encaminarse.

El área destinada a la prensa ya estaba ocupada por personas ajenas a esta actividad, y los fotógrafos de los medios de comunicación recibieron indicaciones de “pasar dos por dos”, cuando Villacaña Jiménez ya rendía su informe y le dabael enésimo sorbo a su vaso con refresco.

Como en campaña, inundaba el ambiente la música de bandas y en el graderío se observaban las mantas de apoyo al Edil priista, de organizaciones de locatarios, colonos, organizaciones de taxistas, camioneros y beneficiarios de distintos programas municipales, como lo señaló el propio Villacaña Jiménez que arribó a las 17:10 horas a la sesión pública y solemne, programada para iniciar a las 17:00 horas.

El secretario municipal, Jorge Manuel Martínez Gracida Orduña, pasó lista de asistencia, luego dio lectura a la orden del día, y aprobada ésta por unanimidad se abrió un receso de cinco minutos para recibir a los invitados de honor –el gobernador Cué Monteagudo, el Presidente del TSJE, la representante del Congreso local y el Comandante de la 28 Zona Militar.

Calaba el frío, mientras continuaban llegando –retrasados–, los invitados especiales, entre ellos dirigentes empresariales y el vocero de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, José Guadalupe Barragán Oliva, quien fue llevado por la parte trasera del templete especial de integrantes del Cabildo para ser acomodado.

A punto de iniciar el informe llegó la Regidora de Salud Pública, la neo panista Marlene Aldeco Reyes Retana.

A las 17:20 horas, Villacaña Jiménez ya informaba de los cinco ejes de gobierno municipal: “Oaxaca con gobernanza”, renglón en el que dio a conocer que el próximo año “se incrementará notablemente la multa a quienes conduzcan en estado ebriedad, porque ya ha sido aprobado en la próxima Ley de Ingresos”.

Se refería al eje de “Oaxaca incluyente y con justicia social”, en el que señalaba que los agentes municipales han sido parte primordial de su administración, y agradecía a “su amigo” Alejandro Murat Hinojosa por respaldar el Programa Nacional de Regeneración Urbana.

Cuando había transcurrido media hora de lectura del informe, arribó la presidenta municipal priista del puerto de Salina Cruz, Rosa Nidia Villalobos González. Con la mirada buscaba “su lugar”. “Es que ya están todos ocupados, porque ya es tarde”, le decía una de las edecanes. “Es que vengo desde Salina Cruz”, respondía la ex diputada local, arguyendo quizá una distancia de miles de kilómetros. Luego un hombre trajeado le cedió su lugar en el área destinada a la prensa y la edil se resistía a ocuparlo.

Mientras daba pequeños sorbos a un refresco de naranja en un vaso que solícito le acercaba uno de sus tantos ayudantes, Villacaña Jiménez explicaba el eje 3 “Oaxaca competitiva” (sic), y reafirmaba que “de manera equitativa, tomando en cuenta el tamaño de la agencia municipal y sus necesidades, la que menos tiene dispone de un fondo de 5 millones de pesos, y la que más un techo de 12 millones de pesos”.

Al principio del informe, Cué Monteagudo y el Presidente del TSJE comentaban entre sí, y lo mismo hacían en sus asientos el ex munícipe Manuel de Esesarte Pesqueira y el diputado local panista Sergio Andrés Bello Guerra.

Mientras, el munícipe citadino señalaba que, “en términos generales, este año se están ejerciendo o están en proceso 355 obras de diferente envergadura con una inversión superior a los 305 millones de pesos, sin incluir los recursos destinados a los mercados”.

Siguió con el cuarto eje: “Oaxaca con proyección al mundo”, y luego el quinto: “Oaxaca institucional y eficiente”. En éste último se refirió al tema de la transparencia, que llamó “uno de los ejes transversales de nuestra gestión”.

Aseguró que en materia de rendición de cuentas, desde el inicio de su administración instruyó a la Contraloría Municipal vigilar el manejo eficiente y correcto de los recursos municipales y como resultado de ello se realizaron 28 auditorías estratégicamente planificadas para examinar las transacciones, operaciones y registros financieros de las diversas áreas que integran la administración pública municipal, “no sólo para detectar, sino para en su caso corregir cualquier tipo de error o irregularidad que se presentara”.

A punto de concluir su informe, Villacaña Jiménez, quien ha declarado abiertamente que también aspira a la gubernatura, abordó el tema del ambulantaje, como “un asunto pendiente que tiene connotaciones legales, y no sólo de voluntad”, y culpó a “administraciones pasadas de haber propiciado situaciones complejas”.

Acusó, sin dar nombres, a su antecesor el neo panista Luis Ugartechea Begué, de haber otorgado al vapor en los últimos tres meses de su administración, 1 mil 500 permisos. Sin embargo, no dijo por qué no ha aplicado la ley en este caso, como se comprometió y a la fecha no ha hecho nada.

A las 18:20 horas, la sesión pública y solemne concluyó con el Himno Nacional.

Entonces, los “invitados de honor”, seguidos de la multitud se encaminaron al interior del palacio municipal. Fue una avalancha que se precipitó hacia las mesas para la gran comilona.

Mujeres con niños en brazos, hombres, todos se abalanzaron sobre las mesas. Funcionarios municipales, invitados especiales, policías municipales y varios federales se entremezclaban en los dos patios y corredores de las planta alta de la sede del Ayuntamiento citadino.

Inmensas las filas y, al final, con su plato en mano, una mujer, cuando ya cruzaba la Plaza de la Danza, comentaba: “¡qué horror, que hambre de la gente, todo se acabaron, todo dejaron sucio, toda la basura tiraron en el suelo”.