MÉXICO, D.F., diciembre 8.- Asumido como un devoto del periodismo, José Luis Martínez S. ha escrito durante más de 25 años su columna El Santo Oficio con la premisa de “la memoria como conciencia integrante de lo humano”. Las reflexiones que ha construido durante este tiempo, conforman una bitácora de reconocimientos, semblanzas, declaraciones y testimonios de la vida diaria que han dado forma a su crítica periodística sobre el ejercicio del arte y la cultura.
A decir de Fernando Solana, José Luis Martínez S. adopta en su espacio periodístico el personaje de “monje cartujo” en tercera persona para renunciar voluntariamente al espacio sensible y consignar “desde tal distancia supuesta y mediante un Santo Oficio inquisitorial, artificios retóricos que le sirven para lograr sus paradójicos y brillantes contrarios”, es decir el autor ve “la santificación del oficio periodístico mismo como un reconocimiento de su insustituible valor civilizacional”.
Así, la recopilación de textos que hace el libro El Santo Oficio, publicado en el año 2013 en la colección de Periodismo Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, reúne una muestra de los artículos más relevantes para el periodista, agrupados en tres apartados: “Periodismo: la tinta y la imagen”, “Entre libros y autores” y “De la cultura popular”.
De esta forma el primer apartado de la obra se ocupa de abordar el ejercicio periodístico desde dos medios, la tinta y la imagen. Así José Luis Martínez S. regala páginas sobre periodistas como y fotoperiodistas: Carlos Landeros, Huberto Batis, Marco Aurelio Carballo, Héctor de Mauleón, Ricardo Salazar, Pedro Valtierra, entre otros.
En esta sección del libro el autor hurga en temas tan variados como el movimiento lésbico-gay abordado en el libro Los nombres del arco iris (2006) de Braulio Peralta, la difusión del pensamiento y obra de Alfonso Reyes a través de Humberto Musacchio, la maestría de la crónica deportiva de Francisco Martínez de la Vega, e incluso da pie a la reflexión iniciada en el Club de Periodistas en el 2005 en torno al oficio a partir de la retórica de José Alvarado, quien argumenta que “todo reportero de verdad aspira alegría en los olores de las cosas y cree en la armonía de los seres. Todos los objetos poseen brillo ante sus ojos y en cada hecho se adivina un mensaje y un sentido.”
Asimismo, José Luis Martínez S. se encarga de examinar su propia identidad literaria a través del escrutinio de la obra y vida de los principales autores de la literatura latinoamericana: Mario Benedetti, Xavier Velasco, Rafael Pérez Gay, Carlos Fuentes, Jaime Sabines, Salvador Elizondo, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Fernando Vallejo, entre otros.
Algunos de los temas del volumen El Santo Oficio incluyen la biografía no autorizada de Juan Rulfo, la esencia de José Emilio Pacheco como amanuense de Arreola, el valor literario de Carlos Monsiváis, la convocatoria lanzada en el periódico El Financiero por Eusebio Ruvalcaba para solidarizarse con el poeta Javier Sicilia por el asesinato de su hijo el 27 de marzo de 2011.
En este mismo capítulo el autor de El Santo Oficio se refiere a personajes como Rius, Porfirio Díaz, Frida Kahlo, Remedios Varo o Pablo Picasso.
Por otro lado, el periodista escribe sus impresiones de la creación musical, y devela una de sus principales pasiones. Sin limitaciones de género o época, reitera “otra convicción incuestionable que abona la educación sentimental del autor: sin la música la vida sería un error”, apunta Fernando Solana.
Los pasajes escritos a través de temas como Tears in heaven en la voz de Eric Clapton, Sabor a mí con José José o Nancy de Frank Sinatra conducen al lector a través de un viaje musical de la mano de José Luis Martínez S. para conocer, entre otras cosas, distintas perspectivas de hechos musicales de gran trascendencia como el suicidio de Kurt Cobain, la imagen seductora y a la vez melancólica de Agustín Lara retratada en el libro Mi novia la tristeza (2008) de Guadalupe Loaeza y Pavel Granados o la presentación de Bob Dylan en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México en 1991.
Sin embargo, no sólo de música está hecha la cultura popular, eje temático que aborda en este último capítulo de El Santo Oficio, el cine, el humor e incluso el albur son puntos de partida para que el periodista se ocupe de recrear la cotidianidad, a lo que Solana apunta “su pasaje de la época es una magnifica plegaria cultural e ilustrada que alivia de la precariedad actual. Vivir no es necesario; leer, escribir, recordar y reconocer lo que se vive sí. Entonces José Luis Martínez S. es necesario.”
Actual director del suplemento cultural Laberinto de Milenio Diario, José Luis Martínez S. fue editor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, coautor de los libros De la región al mundo (2005), País de muertos (2011) y escritor de La vieja guardia. Protagonistas del periodismo mexicano (2005). De igual forma se ha desempeñado como catedrático de la UNAM y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.
Su libro El Santo Oficio es publicado en la colección de Periodismo Cultural de Conaculta y actualmente se encuentra disponible en la Red de Librerías de Educal.