LIBROS DE AYER Y HOY
Al navegar en una crisis sin precedentes, el estado español viene arrastrando una serie de circunstancias que estaban latentes pero que de pronto, como la gota que derrama el vaso, dejaron al desnudo lo que realmente es el gobierno y su monarquía.
Desde tiempo atrás circulaba por lo bajo la vida de auténtico rey que se daba Juan Carlos de Borbón, su frivolidad, sus gastos exorbitantes, sus mujeres, el apoyo que daba a su hija la ex infanta Elena y a su yerno Iñaki Urdangarín en los fraudes que ahora los tienen en el banquillo de los acusados. Desde los años noventa, la monarquía usaba entre el 9 y el 10 por ciento del PIB en sus gastos personales.
El ahora llamado rey Felipe sabía de lo anterior y lo disfrutaba. El ex gobernante Felipe González del PSOE, hoy defenestrado por la propia población que lo insulta en público, se plegó a esas realidades, no se diga del también ex José María Aznar del PP, que contó con la anuencia de Juan Carlos para apoyar la guerra de Estados Unidos contra Irak, mientras los vocingleros de la corona acentuaban las vieja historia del monarca demócrata y deslindador del franquismo, cuando los franquistas seguían participando en los mejores lugares y capitales del país. Negociación por la reconciliación, decían.
Las cosas se acentuaron con la beligerante oposición del ultraderechista Mariano Rajoy a la independencia de Cataluña y el descubrimiento del gran fraude del Instituto Nóos que involucra al yermo ex deportista y a la ex infanta Elena.
En esto último surge un dato curioso, la insistencia de la defensa de utilizar la llamada doctrina Botín, que se estructuró durante el proceso al banquero Emilio Botín por corrupción. Una doctrina que niega el acceso al proceso cuando hay una denuncia popular y no interviene ninguna institución del estado.
La intervención del fiscal en este caso, allanó el juicio y hoy en día, los dos procesados, con una serie de chicanadas, como dirían en México, -Urdangarin se acaba de declarar inocente-, se mueven como anguilas tratando de evadir la cárcel. El argumento de la defensa no les ha servido.
Graham Greene el escritor británico fallecido en Suiza en 1991, escribió de todo, pero fue un maestro en sus relatos y cuentos cortos. El Argumento de la Defensa ( The case for defense, Penguin USA 2005), también llamado La defensa, uno de sus cuentos breves más reproducidos y editados, concentra no obstante una de las premisas del juicio, la capacidad de probar la acusación en un proceso penal.
El asunto se centra en una mujer que jura que el acusado que está en la sala es el que vio salir con un martillo de la casa vecina donde fue asesinada una anciana. El defensor usa todos sus recursos para hacer caer en contradicción a la mujer, incluso utilizando la visión precaria de ésta.
La sorpresa de los asistentes a la sala no tiene límites, cuando aparece un hombre idéntico al acusado: eran gemelos ¿Quien de los dos era el culpable? Greene fue considerado un escritor católico y lo prueban cuatro de sus novelas, una ellas El poder y la gloria, desarrollada en Tabasco durante la época cristera, que cuenta la historia conflictiva de un sacerdote arrepentido. Al escritor no le gustaba mucho que lo consideraran así pero en algunos casos solía dejar el castigo de sus personajes a la justicia divina, como es común en algunos escritores ingleses.
Declarado inocente, el hombre del cuento es atropellado al salir del juzgado. ¿Murió el culpable o el inocente? Greene le deja la solución del enigma al lector.
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