Siempre se vuelve a la misma pregunta, ¿por qué en los medios, en la academia, el gobierno y en cualquier lugar que se toque el tema, se refieren a la iglesia católica como La Iglesia? Se entiende que para los medios los encabezados son más precisos si se acorta el nombre, pero la verdad siempre debe prevalecer ¿O ellos consideran como verdad que esa religión es La Iglesia con mayúscula?

Es cierto que el catolicismo en este continente, enquistado a sangre y espada por los españoles que impusieron esa religión, es el más grande, pero los siglos pasaron, hubo una Reforma al menos en México, y  existe constitucionalmente escrito, el laicismo  Los jerarcas todavía hablan del 90 por ciento de católicos en México, pero cifras oficiales apenas lo acercan al 80 por ciento.

En otros las cifras son reducidas, África tiene alrededor de 14 por ciento de católicos y Estados Unidos 25 por ciento con cifras cambiantes y en Europa hay un estancamiento ¿Por qué de forma ofensiva se sigue dando ese énfasis en una sola religión, en México?

El hacerlo es reconocer implícitamente una religión de estado, cosa que sorprende en medios, personas y analistas que se dicen progresistas. ¿O será que en el fondo tienen su corazoncito y su fe y creen en la iglesia romana como la ama y señora?

Todo esto viene a cuento para decir que algunas de las otras iglesias, las protestantes, salieron a la palestra después de algunas semanas de la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y ponen su grano de arena en la propuesta de la familia regular, la que produce la especie.

Aunque no está claro si la propuesta oficial para legislar ese matrimonio se hará efectiva o es solo una lanza transitoria, la semana anterior algunos medios informaron que denominaciones religiosas presentarán una iniciativa, entre otras la Confraternidad Evangélica de México, la Coalición Internacional Mexicana de Apóstoles, la Coordinadora Estatal de Alianzas Evangélicas, para que se legisle -o se recalque- la existencia de la familia tradicional, la que prolonga la especie.

La proponen como si la especie no se pudiera prolongar fuera del matrimonio e incluso en matrimonios del mismo sexo, mujeres que se inseminan u hombres de la pareja homosexual que tengan relaciones con mujeres con ese fin. O bien, donen su esperma para una madre de contrato como lo han hecho innumerables personas, políticos, cantantes y actores entre ellos.

Tanto en la iglesia católica como en las iglesias protestantes además de rechazar el matrimonio en personas del mismo sexo, no hay una propuesta creativa respecto a la familia tradicional en un medio en donde los miles y miles de divorcios deberían de asustar al más conservador, además del abandono de hijos, feminicidios en parejas casadas y desobligación económica.

El pretexto de los religiosos es pueril y en el fondo, aunque cacarean mucho la defensa de los homosexuales al decir que respetan sus derechos, exhiben su conservadurismo y un pudor rancio contra el derecho de igualdad que señala la Constitución.

Cada cual con su quimera, escribió Charles Baudelaire entre decenas de poemas en prosa ( El Spleen de París), algunos reunidos en un libro en España, en 1999, por Edimat Libros S.A. En él hay 50 de esos pequeños relatos fincados en un desfogue poético, del autor de Las Flores del Mal.

El poeta visualiza, sorprendido, a muchos hombres que caminan inclinados, porque a sus espaldas llevan una quimera, el monstruo mitológico que arrojaba fuego por la boca, tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.

Baudelaire lo maneja en sentido figurado “pero el monstruo no era un peso inerte; al contrario abrazaba y oprimía al hombre con sus elásticos y poderosos músculos…”. El francés nacido en París en 1821 y fallecido a los 46 años, es considerado uno de los teóricos de la poesía y se considera un punto de referencia en la evolución de la poesía de la época.

Las Flores del mal que ha escandalizado a algunos, es una “encarnación sincera de los movimientos estéticos de la época”, señalan sus editores. Eso de la quimera, en la que se igualan católicos y protestantes en México, es el monstruo del conservadurismo que llevan en sus espaldas para tratar de bloquear todo lo que a sus intereses convenga.

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