PALACIO LEGISLATIVO de San Lázaro, Ciudad de México, agosto 2.- El coordinador de los diputados federales del PRD, Francisco Martínez Neri, denunció que en nuestro país la mayoría de las comunidades indígenas aún no disponen de servicios básicos como son agua potable, drenaje y saneamiento, electricidad y vivienda digna.
“El Gobierno federal continúa lejos de lograr lo prometido al inicio del sexenio, acerca de garantizar el acceso a servicios básicos, así como cubrir las necesidades de seguridad social, acceso a educación de calidad y alimentación digna de la población indígena”, precisó.
Sin duda, puntualizó el legislador oaxaqueño, la falta de estos servicios, así como el difícil acceso geográfico a la gran mayoría de estos pueblos y la barrera del idioma, los coloca en una situación de vulnerabilidad que no ha sido revertida y por el contrario en los últimos años se ha recrudecido de manera alarmante.
El líder parlamentario del partido del sol azteca detalló que de acuerdo con cifras oficiales, de los 12 millones de indígenas que habitan en el país, el 17.8 por ciento es analfabeta (alrededor de un millón 460 mil 294 personas).
De igual forma, casi dos millones de indígenas (16.5 por ciento) no tienen acceso a ningún tipo de servicio de salud. “Sólo por ejemplificar las condiciones precarias en las que se encuentra este sector de la población”, subrayó.
Ante este panorama, Martínez Neri dijo que es responsabilidad de los 3 órdenes de gobierno impulsar políticas públicas para que se respeten los derechos y la identidad cultural de los pueblos indígenas, a fin de mejorar las condiciones en que viven.
“El GPPRD hace un enérgico llamado al titular del Ejecutivo, para que gire las instrucciones necesarias a las dependencias relacionadas con los pueblos indígenas, con el propósito de garantizar la vigencia de los derechos de esta población y el desarrollo integral de sus comunidades”, puntualizó.
Recordó que entre los derechos de las comunidades indígenas está lo relativo a su reconocimiento pleno, al acceso a la justicia, a la alimentación, la salud, la educación, la vivienda y la infraestructura básica, así como a poder desarrollar actividades productivas que le permitan mejorar sus fuentes de ingreso.
“Tristemente observamos que el discurso sigue siendo el mismo, el de otorgar apoyo para elevar su calidad de vida, pero en la realidad esto queda desfasado, pues la marginación y vulnerabilidad es el día a día de estas comunidades”, subrayó.