SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, septiembre 26.- Instaurada en noviembre el 2010 como la panacea del gobierno de la alternancia, la que solucionaría de una vez por todas el caos legislativo imperante y sentaría las bases para el Oaxaca moderno, la coalición PAN-PRD-MC-PT en la feneciente LXII Legislatura resultó un verdadero fracaso.
A la mayoría de sus hombres y mujeres les ganó la condición humana y les faltó cohesión y unidad. Se impuso sobre ellos y ellas el poder del dinero, las promesas de empleo, la “continuidad política” y hoy, a tres años de distancia, están convertidos en una aguerrida fracción parlamentaria “muratista” –muy leales al próximo Gobernador del Estado–, defendiendo todos sus proyectos.
Por ello, el ex coordinador de la bancada del PRD y hoy diputado electo del Partido del Trabajo (PT), Jesús Romero López, dice que los próximos diputados de las “fuerzas progresistas, opositoras al PRI”, que entrarán en funciones el 13 de noviembre próximo– “están obligados a una articulación mínima para establecer una agenda de riesgos”.
Y como en la próxima LXIII legislatura tampoco habrá un partido que detente la mayoría absoluta, Romero López recuerda que siete de cada diez oaxaqueños votaron en contra del PRI, por lo que hay una mayoría anti-PRI en Oaxaca que se ve reflejada en la pluralidad del Congreso”.
En entrevista, el político de origen istmeño insiste en que los legisladores que llegan tienen la responsabilidad de articularse en una agenda mínima que defienda la visión, el pensamiento e intereses de los ciudadanos que no se ven representados por un gobierno de corte priista.
“Los oaxaqueños están pensando en democracia, derechos humanos, economía, justicia y acceso a una vida con mayor calidad”, anota.
Con el mal sabor que dejó la coalición legislativa que fenece, dice que “es necesario articularse entendiendo la pluralidad que hay en Oaxaca para trasladarla al Congreso, fijando posiciones políticas, construyendo consensos en beneficio de las y los oaxaqueños, inclusive de los que votaron por el PRI para que vean resultados y ello se cristalice en paz, desarrollo, gobernabilidad, inversión, entre otros temas que están en la agenda nacional y estatal”.
Opina que “se tiene que defender el mínimo avance de la democracia en Oaxaca y pasar de la parte declarativa a las acciones”.
Para ello, propone un primer encuentro de legisladores de distinta vertiente partidaria para construir y evitar la regresión política que significarán las “reformas a modo del gobernador electo, Alejandro Murat Hinojosa”.
Sobre el fracaso y la dispersión de la coalición legislativa PAN-PRD-MC-PT, el diputado electo Jesús Romero López reitera que “exhibe que en la vida de todo político la condición humana les ganó” (sic).
Fundamenta su apreciación: “La condición humana de los actuales diputados y diputadas de oposición al PRI les rebasó su compromiso social y político con Oaxaca. También no se vieron motivados por un buen gobierno que siempre fue acusado de corrupción e ineficiencia”.
En opinión del seguidor de Benjamín Robles Montoya, candidato perdedor de la pasada elección a gobernador, “se contaminó la relación política entre el Ejecutivo y el Legislativo, por lo que varios diputados de izquierda abandonaron los principios y proyectos que enarbolaron en la alternancia política del 2010, se perdieron en el camino y hoy ahí están las consecuencias” (sic).
A su juicio, “faltó cohesión y unidad y se impuso el poder del dinero al poder de la gente y ahí están las consecuencias con la existencia de una fracción parlamentaria unitaria muratista”.
Señala que los actuales diputados de Morena: Félix Antonio Serrano Toledo y Vilma Martínez Cortés, así como los del PRD, Unidad Popular, MC, PT y los del PAN, en su mayoría, están actuando de manera uniforme entono al proyecto “muratista”, en función a un proyecto personal, de continuidad tal vez política, con promesas, porque son temas que no les van a cumplir y entorno a un tema económico de liquidar pendientes, deudas y el bono de marcha”.
Insiste en que la feneciente LXII Legislatura “es muratista” y obedece al interés personal de cada uno de los legisladores, no al de la colectividad o la sociedad.
Por ello, reitera que la LXIII Legislatura que llega debe tener el reflejo de la amplia pluralidad y realidad social de Oaxaca.
El ex perredista afirma que no se puede dar marcha atrás a la conquista mínima en materia de derechos humanos, libertad de expresión y fortalecimiento de los poderes Judicial y Legislativo frente al Ejecutivo ahora avasallante.
Adelanta, incluso, que deberían revisarse los perfiles de los actuales integrantes de los organismos autónomos para sustituirlos por perfiles que emanen de la sociedad civil, no de intereses del gobernante en turno, ni de simpatías y amistades o de relaciones familiares.