OAXACA, OAX., enero 2.- La Capital del Estado y quienes en ella viven no pueden seguir siendo víctimas y rehenes de quienes en ejercicio de su derecho a veces violentan el derecho a la vida, a la salud, al trabajo, a la libre circulación y a otros derechos.
Así lo advirtió el nuevo presidente municipal de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, José Antonio Hernández Fraguas, quien convocó a la concordia, a la conciliación, al acuerdo permanente, al diálogo entre todas y todos para encontrar la solución a las diferencias.
En su mensaje –tras rendir protesta como Edil–, dijo que inicia una nueva etapa en la que buscará afanosamente recuperar los valores citadinos en un ambiente animoso y de solidaridad mutua.
“Quien levante la voz seguramente tiene razones para hacerlo, y nosotros estaremos siempre dispuestos a escucharlo. Quien se manifiesta y quien exige la atención de las autoridades, seguramente tendrá motivos para hacerlo”, subrayó.
Hernández Fraguas señaló entonces que quienes sean designados en los diferentes cargos de la administración municipal, como gobierno y ciudadanos estarán sometidos al escrutinio ciudadano y a la calificación de nuestras acciones.
Por ello, advirtió, no aceptará que ningún servidor público caiga en la tentación de recibir un sólo peso indebido y denunciará públicamente a aquella empresa o prestador de servicios, contratista o proveedor, que ofrezca el menor privilegio para verse beneficiado económicamente.
Ante el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, el Edil capitalino ofreció voluntad y compromiso para ayudar a superar los grandes problemas con disposición abierta al diálogo.
“Nuestro gobierno tendrá que ser entonces el receptor y el conductor de demandas; pero primero hablemos, y luego nos manifestamos”, apuntó.
Hernández Fraguas recalcó que el gobierno municipal tiene que ser el conductor hacia una nueva esperanza; garantizar mejores espacios de vida; asegurar que quienes viven en la capital se sientan orgullosos del sentido de pertenencia y de arraigo con esta tierra.
De acuerdo con el Munícipe, es necesario construir una ciudad donde las personas sean lo más importante. “Una ciudad para las niñas, los niños, los adolescentes, los jóvenes, para las personas de la tercera edad y las personas con discapacidad, donde el ser humano que está al lado nuestro, por un momento –que es éste momento– signifique la persona más importante; agradecer que nos hayamos topado con ella; tratarla con respeto y consideración”.
“Construir una ciudad donde tú y yo, nuestras familias, quienes piensen distinto, podamos expresarnos con libertad. Pero la libertad no quiere decir destruir, violentar, obstruir”, completó.
En el fondo, agregó, la libertad tiene más sentido cuando se trata de mejorar la convivencia social, cuando se utiliza para llegar a entenderse mejor y comprender las necesidades. “Libertad sí, para fortalecernos, no para agredirnos”, asentó.
José Antonio Hernández Fraguas reconoció que para lograr hacer la ciudad que queremos, el gobierno es el primero que debe dar el ejemplo.
“Cuando el gobierno exige respeto a la ley, primero debe ser el gobierno el que cumpla a cabalidad todas las normas. Cuando reclame honestidad a los ciudadanos, el gobierno primero debe trabajar con absoluta transparencia”, resaltó.
Luego anunció que dará a conocer con amplitud los recursos con que cuenta el gobierno municipal para atender las demandas más sentidas de las colonias populares.
“Para favorecer a la economía de nuestro municipio, todas, absolutamente todas las obras que se realicen con los recursos municipales serán ejecutadas por empresas oaxaqueñas y licitadas ante los ojos de esos consejos ciudadanos”.
Respecto a las prácticas comerciales indebidas, informó que pondrán en orden al comercio en vía pública; no se permitirá que nadie expenda artículos irregulares, “pero para ello, se requiere el respaldo y el apoyo de la ciudadanía. Empecemos por no comprar productos en la calle que tienen una procedencia ilegítima”.
Sostuvo que Oaxaca se transformará en la medida en que transformemos nuestras condiciones de vida, en la medida en que las oportunidades sean del mismo tamaño que los sueños.