+ El uso del helicóptero oficial para viaje de placer de su hijo y acusaciones de corrupción y enriquecimiento inexplicable fueron borrados por el gobierno de un plumazo
OAXACA, OAX., agosto 2.- Sin mayores sorpresas, redivivo el viejo estilo del dinosaurio priista, los gobiernos federal y estatal que encabezan el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, respectivamente, premiaron una vez más la corrupción que dicen combatir al ungir al acusado de enriquecimiento inexplicable, Alejandro Avilés Álvarez, como nuevo delegado de la Sedesol en Oaxaca.
Corrido de la Secretaría General de Gobierno (Segego) porque su hijo utilizó el helicóptero oficial para un viaje de placer a la Costa oaxaqueña, además de múltiples acusaciones por venta de candidaturas y plazas de Administradores Municipales, cobro de cuotas y otros actos de corrupción, fueron borrados de un plumazo.
El sistema priista premia así a los personajes que le sirven para las acciones más delesnables, por lo que este martes, Rodrigo Alejandro Nieto Enríquez, Oficial Mayor de la Sedesol; diputados federales y locales de diferentes fracciones y partidos, como en romería atestiguaron y legitimaron el regreso de la corrupción a una de las tantas oficinas del gobierno federal en Oaxaca.
Ahí estuvieron funcionarios, ex funcionarios y políticos de todos los signos, sin ningún recato, buscando “chamba”, como Carlos Santiago Carrasco, delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob); presidentes municipales como el neo perredista Alejandro López Jarquín, de Xoxocotlán; Raúl Bolaños Cacho Cué, titular de la Sedesoh, en representación del gobernador Alejandro Murat; miembros del gabinete; secretarios de gobierno; el secretario particular del Gobernador; el secretario General de Gobierno, Héctor Anuar Mafud.
También el senador priista que ya concluye su encargo Jorge Toledo Luis; la secretaria de la Mujer de Oaxaca, Miriam Liborio; la diputada local panista Eufrosina Cruz; la ex rectora de la UABJO, Leticia Mendoza Toro; Fabián Herrera, titular de Sinfra; Francisco García López, de Sevitra; líderes de las llamadas organizaciones sociales; Gabriel Hernández, de Antorcha Campesina; el Secretario estatal de Turismo; el Delegado federal del SISEN; el ex diputado local del MC y dueño del periódico “Noticias”, Ericel Gómez Nucamendi, acompañado de su sobrino político, el ex presidente del TSJ, Rodrigo Lagunas, y toda la estructura de gestoría de la Sedesol en Oaxaca.
Sin ningún recato, más bien con todo su cinismo a cuestas, Avilés Álvarez pregonó que “la meta es alcanzar la justicia social en cada una de las comunidades de los 570 municipios de la entidad para el cumplimiento del proyecto muratista de un Oaxaca incluyente con política de resultados” (sic).
Dijo también que en México se está impulsando una política social de Estado con el presidente Peña Nieto para combatir la pobreza y marginación social que lacera a las comunidades.
“Vamos a redoblar esfuerzos para que los programas lleguen a quienes tienen que llegar. Vamos a cumplir con esta gran encomienda, porque Oaxaca necesita del esfuerzo de todos”, ofreció a su retorno el político oaxaqueño que salió corrido de la Secretaría General de Gobierno.
“Vamos a trabajar en equipo; eso es lo que quiere Oaxaca, un equipo fuerte, para coadyuvar en el abatimiento de las carencias”, expresó en medio de aplausos de sus seguidores y aliados que se olvidaron de la “casa blanca” que éste se construyó en tiempo récord en terrenos de Tlalixtac de Cabrera, así como de las corruptelas y traiciones políticas de Alejandro Avilés.
Con un discurso plagado de cinismo, a ver quién le cree, Avilés anunció que “Unidos vamos a impulsar el desarrollo social y vamos a ser férreos defensores de la política social, con obras que verdaderamente impacten, sin importar ideologías y credos, con el único objetivo de trabajar por Oaxaca, por los más necesitados; combatiendo las desigualdades, vamos a trabajar por Oaxaca, con justicia social para todos”, prometió como en campaña el ex líder de la corrupción en la LXII Legislatura del Estado.