#DatosCerrados | Sólo hasta que se inicie un nuevo Gobierno será pública la información del sótano que en 2007 mandó remodelar Felipe Calderón de la casa Miguel Alemán de Los Pinos. El ex Presidente quien gobernó México de 2006 a 2012, dejó bajo reserva del 1 de julio de 2007 al 1 de julio de 2019, los planos y proyectos arquitectónicos de ese sitio subterráneo. Lo que mandó poner ahí el Presidente que le declaró la guerra a los cárteles del crimen organizado es un dato cerrado por ahora.
CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 12 (SinEmbargo).- En 2007, Felipe Calderón Hinojosa mandó remodelar el sótano de la casa “Miguel Alemán” de la residencia de Los Pinos; pero lo que ahí se construyó se mantiene como un misterio. Los planos, el anteproyecto y el proyecto arquitectónicos de ese sitio subterráneo fueron puestos bajo reserva por el ex Presidente del 1 de julio de 2007 al 1 de julio de 2019.
Ahí puede estar un búnker o un salón de juegos y fiestas remozado. En 2010, en una entrevista del ex Mandatario con el noticiario nacional CBS Evening News with Katie Couric, sólo transmitida en Estados Unidos, el ex Presidente mostró un búnker supersecreto, pero no precisó que se encontrara en Los Pinos. Sólo dijo que estaba debajo de la Ciudad de México. “¿Usted recuerda el programa de televisión 24? Yo quería todos los juguetes, todo eso, todos los instrumentos necesarios para ser superiores a los criminales”, dijo en esa ocasión el Presidente que le declaró la guerra a los cárteles de las drogas.
Según el libro “Los Pinos: esta es tu casa” de Víctor Hugo Rodríguez, José A. Valdez Armenta y Ernestina Sodi, mandado a hacer por el ex Presidente Vicente Fox Quesada, la casa “Miguel Alemán” es una construcción en más de cinco mil metros cuadrados de tres niveles. Arriba están las habitaciones, en la planta baja los despachos y el sótano tiene un diseño para salones de fiestas y juegos.
Los contratos AD-049-07 y AD-194-07 en el Portal de Obligaciones y Transparencia refieren que el arquitecto Miguel Murguía Díaz fue contratado para asesorar en los anteproyectos arquitectónicos de ese sótano. Por adjudicación directa, la Coordinadora General de Administración de la Presidencia le pagó por un convenio, 69 mil pesos y por el otro, 172 mil pesos en 2007.
Falta poco menos de dos años para la fecha marcada para que la información del sótano de Los Pinos se vuelva pública. Para ese momento, Enrique Peña Nieto y su familia habrán dejado la residencia oficial y una nueva Administración federal habrá iniciado. En la Historia habrá quedado el proceso electoral de 2018 para el cual, en estos momentos, una de las suspirantes es Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa de Felipe Calderón Hinojosa.
Hace una década, para reservar la información, el ex Primer Mandatario, Felipe Calderón argumentó razones de seguridad nacional y el Comité de Información de la Presidencia de la República le dio la razón. Cuando un ciudadano solicitó los planos en 2013 –ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto- en el acta CI/PR/8SE/2013 quedó asentado lo siguiente: “Dichos documentos contienen especificaciones técnicas y arquitectónicas de las instalaciones de la Residencia Oficial de Los Pinos, lo que podría traer como consecuencia que diversos grupos contrarrestaran con equipos de mayor o igual tecnología las herramientas de seguridad interior y exterior de las instalaciones …”.
Además, el Comité de Información de la Presidencia expuso que si esa información era difundida, se generaría la posibilidad de acceder a la Residencia Oficial de Los Pinos y de manera específica se podría atentar contra la vida del Presidente, su familia o las personas que prestan sus servicios en las oficinas del Ejecutivo federal.
LA CASA QUE EL PUEBLO REFORMA CADA SEIS AÑOS
Desplegada en lo que fue el rancho “La Hormiga”, rodeada de bosque, pero inmersa en el trajín de la Ciudad de México, la residencia oficial de Los Pinos ha crecido en construcciones conforme se han sucedido los sexenios gubernmanetales. Hoy se compone de tres mansiones bautizadas como “Lázaro Cárdenas”, “Miguel Alemán y “Adolfo Ruiz Cortines”. Hay dos calzadas llamadas de “La democracia” y de “Los Presidentes”, así como dos salones independientes, “Adolfo López Mateos” y “Manuel Ávila Camacho”.
Las remodelaciones de la propiedad se iniciaron desde que en 1935 llegaron a vivir ahí Lázaro Cárdenas del Río y su familia. Cárdenas la llamó “Los Pinos” en honor a una hacienda cercana a Tacámbaro, Michoacán, en donde se inició su romance con Amalia Solórzano.
En 1941, el entonces Presidente Manuel Ávila Camacho decidió convertirla en recinto oficial; es decir, despachar desde ahí y no en El Palacio Nacional. Así que mandó construir otra casa en la que pudiera habitar. Luego, en 1946, llegó Miguel Alemán Valdés y ordenó modificar la entraña de esa misma casa de acuerdo con su gusto y el de su esposa Beatriz Velazco. El Ejecutivo comisionó al arquitecto Manuel Giraud Esteva y después, al ingeniero Fernando Parra Hernández. Así, resultó una mansión de estilo francés.
Los Alemán sólo disfrutaron la nueva construcción un año porque el plan arquitectónico no tomó forma hasta 1952, cuando el sexenio estaba a punto de expirar.
En el Gobierno de Adolfo Ruiz Cortinez, de 1952 a 1958, se ordenó secar la alberca que había sido escenario de reuniones sociales y competencias en el sexenio anterior. Hacia el final de su mandato, llegó a vivir ahí su hijastro Mauricio Locken con su familia. Esta decisión implicó que se rehabilitara la edificación original en el rancho “La Hormiga”, llamada ahora casa “Lázaro Cárdenas”. El siguiente Mandatario, Adolfo López Mateos no quiso vivir en “Los Pinos” y en su sexenio, se tuvo que rehabilitar la biblioteca después de una inundación.
Gustavo Díaz Ordaz quien gobernó México de 1964 a 1970 ordenó construir una alberca donde su nieto nadaba con él. Con Luis Echeverría Álvarez quien ocupó la Presidencia de 1970 a 1976, una profunda remodelación la hizo virar de lo europeo de Miguel Alemán hacia un estilo mexicano. Las paredes, los techos, todo se volvió folclórico o autóctono. Aún está ahí una chimenea de tabicón y cantera (ha aparecido en fotos de revistas cuyos entrevistadores han logrado entrar), memoria de aquella época en la que Esther Zuno Arce –la primera dama– recibía en huipil y con joyería en oro artesanal de los pueblos de México.
José López Portillo, de 1976 a 1982, no tenía una familia nuclear amplia. Apenas tres hijos. Pero llevó a vivir ahí a la madre de su esposa, Carmen Romano y a su propia progenitora. Por ello, mandó instalar un elevador que sólo sube y baja de un piso a otro. De 1982 a 1988, gobernó Miguel de la Madrid. El color de los muros fueron cambiados y se amuebló con alta calidad de marquetería poblana y chippendale mexicano, así como tapetes de Temoaya. Los muebles del despacho de la Miguel Alemán fueron cambiados y se colocaron cuadros prestados por Bellas Artes.
Carlos Salinas de Gortari llegó al poder señalado de ilegitimidad; de modo que durante un tiempo no se presentaba en eventos públicos. En enero de 1989 tenía listos dos nuevos salones dentro de Los Pinos: el Adolfo López Mateos y el Manuel Ávila Camacho. El primero se inauguró con la fiesta de 15 años de su hija Cecilia. Ante cientos de invitados, Luis Miguel, quien era un cotizado cantante, amenizó la velada.
Ernesto Zedillo Ponce de León mandó remodelar el Salón Blanco, el Salón Morelos y el de Usos Múltiples; además, colocó una gran puerta verde de hierro fundido a la vuelta de la avenida Constituyentes, sobre Parque Lira y Molino del Rey. Por ahí sólo podía entrar él.
No había en México cultura ni legislación de la Transparencia y Rendición de Cuentas, de modo que pocos cuestionaron cuánto costaban las adecuaciones pagadas con dinero de los ciudadanos.
La legislación del acceso a la Información se inició el 10 de junio de 2002, en el Gobierno de Vicente Fox Quesada. Pero la opacidad de las remodelaciones dentro de Los Pinos se mantuvo todo el sexenio. Fue el mismo Fox quien habló de austeridad en Los Pinos. Incluso abrió las puertas al público. Decía que la casa “Miguel Alemán” era muy grande para sus hijos. Ordenó ahí oficinas. Y entonces, construyó otra propiedad dentro del extenso bosque conocida como “las cabañas” y ofreció un ahorro de casi 70 por ciento.
Fue a través del mismo Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), impulsado por Fox, que pudo conocerse que los contratos para esa construcción ascendían a ocho millones 521 mil 487 pesos con 44 centavos, lo que a los observadores les pareció un dispendio. Cada integrante de la familia tenía una casa. Al final, el Presidente jamás presentó el ahorro en la que justificó esa remodelación. Cuando el sucesor panista, Felipe Calderón arribó al poder, se erogaron en esas cabañas otros 652 mil 452 pesos con 39 pesos.
Hasta ahora, Enrique Peña Nieto, actual Presidente de México no ha querido revelar si ha hecho remodelaciones.