LIBROS DE AYER Y HOY
Mientras la inoperancia oficial campea, muchos se rasgan las vestiduras y centenares de mujeres son asesinadas, un excelente libro de Humberto Musacchio recién salido, pone en su lugar el trabajo del sexoservicio y ofrece una breve pero contundente propuesta.
De banqueta y canapé ( Luna Media Comunicación S.A. de C.V diciembre 2017) es una bella y pequeña obra, editada, según dice el escritor y periodista, “para los amigos”.
Las siete líneas que como parte de un apéndice proponen legislar desde el punto de vista fiscal la mencionada actividad, difiere de aquella tan afrentosa y moralista que tildaba a los sexoservidores como delincuentes y que fue enfrentada por grandes humanistas y juristas que lograron que la ONU aprobara el sistema abolicionista de la prostitución como delito, allá por el 2 de diciembre de 1949.
No es desde luego la solución que resuelva de cuajo el problema de los feminicidios que tiene muchas aristas -pobreza, ignorancia, desamparo, misoginia, la inseguridad reinante, el crimen organizado y el sexo como centro de grandes negocios, etcétera-, pero si puede ser, como ocurre en muchos países como Holanda por ejemplo, un medio para que los gobiernos desde la perspectiva económica, brinden protección a miles de mujeres que se dedican a ese oficio.
El contexto que determina los feminicidios no abarca solo el sexoservicio o la trata de personas -en la que existe la variante de la esclavitud laboral-, sino a todo el entorno social en el que son agredidas mujeres de todas la esferas, actividades y profesiones.
La agresión suele venir primordialmente de familiares o parejas y en otros casos de delincuentes sexuales que operan en la ocasión, taxistas por ejemplo.
Pero legislar el sexoservicio a nivel administrativo, es una propuesta que tiene parentesco con la propuesta de legislación de las drogas, porque se va al fondo del problema: quitar elementos a la delincuencia que opera en la trata y el narco.
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