LIBROS DE AYER Y HOY
Miles de mexicanos han muerto del corazón, en parte por irresponsabilidad pública. De suma gravedad son las declaraciones del titular de la Secretaria de Salud José Narro Roles, que acepta que las 132 mil muertes por cardiopatías en 2016 – sin mencionar los datos del año anterior y los actuales-, se pudieron haber evitado en buena parte.
Advertencias médicas de salud y atención oportuna pudieron evitar un alto porcentaje de esos decesos, pero al parecer no se hizo.
La salud no es importante cuando está en juego para el actual gobierno volver a apoderarse del presupuesto nacional.
El mismo que en cuestiones de salud bajó el 20 por ciento a final de este sexenio según datos oficiales publicados.
También a nivel oficial se sostiene que se destina 5.8 por ciento del PIB, aunque otros datos lo bajan a 3.1 por ciento, ambas cifras muy ínfimas a lo que recomiendan la OCDE, la OMS y otros organismos internacionales.
No hay campañas permanentes que alerten a la población sobre el cuidado de su salud.
El IMSS despliega anuncios muy ostentosos en los últimos meses que mas parecen promociones para el candidato priista de la capital y ex director de ese instituto, Mikel Arriola. Paradójicamente, los medios de comunicación tienen programas rayanos en el abuso, sobre las campañas electorales, la agresión a los candidatos punteros y las calumnias y difamaciones. El derroche electoral opaca cualquier gasto de tipo social y más en la salud, donde lideran en muertes, la diabetes mellitus, las cardiopatías, los males hepáticos, los cerebrovasculares y la hipertensión, entre otros.
Últimamente se ha puesto más en evidencia la poca eficacia del sistema de salud mexicano -pese a las alharacas que tuvo en el tercer debate presidencial el candidato del sistema-, y al hecho de que seamos los ciudadanos los que paguemos un alto porcentaje en medicamentos y atenciones médicas privadas, ante la omisión de las instituciones a las que se paga ya sea por cuota, como en el IMSS o en el sistema de salud con el Seguro Popular.
En el primero, la eliminación de servicios fue más amplia en la gestión de Mikel Arriola. Los servicios dentales, acústicos, algunos oftalmológicos de los que no tienen el medicamento especial y otros, como ciertos análisis caros para operaciones -las cataratas entre ellos-, son remitidos a empresas privadas para la compra de aditamentos y exámenes clínicos complementarios.
Para ir con un especialista hay que hacer una serie de malabarismos que abultan el expediente con enfermedades graves que el paciente no tiene.
Se argumenta una situación dramática para tener opción a un especialista que en muchos casos termina enviando al paciente a una empresa privada.
Hay mucha restricción, además, con las personas de la tercera edad, como si se estuviera midiendo el tiempo que les queda, para no hacer gastos inútiles. Una gran impiedad.
GAIL GODWIN: CUANDO NO SE TIENE CORAZON
La escritora estadounidense Gail Godwin dedicó un buen tiempo a penetrar en el mundo del corazón desde las más diversas e interesantes perspectivas. En otra ocasión ya mencionamos este libro Corazón Itinerario por sus mitos y significados (Editorial Espasa Calpe S. A. España 2004) no solo por lo acucioso de su contenido, sino por la forma como el corazón se expresa en la poesía, la filosofía, la literatura, la comida, la religión.
la medicina, los sentimientos y los más recónditos sucesos que uno no hubiera imaginado.
La académica de las universidades de Iowa, Bassar y Columbia y autora de innumerables novelas y colecciones breves, se mete por todos lados, con los chinos, los japoneses, los hebreos, los sumerios, et al.
Dos cosas abordaremos, la forma como inventó el estetoscopio el médico bretón René Laennec, curiosamente a partir de un prejuicio victoriano.
Para no tocar el pecho a una mujer obesa con el oído, porque estaba mal visto, puso un cucurucho de papel y descubrió que los sonidos se ampliaban.
Lo hizo después con un cilindro de madera y posteriormente se inventó el aparato mundialmente conocido que sirve para medir los latidos del corazón.
Lo otro que le robamos a Gail es su historia sobre aquel hombre sin corazón que creó Henry James en Retrato de una dama.
Nada menos que el esposo de la protagonista, hombre insensible, Gilberto Osmond, que convierte la vida de la rica Isabel Archer en un infierno.
Godwin dice que al final de sus días James quiso bajarle el tono a la crueldad invertida en el corazón de Osmond, pero que la primera versión es la mejor.
Lo inconmovible, la incapacidad de experimentar ciertos sentimientos de parte del personaje, es lo que vemos reproducido a gran escala, en quienes, desde el poder, están encaminando a la muerte a miles de mexicanos, por sustraerles lo fundamental para que su cuerpo esté sano. Otra gran impiedad.