+ Cuando nos miremos como hermanos se acabarán los conflictos, el sufrimiento y el dolor, afirma monseñor Pedro Vásquez Villalobos
OAXACA, OAX., febrero 17.- No humillemos a nuestros hermanos, a los que viven en la sierra, en la montaña, en pueblos indígenas donde hablan una lengua distinta a la que hablamos en la ciudad de Oaxaca de Juárez, dijo el Arzobispo de Antequera Oaxaca, a asistentes a la misa dominical del medio día en el templo de Catedral.
Subrayó Monseñor Pedro Vásquez Villalobos, que vivimos en un Oaxaca con pobreza y grandes necesidades, donde los indígenas son tan grandes y valen tanto como los capitalinos.
Puntualizó que los oaxaqueños tenemos que vivir respetándonos y valorándolos y sentenció que el día que nos miremos como hermanos, se acabarán los conflictos, las luchas, sufrimiento y dolor, cuando queremos sentirnos dominadores de otros pueblos.
No se vale actuar así; señaló el Arzobispo que como vamos a ser felices y como vamos a hacer feliz a nuestros hermanos, si les estamos quitando lo que les pertenece, si los estamos atacando porque no saben defenderse.
Puedo decir—expresó el Arzobispo—que nuestro pueblo es generoso, a pesar de su pobreza y tantas necesidades, de eso soy testigo, mis hermanos me han dado lo que tienen.
De los egoístas, dijo que Dios no los bendice, porque el egoísta siempre piensa en él, no piensa en Dios, porque se cree dueño y señor de todo, no necesita de nadie.
Don Pedro Vásquez, afirmó y reconoció que el pueblo de Oaxaca es generoso, desprendido, Dios lo seguirá bendiciendo.
Destacó en su homilía que la resurrección de Cristo es la verdad central de nuestra fe y señaló: tú estás llamado a resucitar para la vida, cuida mucho tu vida, cuida tus acciones, tus comportamientos para que tu resurrección sea para la vida.
Llamó a confiar en lo que Dios dice, confiar en su palabra, no poner la confianza en cosas pasajeras, nuestra mirada debe estar en el cielo, las cosas del mundo nos tienen que acercar al cielo.
La fe debe estar en Dios, porque si ponen la fe en los sacerdotes, van a fallar; confía en Dios, las cosas pasan, se acaban, si ponemos nuestra seguridad en las personas, nos fallan.
Dios y Cristo, no nos fallan, debilidades y miserias nuestras son prueba q ue la iglesia fue fundada y está sostenida por Jesucristo; los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella.
Llamó el Arzobispo a ser feliz y señaló: si estás aquí participando de esta santa misa, es porque hay en ti una pobreza, has venido a decirle al Señor que con su fuerza, su gracia, su auxilio, vas a poder, me abro a ti y a tú gracia.
Como lo ha hecho en anteriores ocasiones, Don Pedro felicitó a los que visitan la ciudad de Oaxaca de Juárez—capital del Estado—donde no tenemos fábricas ni lo que tienen otras ciudades.
Sin embargo, destacó la hermosura que atrae a quienes la visitan y disfrutan durante su estancia de grandes atractivos, e importante lugares por recorrer.