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Las universidades en las transformaciones sociales

Dra. Gladys Karina Sánchez Juárez

En el marco de la transformación que emprende el gobierno federal desde el 1 de diciembre del 2018, las universidades públicas en este momento, como siempre, también son instituciones de gran importancia porque si en efecto se les toma en cuenta, pueden sumarse al proceso de cambio, puesto que, tal como lo plantearon los titulares de las instituciones públicas de educación superior que asistieron a la LIII sesión ordinaria del Consejo de universidades públicas e instituciones afines, celebrada el 18 de octubre de 2019: “El desarrollo de las naciones depende cada vez más de la educación de su gente y de las capacidades de sus profesionistas, humanistas, científicos y técnicos. Es fundamental para México contar con mejores instituciones de educación superior que desarrollen el talento de los jóvenes; que realicen investigación científica, humanística y tecnológica al más alto nivel y ligada a los problemas del país; que extiendan lo más ampliamente posible el conocimiento y la cultura con valores humanistas, y contribuyan a la construcción del país que todos anhelamos”.

En mi opinión, en efecto la educación superior representa un derecho humano fundamental para lograr cambios sociales profundos en una sociedad, siempre que el sistema de educación superior procure la generación de conocimiento crítico, en particular en los momentos de transformación como el que atraviesa México y el resto de los países del continente.

Es importante reconocer que las instituciones de educación son espacios en donde se forma para la participación, por tanto, se forma ciudadanía con sentido de libertad y construcción colectiva.

Es por lo anterior que el conocimiento crítico es de vital importancia en los procesos educativos, en tanto es un derecho al que debe acceder toda la población que lo demande, también se debe hacer el compromiso de formar ciudadanos críticos para lograr las transformaciones necesarias que apunten hacia una sociedad más inclusiva, con la intención de erradicar las desigualdades materiales y simbólicas.

En ese sentido, consideramos que es altamente vigente la función tan importante que cumplen las universidades públicas en el marco de la formación ciudadana, por lo que el posicionamiento crítico  es necesario de frente a las transformaciones que requiere nuestro país, pensando además en fortalecer lazos con los estados nacionales de América Latina, ya que aún se comparten las preocupaciones de disminuir las desigualdades sociales.

Por tanto, coincidimos en que las universidades además de formar profesionales de distintas especialidades deben fomentar un sentido humano para generar relaciones sociales incluyentes, que permitan superar el individualismo y apostemos por la construcción de la igualdad, la justicia social y el bien común. Es decir, fomentar la colaboración en todos los niveles institucionales y sociales, así como consolidar los vínculos de solidaridad, puesto que creemos que esa es la única vía para la formación de ciudadanía con ética.

Sin duda, ante esta situación las universidades públicas enfrentan un reto muy grande para abonar a las transformaciones sociales que se requieren, que en esencia son de carácter cultural, refiriéndome a la cultura en términos amplios, como la forma en cómo concebimos la vida en sociedad.

De tal forma, si bien, la educación es un derecho fundamental, también es la herramienta más importante para lograr transformaciones sociales; por tanto, las universidades no sólo representan la posibilidad de ejercer derechos fundamentales a través del acceso a la educación, sino sobre todo, son las instituciones que siguen siendo espacios de construcción colectiva para la formación del pensamiento crítico con el objetivo de buscar valores históricos en la sociedad: libertad e igualdad.

Finalmente, recordemos que los procesos de formación en las universidades inciden sobre la ciudadanía juvenil que impactará en el futuro de la sociedad y del país; es decir, es a través de estos mecanismos de formación como se establece la posibilidad de realizar o no cambios en las relaciones sociales que apunten a dejar atrás las históricas desigualdades.

De esta manera, decimos que para lograr las transformaciones profundas en el país, las universidades son las instituciones aliadas de los estados nacionales que deben fortalecerse, en tanto son los espacios formales para la educación de las nuevas generaciones.

Recordando que si el objetivo es la construcción de ciudadanía participativa y crítica, entonces las universidades son las instituciones fundamentales para lograrlo, puesto que, para transformar la cultura política en una sociedad, se requiere de un espacio donde se fomente la participación social a partir de la libertad y la autonomía.

Sin embargo, con ese sentido crítico dejo abierta la interrogante de ¿Qué tan preparados estamos en las universidades para actuar en consecuencia con un planteamiento de ética, pensándonos en comunidad y con responsabilidad para la realidad actual de nuestro país?

Siguiendo esta línea de reflexión, el día 31 de octubre del 2019 se llevó a cabo en Oaxaca el Foro “Las universidades y la transformación de México”, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el marco de la reunión de Centros Miembros y dado que el Instituto de Investigaciones Sociológicas es uno de estos centros miembros, se llevó a cabo en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Los puntos centrales en los que se reflexionó fueron sobre los desafíos de la educación superior, la calidad educativa, lo que significa hacer ciencia en la actualidad; es decir para quién y para qué el compromiso de las y los científicos de todas las áreas, la relación de la Universidad con el Estado, la ideología y la autonomía de la universidad, las implicaciones de las reformas al artículo 3º. Constitucional que de principio se elaboró una ley secundaria sobre educación, y claro que finalmente se discutió el tema del presupuesto y el financiamiento de la educación.

En torno a esos puntos podemos resumir de manera sucinta que respecto a los retos es que la calidad se puede lograr a través de una mejora continua en la educación, modelos educativos acordes con la realidad, profesionistas que tengan capacidad de cambio y adaptación a los ritmos que se transforma el mundo en general, al tiempo que los procesos de evaluación y acreditación requieren de una revisión para que vayan de acuerdo con los objetivos que se plantean las universidades de lograr la calidad educativa.

En cuanto a la ciencia, se analizó la importancia del compromiso social que deben tener las y los científicos, puesto que la ciencia debe responder a las necesidades de los grandes problemas que enfrenta el país y el mundo, pues las preguntas y los hallazgos de la ciencia deben beneficiar a la sociedad en general; por ello, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología está definiendo nuevas pautas de investigación e invita a las universidades a generar ciencia que tenga objetivos de disminuir desigualdades y la pobreza.

Con el tema de la autonomía de las Universidades, en realidad todos coincidieron en que se debe mantener, sin que por ello esto pueda significar que se rompa la relación entre la Universidad y el Estado, pues sobre todo en las primeras existe pluralidad de ideologías que es importante respetar.

En ese mismo sentido, el Artículo 3º. Constitucional de ninguna manera vulnera la autonomía de las universidades, aunque sí trata de reglamentar algunas líneas de acción que no estaban claras; por ejemplo, aquéllas ligadas al presupuesto que se le asigna a la educación superior, ya que es de fundamental importancia reglamentar el presupuesto financiero, al tiempo que también debe haber lineamientos mínimos de cuáles son los requisitos que deben cumplir las universidades para asegurar que los recursos públicos se usen correctamente y encaminados al logro de objetivos como la educación gratuita y de amplia cobertura territorial.

Las personas que participaron como panelistas fueron: Dr. Luciano Concheiro Bórquez (Subsecretario de Educación Superior), Dra. Carmen de la Peza Casarez (Directora Adjunta de Desarrollo Científico, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)), Mtro. Jaime Valls Esponda (Secretario General Ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidad e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)), Dr. Eduardo Carlos Bautista Martínez (Rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca), Dr. Rodolfo Suárez Molnar (Rector de la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa), Dr. Héctor Raúl Solís Gadea (Vicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara), Dr. Darío Salinas Figueredo (Departamento de Ciencias Sociales y Políticas, Universidad Iberoamericana-DCSyP/UIA), Dr. Alain Basail (Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas – CESMECA/UNICACH).

*Profesora investigadora de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO; Coordinadora de Posgrado del mismo Instituto; Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores.

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