El inicio y desarrollo del sistema de comercio justo en México derivó de la propuesta de pequeños productores organizados en coordinación con una organización solidaria europea y en conjunto lograron instituir el esquema comercial con el objetivo de revalorar el esfuerzo que realizan los campesinos en sus labores de cultivo de productos agroalimentarios, que sobre todo tenía un destino de exportación; por ello, fue a partir de una organización de pequeños productores de café orgánico en Oaxaca -la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI)-, quienes fueron los fundadores de esta iniciativa.
A partir de la década de los noventa del siglo XX diversas organizaciones de cafeticultores se integraron al sistema de comercio justo y a la agricultura orgánica porque ha sido una estrategia fundamental para mantener sus sistemas productivos, ya que a través de la diferenciación comercial de su producción pueden obtener mejores precios por el grano.
Surgió así el sistema de comercio justo que hoy día se ve fortalecido tanto en su institucionalización como en su dinámica comercial, debido a que los productos que comercializan con el sello de Fair Trade son reconocidos en algunos países europeos y en Estados Unidos.
El sistema de comercio justo ha crecido de manera importante por los volúmenes de venta que se incrementan cada año, en particular en países importadores de café; en los países productores se fortaleció el sistema por las organizaciones productivas que han permanecido durante 30 años.
En el caso de las organizaciones de pequeños productores de Oaxaca y Chiapas, además de comercializar con las normas del comercio justo también cumplen con la normatividad de la agricultura orgánica, esto con el objetivo de mantener una lógica de conservación de la naturaleza y para alcanzar mejores precios en su producción, lo cual en cierta medida les permite elevar los ingresos económicos en las familias campesinas.
Para los pequeños productores de café, miel y otros, incursionar en la agricultura orgánica y el comercio justo es parte de sus estrategias económico-productivas que les permite continuar con su reproducción social como campesinos en el sur de México, aunque también forma parte de su proyecto político, debido a que a través del comercio justo pretenden que se revalore el trabajo campesino, además de integrarse al sistema económico global de manera independiente, a través de sus colectivos.
Durante tres décadas el sistema de comercio justo ha sido una alternativa para los pequeños productores, al enfrentar diversas crisis, pues con este sistema se procura pagar un precio más acercado a los costos de producción, al tiempo que se fortalecen algunos esquemas organizativos democráticos y participativos.
Por otra parte, desde el inicio también se pensó en la necesidad de ampliar este segmento del mercado, ya que en la medida en que aumentan las ventas de estos productos es un factor que permite incluir a más productores que pueden beneficiarse del esquema.
Siguiendo su historia, en 1997 se constituyó Fairtrade Labelling Organizations International (FLO), que es la institución principal del comercio justo, con la intención de que todos los actores involucrados en el ciclo productivo y comercial se integren para participar en la toma de decisiones, y así mantener los principios éticos bajo los cuales se creó este sistema.
Por las razones anteriores, las instituciones de comercio justo son un espacio de discusión, reflexión y negociación para los pequeños productores organizados, ya que se asumen como actores importantes de esta red de comercio.
Hoy día, FLO es el órgano administrativo fundamental del sistema de comercio justo. Se integra de 3 redes de productores: África, Asia y América Latina; en éste último caso la red es la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo (Clac), la cual a su vez se integra por redes de productos: Red Café, Banano, Cacao, Miel, Azúcar, Jugos y Frutas Frescas.
Además de Clac, la red latinoamericana, también existen iniciativas nacionales como la Coordinadora Mexicana de Pequeños Productores de Comercio Justo que se constituyó en el año 2001 por la iniciativa de las organizaciones de café y miel, principalmente; esta es la instancia a través de la cual los productores de México participan en las asambleas de comercio justo.
A partir del año 2006 los productores también decidieron crear el símbolo de pequeños productores de comercio justo, con lo que buscan posicionarlo como sello comercial. Su objetivo es agrupar exclusivamente a las organizaciones de pequeños productores. El lanzamiento público lo realizaron en el mes de marzo del año 2006:
Fuente: http://spp.coop
Este símbolo de pequeños productores pretende retomar principios exclusivos de productores minifundistas organizados, quienes intentan mantenerse en la economía del mercado internacional.
De esta forma se ha desarrollado el movimiento social internacional, debido a la acción colectiva que representa; en conjunto construyen constantemente el sentido de estar juntos, existe solidaridad entendida como el reconocerse y ser reconocidos como parte de un mismo sistema de relaciones sociales; sin embargo, la realidad no es lineal y existen tensiones tanto para dar sentido continuo al colectivo como para sostener la solidaridad, porque al mismo tiempo son grupos de individuos con necesidades particulares que hace que se conjugue una pluralidad de intereses.
Esa pluralidad deriva de la participación de productores, importadores, consumidores, etcétera; son un colectivo que integra grupos de individuos que tienen intereses particulares; por tanto, en ciertas ocasiones la diversidad de necesidades puede generar tensiones que hacen que se reconfigure el colectivo y que la solidaridad se evalúe constantemente.
Es decir, el camino no es fácil; sin embargo, nos dan una muestra clara de que son posibles las alternativas productivas y comerciales.
*Profesora investigadora de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO; Coordinadora de Posgrado del mismo Instituto; Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores.