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Fidecine inyectó 1,400 mdp a 225 películas; Derbez, entre beneficiarios

+ El ahora extinto fideicomiso apoyó películas tan disímiles como “No se aceptan devoluciones” y “La dictadura perfecta”; hay 5 directores entre los más apoyados

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 22 de 2020.- En tres sexenios, la inversión al cine comercial mexicano sumó, por medio del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), mil 393 millones de pesos, lo que permitió que 225 películas vieran la luz en los últimos 18 años. 

Un análisis de los recursos distribuidos a través del Fidecine, realizado por EMEEQUIS, muestra que anualmente se entregaron recursos para financiar entre seis y 17 películas de ficción, algunas de las cuales pasaron a convertirse en clásicos del cine mexicano.

En la lista aparecen, por ejemplo, Matando cabos (2004), dirigida por Alejandro Lozano, con siete millones de pesos, y La dictadura perfecta (2014), de Luis Estrada, que recibió ocho millones de pesos, lo que después se tradujo en 10 nominaciones a los Premios Ariel y siete a la Diosa de Plata.

También están No se aceptan devoluciones (2013), de Eugenio Derbez, que obtuvo 10 millones de pesos, la misma cantidad que recibieron las producciones de Miss Bala (2011), de Gerardo Naranjo, y Salvando al Soldado Pérez (2011), de Beto Gómez.

Las 225 películas de acción, suspenso, terror, comedia y drama que se financiaron recibieron entre 600 mil y 10 millones de pesos para su creación. Si sumamos la inversión total, sería equivalente al 2% del presupuesto inicial que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador contempló para la construcción del Aeropuerto Internacional Santa Lucía.

Ahora ese presupuesto está en el aire luego de que la Cámara de Diputados y el Senado aprobaran la propuesta de desaparecer 109 fideicomisos, incluido el Fidecine.

A decir de directores, productores y postproductores de cine de ficción y no ficción se vislumbra un panorama negro para la industria y la decisión gubernamental deja en claro que ni la cultura ni el cine mexicano son prioridad.

VIENE UNA NUEVA FORMA DE FINANCIACIÓN

María Novaro, directora del IMCINE, dijo en diversas entrevistas que los recursos para el cine mexicano estarían garantizados a través de un “programa presupuestario”, del cual aún no existen reglas de operación ni recursos asignados oficialmente desde la SHCP que dirige Arturo Herrera.

Apenas el 29 de septiembre pasado, por medio de un comunicado, la Secretaría de Cultura y el IMCINE declararon que “los fideicomisos son un mero mecanismo para administrar dinero y su extinción no significa de manera alguna la cancelación de los apoyos al cine y toda su cadena de valor”.

En el comunicado los organismos establecen que el programa presupuestario de subsidios estará sujeto a reglas de operación y será un consejo ciudadano el que evaluará los proyectos de 11 convocatorias anuales.

Ocho de estas convocatorias estarán enfocadas en apoyos para la producción y postproducción de largometrajes y cortometrajes, dos para la exhibición del cine mexicano y una más para la conformación y preservación de acervos cinematográficos y audiovisuales. Además señaló que seguirá funcionando el Eficine (estímulo fiscal) con dos convocatorias anuales tanto para distribución como para producción.

CINCO DIRECTORES, LOS MÁS APOYADOS

De las 225 películas que se financiaron en los últimos sexenios con el cobijo del Fidecine resaltan las que fueron dirigidas por la misma persona. Son sólo cinco directores los que pudieron consolidar entre tres y cuatro filmes con recursos de este fideicomiso, cuyos apoyos suman en conjunto más de 20 millones de pesos.

Está, por ejemplo, el director Emilio Portes Castro, quien en 2008 obtuvo siete millones para consolidar Pastorela (2011), una comedia que narra la historia del agente Jesús Juárez –interpretado por el actor Joaquín Cosío– que año tras año representa al diablo en la pastorela de San Juan Nenepilco, hasta que un año no se presenta a la repartición de papeles. Esta película le valió siete premios de las 14 nominaciones en los Premios Ariel de 2012, incluyendo el de Mejor Película.

Luego, en 2012 recibió 10 millones de pesos para su producción El crimen del cácaro Gumaro (2014), que fue producida por Alameda Films y distribuida por 20th Century Fox, en la que combina acción con comedia y que, al estilo de las películas de parodia gringa, se mofa de diversas películas mexicanas, como El Infierno, Amores Perros, El Laberinto del Fauno, entre otras. Esta película obtuvo en 2015 el premio a mejores efectos especiales, creados por Ricardo Arvizu.

Un año más tarde, en 2013, Portes obtuvo de nueva cuenta el apoyo de Fidecine: para construir Belzebuth (2017), le otorgaron ocho millones de pesos. Esta película de terror, que narra la investigación del agente Emmanuel Ritter sobre homicidios en la frontera de México y Estados Unidos, obtuvo este 2020 el Premio Ariel a mejores efectos especiales, también con Arvizu al frente, y a los mejores efectos visuales.

El caso de Portes es como el de el uruguayo radicado en México, Rodrigo Plá, quien obtuvo en 2006 un total de siete millones de pesos para desarrollar La zona (2007), una película mexicana–española–argentina de drama-suspenso que narra los cambios de una comunidad tras un hecho delictivo y que obtuvo en 2008 tres Premios Ariel, por actuación, tres premios del Festival Internacional de Cine de Cartagena por mejor película, director y fotografía, un premio Goya a mejor guión adaptado y otros premios más en Estados Unidos, España, Eslovaquia, Italia, Suecia y Grecia.

No se aceptan devoluciones, de Eugenio Derbez, fue una de las películas apoyadas por Fidecine. Foto: Moisés Pablo / Cuartoscuro.com.

Plá obtuvo poco más de siete millones para el desarrollo de Un monstruo de mil cabezas que ganó premios en el Festival de la Habana, los Ariel y los Fénix; luego ocho millones para El otro Tom.

De pocos reconocimientos, pero muchos apoyos, Ricardo Arnaiz Núñez que en 2006 obtuvo 7 millones 300 mil pesos para la producción de la película animada La leyenda de la Nahuala que en 2008 le valió el premio al mejor largometraje de animación de los premios Ariel y a la mejor película doblada en el premio Diosa de Plata que organiza la Sociedad de Periodistas Cinematográficos de México.

Los siguientes dos filmes que obtuvieron recursos de Fidecine, no fueron tan exitosos.  Tras esta producción obtuvo 20 millones de pesos más, la mitad para en 2009 desarrollar Nikté, un largometraje animado que narra la historia de una niña huérfana y en 2011 el resto para El americano: The movie, filmes que no obtuvieron ningún reconocimiento.

En la lista aparece Julio César Estrada López que construyó cuatro filmes con apoyos del Fidecine y que, en conjunto, suman 23 millones de pesos.

Así logró consolidar Espinas (con apoyo en 2003), Cañitas (2005), El libro de piedra (2007) y Jirón de niebla (2011). Específicamente el filme de Cañitas, cuyo productor era Carlos Trejo, autor del libro del mismo nombre, provocó diversas críticas por llevar a la pantalla una historia que Trejo monetizó durante años al venderla como verdadera.

También aparece José Luis Gutiérrez Arias que en tres producciones logró apoyos que suman 24 millones de pesos. Para su ópera prima, el thriller Dame tus ojos (abril y mayo) obtuvo poco menos de ocho millones de pesos en 2009. Luego, en 2013 ganó 8 millones para consolidar De las muertas, también sobre un asesino en serie, y para 2019 obtuvo la misma cantidad para Dime que sí, una producción que aún no ve la luz.

GOBIERNO ROMPE PROMESA PARA GARANTIZAR CINE DE AUTOR

Everardo González, director del documental La libertad del Diablo (2017) –ganador del Premio Amnistía Internacional del Festival Internacional de Cine de Berlín y el premio a mejor documental de los Premios Ariel– es claro: “Si hay corrupción, que el Poder Judicial investigue y así, con pruebas en mano, se proceda a tomar decisiones, no antes”.

Para él y otros miembros de la industria cinematográfica, el Fidecine era el fideicomiso que quedaba para garantizar el apoyo al cine de autor, luego de que en abril se desapareciera el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine).

La promesa entonces de la Secretaría de Cultura, el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y de los legisladores que integran la Comisión de Cultura y Cinematografía –y que dirige Sergio Mayer Bretón–, era que el Foprocine se fusionara con el Fidecine, con nuevas reglas de operación, pero siempre garantizando los recursos para las diversas necesidades que tiene la industria.

A decir de González, el mismo Mario Delgado, titular de la bancada de Morena, que ahora aspira a dirigir el partido a nivel nacional, se había comprometido a no extinguir el fideicomiso restante, pidió un voto de confianza al gremio que, al final, rompió.

Desde su visión, la creación de estos fideicomisos fue evitar mecanismos de opacidad y discrecionalidad en los proyectos apoyados y sólo así se fortaleció la industria, pasando de producir siete películas al año a llegar a producir hasta 200. “Esa es la relevancia de los fideicomisos”.

Con él coincide Érika Ávila, productora de los filmes de Ernesto Contreras: Párpados Azules, Sueño en otro idioma y Las oscuras primaveras, esta última enfocada en el género drama, que recibió 10 millones de pesos bajo el cobijo de Fidecine y fue una producción que tuvo tres nominaciones a los Premios Ariel, uno por mejor actriz, otro por mejor actor y uno más por mejor vestuario.

“Todos los cineastas estamos viviendo un luto, porque de alguna manera éramos apoyados por Foprocine o por Fidecine y ya no tenemos los apoyos que nos respaldaban”, señala.

Esta decisión, agrega, podría terminar consolidando monopolios grandes de empresas que tengan la capacidad económica para producir sus propias películas, con sus propios intereses, dejando de lado a la producción independiente.

Ambos, durante meses, trabajaron de la mano de los representantes del gobierno para consolidar un mecanismo de apoyo al cine nacional, pero de pronto, nada, la extinción del único fondo que podía respaldar la producción, sin previo aviso.

¿LA CORRUPCIÓN ERA VIABLE DENTRO DEL FIDECINE?

Las oscuras primaveras es la única película en la que Erika Ávila participó y que nació a partir de recursos del Fidecine, la mayoría de las películas en las que había trabajado se habían financiado con el extinto Foprocine.

Explica que el Fidecine estaba enfocado en películas más comerciales, como Las oscuras primaveras. El proceso incluyó ingresar una carpeta de desarrollo y defender la importancia del proyecto ante un Comité de diversos especialistas en el cine, pero también de representantes del gobierno federal.

“Era una de las instancias más estrictas porque toda la papelería del proyecto, incluyendo presupuestos, se revisa minuciosamente, y hay una comisión que analiza a detalle las aplicaciones y que es multidisciplinaria”.

Se refiere a que el Comité Técnico del Fidecine está integrado por un representante del IMCINE, un representante de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), uno de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), otro más del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana (STPC), más representante de productores, distribuidores y exhibidores de películas, según se estableció en las Reglas de Operación.

Es precisamente la participación de la SHCP lo que despierta suspicacias entre el gremio. Ávila se sorprende de que el gobierno desconfíe de sus propios representantes, mientras que Everardo González cuestiona: “¿Cómo es que el presidente acusa de corrupción, considerando que SHCP forma parte de la toma de decisiones?”.

Tras haber sido electo y tras recibir los recursos, entregaron una carpeta donde detallaron en qué, cómo y cuándo se utilizó el dinero y adjuntaron los comprobantes de todos los gastos, mismos que al término fueron auditados por las autoridades del IMCINE.

La historia se repite con Alejandra Cárdenas, productora y guionista mexicana, egresada de la Universidad Iberoamericana, que ha producido cintas comerciales con apoyo gubernamental, como en el caso de Espacio interior, una película de Kai Parlange Tessmann, que narra un secuestro y que en 2010 recibió 3 millones 615 mil pesos por medio del Fidecine.

Recuerda que las auditorías de los recursos entregados, de los gastos, eran muy estrictas, se deban contra resultados. “Había un sistema estricto de vigilancia y el dinero se iba entregando conforme se iban comprobando gastos”.

DIEZ MILLONES DE PESOS EN EL MUNDO DEL CINE, ES POCO

Desde la visión de los cineastas, el Fidecine garantizó la viabilidad del cine de autor, el cine menos taquillero, porque el Fidecine permitió la creación de películas que sí tenían retornos económicos a la cuenta pública, ingresos que se tradujeron en más películas.

“El cine es una inversión y como inversión, conlleva riesgos”, señala Ávila y refuerza: el dinero no se tira, el dinero se invierte en todo lo que no se ve en una película, pero que garantiza su existencia: técnicos, postproductores, material, cámaras y, sobre todo, “es completamente auditable”.

“Parece mucho dinero”, dice la postproductora de Sueño en otro idioma –película que ganó el Premio Ariel a mejor película y varios premios internacionales en festivales de cine–, “pero cuando desengranas la película está el departamento de arte, el de fotografía, vestuario, producción, equipo… Todo eso junto suman cantidades que parecen grandes, pero para las películas, no lo son”.

Coincide Alejandra Cárdenas Suárez, quien cofundó desde 2004 la casa productora Sin Sentido Films, en 2004.

–Diez millones de pesos, el tope de los recursos que se entregaron por medio de Fidecine, ¿es mucho dinero? –se le pregunta.

–Es un dinero que es una derrama que da muchos empleos. En una película pequeña no hay menos de 85 personas trabajando, sueldos fijos, más los trabajos eventuales, extras. Ese dinero no se queda en un solo bolsillo, va a muchos bolsillos.

Everardo da cuenta de ello. Un director como él, si hace cuentas, puede llegar a ganar 350 mil pesos por una película cuyo rodaje dura entre dos o tres años. Si el monto total que se le pagó se divide en un salario mensual, se traduce en poco más de 14 mil 500 pesos.

“Se imaginan que vivimos como millonarios, por eso nos acusan de privilegiados y corruptos, pero no es así”.

NO HAY CINE BUENO O MALO: DEPENDE DE QUIÉN MIRA

El Fidecine, insiste Cárdenas, ayuda a darle salida al cine más vulnerable, el que no tiene una razón comercial de vivir, pero sí cultural. “Es el cine que se exporta, el que gana premios a nivel internacional, el que pone a México en el panorama internacional cinematográfico y que lo pone muy en alto. Si bien el cine comercial no tiene un gran impacto, a nivel artístico sí”.

“Sin el cine comercial, no puede existir el cine de arte”, cada uno responde a distintos fines, uno es masivo y tiene su propia importancia, dentro del cine comercial hay calidad, no por ser comercial, es malo. Pero el cine en México tiene su salida, necesita apoyo para mantenerlo más en pantalla, darle más oportunidad.

Así, Everardo González dice: sin los fideicomisos, La Libertad del Diablo no existiría, lo mismo que el resto del conglomerado de cine mexicano de no ficción, de autor y poco comercial.

El cine de autor necesita del comercial, por ello, abogan a que se garantice la continuidad no sólo en este sexenio, sino que exista un mecanismo que garantice el apoyo más allá de los próximos cuatro años.

Luego de que la Cámara de Diputados avalara la extinción, se turnó a la Cámara de Senadores. Por la madrugada de este miércoles, con 65 votos a favor, 51 en contra y dos abstenciones, se aprobó en lo general el dictamen de minuta que reforma diversas leyes en materia de extinción de 109 fideicomisos, entre ellos el Fidecine.

Este medio solicitó entrevista con la Secretaría de Cultura y con el IMCINE, la primera institución no respondió antes de la publicación, la segunda dijo que ya no darían entrevistas sobre el tema.

@AleCrail

Esta nota fue tomada de la agencia EMEEQUIS: https://m-x.com.mx/al-dia/fidecine-inyecto-1400-millones-a-225-peliculas-eugenio-derbez-entre-beneficiarios?utm_source=Whatsapp&utm_medium=aldia&utm_campaign=fidecinederbez

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