+ En foro organizado por la SMO, la titular del organismo asegura que las mujeres siguen padeciendo discriminación, pese a que han asumido mayores responsabilidades como resultado de la viudez, la migración y trabajan el campo
Oaxaca de Juárez, Oax, 30 de marzo de 2021.- Para el reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos agrarios de las mujeres, el reto es crear Estatutos Comunales con Perspectiva de Género, coincidieron en señalar panelistas durante el Encuentro Virtual Fortaleciendo nuestra red: Situación y desafío de la regulación de los derechos agrarios de las mujeres en ejidos y comunidades de Oaxaca, convocado por la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca (SMO) donde participaron representantes de autoridades agrarias y de la Federación.
La titular de la SMO, Ana Vásquez Colmenares Guzmán, señaló que los avances en la creación de normatividad agraria no se refleja en la dinámica comunitaria, donde las mujeres siguen padeciendo discriminación por razón de género, pese a que ellas han asumido mayores responsabilidades como resultado de la viudez, la migración y trabajan el campo, sin que obtengan reconocimiento y beneficio de ese trabajo, por falta de información, recursos económicos, documentación a su nombre y lejanía de sus comunidades.
Ante la directora para una Vida Libre de Violencia y la Igualdad Política y Social del Inmujeres, Anabel López Sánchez; de la procuradora Agraria en Oaxaca, María Inés Carrasco; el magistrado del Tribunal Unitario Agrario, Salvador Pérez González; de la Red de Mujeres Agrarias, Teresa Reyes Merino y la subsecretaria de Promoción, Participación y Equidad de Género, Angélica Avilés Álvarez, Vásquez Colmenares señaló que en los pueblos indígenas las mujeres son las principales guardianas del medio ambiente, por ello la tenencia de la tierra compete a ellas y a sus comunidades.
La funcionaria estatal se pronunció por seguir creando sinergias para dar acompañamiento a los municipios de manera interinstitucional en la actualización de sus estatutos comunitarios desde un enfoque de género, interseccional y de interculturalidad, como se hizo en San Bartolomé Quialana.
Asimismo, López Sánchez dio a conocer la condición de las mujeres y las dificultades a partir de reformas legislativas agrarias de 1921 a 2016. “La de 1992 es neoliberal y patriarcal pues permite a comunidades agrarias pasar sus tierras a personas individuales sin obligación con la familia, dejando a las mujeres vulnerables. Las reformas tienen que ser acompañadas de acciones afirmativas que garanticen a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos”, advirtió la funcionaria federal.
El magistrado Pérez González, tras señalar las causas de la feminización del campo y la sobrecarga de trabajo de las mujeres ante roles y desigual repartición de tareas del hogar, reconoció que los derechos agrarios deben ser reconocidos, pero los usos y costumbres siguen siendo un obstáculo. También dijo que la igualdad es cuestión de educación donde todas y todos tenemos la obligación de participar. “En los tribunales agrarios tenemos una Comisión de Género para realizar nuestro trabajo dando la dignidad que merece la mujer”.
Carrasco Vargas habló de la calidad agraria de núcleos agrarios, explicó la perspectiva de género en núcleos certificados y no certificados destacando que predomina la representación masculina. Además, describió cómo se pueden adquirir alguna de las calidades agrarias y derechos inherentes. Se refirió a las problemáticas identificadas en los núcleos y a las acciones estratégicas para lograr un relevo generacional como actualizar derechos agrarios a favor de mujeres y jóvenes, concienciar sobre importancia de la certeza jurídica e impulsar actividades productivas en los campos.
“Necesitamos que las mujeres visualicen el territorio como un espacio político, un territorio de participación donde pueden ejercer derechos de voz y voto en las asambleas”, agregó la funcionaria de la Procuraduría Agraria quien además describió las instituciones que intervienen y sus funciones.
Por su parte, Reyes Merino destacó la importancia de sensibilizar a comuneros y comuneras y agradeció el acompañamiento institucional para lograr avances. En tanto, la especialista Luz María Andrade refirió que la tierra es la base de la vida, el lugar donde se desarrolla la cultura y la identidad y el no contar con un documento que acredite su derecho a esa parcela genera inseguridad sobre el patrimonio familiar, limita oportunidades de crédito y servicios de asistencia técnica y se beneficien de la producción del campo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece que, si las mujeres agrarias tuvieran acceso a recursos, la producción alimentaria mundial pasaría del 20 al 30 por ciento.