Utopía
La pregunta es obligada aunque sea incapaz de contestarla, a contrapelo de la recomendación de Miguel Ángel Granados Chapa: Los periodistas estamos para responder preguntas a los lectores, no para formularlas.
¿Son hereditarios en una república como la mexicana los cargos de elección popular en cualesquiera partidos “grandes” y minúsculos como los que pujan por refrendar por primera ocasión el registro?
Más aún: ¿En el partido Morena que se presenta como garante de la Cuarta Transformación es posible heredar el cargo de candidato a gobernadora por Evelyn Salgado de manos de su señor padre Félix Salgado Macedonio?
Si nos atenemos a los hechos del sábado 1, todo indica que no sólo es posible sino que existen elementos discursivos para justificarlo, de parte de Mario Delgado, presidente de Morena.
El argumento formal es que Salgado Pineda obtuvo la mayor cantidad de preferencias en un sondeo interno que hizo Morena y dos externos que realizaron firmas encuestadoras, de los cuales no se dispone de la información indispensable, más allá de la oficial y escueta, como ya es hábito de la dirigencia partidista. Los resultados fueron: Evelyn 37.9% de las preferencias en la encuesta interna del partido y 44% en los dos “sondeos espejo” hechos por teléfono. En segundo lugar quedó la senadora Nestora Salgado, con 13.9% y María de la Luz Núñez, exdiputada federal y exalcaldesa de Atoyac de Álvarez, con 10%.
El argumento político consiste, en voz de Delgado, en que la cancelación del registro de Félix Salgado por el Tribunal Electoral fue una estrategia impulsada por los partidos opositores para “ganar la gubernatura desde el escritorio” y “si pensaban que nos iban a hacer daño, les salió al revés. Queda claro que vamos a arrasar en Guerrero”.
Ni siquiera el presunto genocida –ante la Corte de La Haya– Felipe Calderón pone en duda el triunfo de Morena en la puja por la gubernatura de Guerrero con “cualquiera de sus candidatos”.
Los objetivos son otros, como obstaculizar al máximo la campaña guerrerense morenista a lo que se prestó el Consejo General del INE y el “martes negro” del Tribunal Electoral, en un giro de 180 grados respecto a su posición original. En última instancia, los dirigentes del partido del presidente dejaron un resquicio para que les aplicaran la pena máxima a sus aspirantes a gobernar Michoacán y Guerrero.
En todo caso, la abogada sin mayor trayectoria política que haber encabezado el DIF de Acapulco –cuando su padre fue alcalde y toleró la actividad delincuencial de los Beltrán Leyva (Manú Dornbierer dixit)–, jefa de departamento de la Secretaría de la Mujer y una candidatura a diputada local, aclaró: “Me llamo Evelyn, no me llamo Juanita, y con el voto del pueblo se va a gobernar seis años”, en alusión al caso de Rafael Acosta Ángeles, Juanito, quien en 2009 ganó la alcaldía Iztapalapa, con el plan de ceder el cargo después a Clara Brugada.
Jura además que “Félix Salgado Macedonio es mi padre, de quien me siento profundamente orgullosa; tiene todo mi apoyo, cariño y respeto, pero las revisiones son de Evelyn; él solamente será mi guía y mi consejero”; lo cual resulta muy poco creíble, tratándose de un personaje que tiene desplantes caciquiles, como lo demostró en el Senado y con “los cabroncitos” del INE a los que amenazó con singular torpeza.
Concluyo con el clásico: Pero qué necesidad o necedad presidencial con el impresentable Félix que ahora tanto critica Televisa, aunque formó parte de sus estrellas.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.