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Jorge Meléndez Preciado

Michoacán: Silvano y Anexas

Periodistas Unidos

Ya lo había difundido su pastor, Jesús Zambrano, las elecciones de Morena se ganaron con apoyo del narcotráfico. Ahora lo repite su alumno más incapaz, Silvano Aureoles: en Michoacán hubo una gran operación de los barones de la droga para que triunfara, Alfredo Ramírez  Bedolla, el candidato morenista que sustituyo al sancionado por el INE, Raúl Morón.

Silvano Aureoles (SA)  llegó a la gubernatura del  mencionado estado ya que fue un  peón de Enrique Peña Nieto cuando presidió (SA) la Cámara de Diputados y se pusieron en operación  las acciones del Pacto por México. Nunca  SA y el PRD hicieron la mínima observación acerca de lo que enviaba el inexistente actualmente  en los medios, mister Peña Nieto.

La elección en la tierra de los Cárdenas, hace más de seis años,  fue una simulación, o mejor dicho un pago de favores al PRD y a SA por sus trabajos impecables para que se luciera y destrozará el país el hombre del copete y sus amoríos, incluso trágicos.

Antes, en la tierra purépecha, estuvo un delegado especial, Alfredo Castillo (peñanietista), quien puso en operación las autodefensas con resultados tan lamentables que lejos de bajar la delincuencia, subieron los crímenes y se empoderaron otras bandas que disputan  el riquísimo territorio a la ya menguada: Familia Michoacana.

Ante los dislates de Castillo -que terminó supuestamente como encargado  del deporte en México-, los perredistas callaron. Fueron los hombres de paja que serían luego premiados.

SA  llegó con todo el apoyo presidencial. Se dedicó a lo mismo que casi todos los gobernadores: acciones ineficaces pero espectaculares, represión a los que discrepaban de su administración, inacción contra los cárteles y eso sí, negocios para él,  sus compadres y socios.

Un respetable abogado decía que incluso en hoteles y restaurantes de lujo, no se podía estar en paz, ya que los cobros de piso y levantones eran lo habitual.

En abril de este año, recordemos, un poblador de Aguilillas, a donde asistió SA con un operativo militar y policiaco inusitado, levantó una pancarta exigiendo: “No más violencia”. El gobernante (ja,ja) lejos de dialogar o ignorarlo, “valientemente” le fue a quitar la cartulina. Muestra inequívoca de su miedo y patanería, actitudes simbióticas.

Aureoles se va, como es común en los saqueadores  del  país, con un adeudo sin comprobar de cuatro mil millones de peso. Con imágenes de campesinos aguacateros y de otros sembradíos que han vuelto a tomar las armas ya que las autoridades no hacen nada. Siendo el único y seguramente el último gobernante con las siglas deterioradas del PRD. Y dejando una entidad riquísima en exportación- el aguacate en el juego de campeonato de futbol americano es de lo más consumido, amén que se exporta a una veintena de naciones, incluida Japón- y en donde el deterioro ambiental por los talamontes es tan grave que la mariposa Monarca llega  hoy en pequeñas cantidades.

Según Alfredo C. Villeda (Milenio, 25 de junio),  Michoacán tiene el cuarto lugar en ejecuciones en el país, quinto en alfabetismo-¡oh!, las misiones magisteriales del cardenismo-, segundo en esperanza de escolaridad (antes se encuentra  Oaxaca; ojo publicista: Alejandro Murat) y el onceavo en pobres.

La tan señalada ahora clase media, es realmente un número sin importancia en la tierra de revolucionarios bragados.

Sin argumentos sólidos, con entrevistas a modo y tratando de seguir al pie de la letra no a sus  patrones sino a los  dueños que lo manejan, como me dice un amigo periodista, don Arturo, el todavía (des) gobernador Silvano Aureoles Conejo, hace honor a su segundo apellido, es un animal lampareado que corre y antes quiere   tapar las  huellas de su suciedad y desviar la atención de  sus pésimas acciones.

Pero si acaso Silvano tuviera alguna prueba- lo cual dudamos totalmente-, es hora que el INE y la Fiscalía Electoral se ponga en acción y hagan su trabajo.

Aunque  la “maravillosa elección” que vivimos el 6 de junio haya más impugnaciones que en años pasados.


Jorge Meléndez Preciado

Periodista de hueso colorado y Director de Periodistas Unidos. Estudió Economía en la UNAM y realizó estudios en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú (1969-70). Militó en el Partido Comunista Mexicano (1972-81) y fue diputado federal suplente de Gilberto Rincón Gallardo en 1977. Cuando desapareció el PCM decidió ya no militar en otros partidos. En 1975 impulsó la Unión de Periodistas Democráticos (UPD).

Colaborador desde el 29 de junio de 2021.


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