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Teresa Gil

Troya, Pegasus y el malware que espía al mundo

Libros de ayer y hoy

Espionaje a raudales hicieron los gobiernos  pasados en México, pero dicen  desconocer los verdaderos secretos y misterios ¿Dónde están los 43 de Ayotzinapa? ¿quién ordenó el asesinato de Colosio?, ¿sabía De la Madrid que Manuel Buendía iba a ser asesinado? Solo unos ejemplos.

En la última década, miles de víctimas de espionaje en el mundo, han comprobado las denuncias que hizo  WikiLeads y uno de sus instrumentos ha sido el software israelí Pegasus, que funciona como malware de espionaje.

La creadora de ese sistema, la empresa NSO, se  inspiró tal vez en el mito griego del caballo Pegaso, hijo de la gorgona Medusa a quien el héroe Perseo decapitó en determinado momento. O en el caballo de Troya que penetra subrepticiamente.

Las mitologías son un referente simbólico que lleva a  la realidad y la empresa NSO ha utilizado no solo el  nombre llamativo de un caballo sino lo que hay detrás de sus orígenes: la maldad o la sorpresa expresadas de muchas formas.

Desde 2017 ya había estallado un escándalo en México cuando se descubrió la compra masiva del sistema Pegasus y su destino especial el espionaje. Como estaba destinado solo para instancias institucionales, no fueron pocos los que se surtieron del software para arriar, como caballos, la vida de personajes propensos a la invasión.

Entre ellos estaban no solo políticos del mismo sistema y políticos opositores, sino periodistas, intelectuales, defensores de derechos humanos, partidos y todo lo que se atravesaba en el camino que pudiera convertirse en alguien con ideas propias.

Varios gobiernos de entidades federativas adquirieron el sistema. Se habla de 15 mil teléfonos registrados en el sexenio del ex presidente Enrique Peña Nieto considerado, por la debilidad de su gobierno, en espía permanente con un instrumento que se  convirtió en malware, sistema dañino según la definición.

Espiar para controlar el conocimiento y reprimir y ocultar

Considerada  como actividad permanente, la del espionaje tiene diferentes  motivos, pero el esencial es el control del poder. Y no hay distinción, sea institución, organismo privado o individuo. Hay quien dice que la confesión religiosa, es una forma de espionaje disfrazado para allegarse información, en ese caso la más íntima (¿habrá sido por eso que asesinaron al cardenal Posadas Ocampo?), pero espían los patrones, las personas celosas, los que buscan un interés que solo se puede conseguir subrepticiamente y así por el estilo.

El espionaje oficial en México ha sido permanente y hay ejemplos de todo tipo, algunos definidos por desgracia trágicamente. Los ejemplos son muchos pero la llamada función de inteligencia que tanto le cuesta al pueblo y que se apoya entre otras funciones en el espionaje, no trasciende en beneficio social, sino que por lo general en México es para reprimir y ocultar.

Aunque se menciona que fue hasta 2016 cuando el gobierno mexicano tuvo acceso a la compra del software Pegasus, está claro por ejemplo,  que Jesús Murillo Káram tuvo espías como procurador, que le estuvieron reportando los hechos de los 43 normalistas en septiembre de 2014, que duraron muchas horas, los que a su vez reportaba a la presidencia de la República. Negar eso, es negar la capacidad de control mínimo que tiene un estado.

Es lo mismo que sucedió también con Peña Nieto como gobernador del Estado de México, en relación a los sucesos de Atenco que también duraron varias horas. En ambos casos, los espías, los informantes, los orejas, dieron sus reportes, pero las decisiones fueron otras. Pegasus llegó después.

El espionaje maligno puede entrar en la consulta popular

El software Pegasus es un mecanismo que puede ser usado de muchas formas y proyectos. Los procesos electorales son uno de ellos, aunque  no siempre se tiene la eficacia que sus promotores quisieran. Para la consulta que se realizará el primero de agosto se han creado dos tipos de confusiones expresadas públicamente en la redacción de la Suprema Corte  y en las declaraciones que hace el presidente del INE Lorenzo Córdova y no es remoto que los sistemas de información oculta se vayan a aplicar.

En 2017 cuando se descubrió al público la compra masiva del software mencionado, ya se hablaba de malware, mecanismo maligno que tiene muchas expresiones, pero  la que al parecer se aplica con más frecuencia con ánimo de espiar, es el malware troyano, el llamado también caballo de Troya porque es el que penetra para obtener información.

De ahí puede derivar el nombre Pegasus que tiene el sistema, aunque el nombre original proviene del caballo Pegaso que  nació de la gorgona Medusa, la única de las tres gorgonas que era mortal, de tal manera que el héroe Perseo la decapitó para seguir usando su cabeza. Los ojos del monstruo femenino siguieron lapidando a los enemigos de Perseo (Diccionario de Mitología de Caudet Yarza, Madrid 2002).


Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.


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