Utopía
La lentitud con que reaccionó la Comisión Política de Acción Nacional ante el encuentro de 14 senadores, más de la mitad de su bancada integrada por 24, para recibir a Santiago Abascal, líder del partido franquista Vox –aunque rime, no es lo mismo que Fox–, tiene mucho que ver con el control de daños que se puso en operación para sortear los costos políticos y aun electorales de una alianza que apunta a que llegó para quedarse, con marca propia, oficinas y asesoría en México.
Presidida por Santiago Creel, la Comisión Política del PAN se deslindó el lunes 6 de la reunión y acuerdos del jueves 2 que “algunos militantes sostuvieron a título personal” con la dirigencia del ultraderechista partido Vox. Subrayó que su relación oficial es con el Partido Popular de España y juró que el blanquiazul y su dirigencia “siempre ha reprobado posturas y conductas discriminatorias, xenofóbicas, racistas, antisemitas, homofóbicas o cualquier otra”. El PAN, dijo, “siempre ha estado a favor de las libertades y derechos de las mujeres”.
Creel Miranda refrendó las alianzas internacionales suscritas con el Partido Popular, los que forman parte de la Organización Demócrata Cristiana de América y la Internacional Demócrata de Centro, pero negó cualquier relación institucional con Vox, aunque fue cuidadoso y hasta gentil al referirse a Santiago Abascal. Y juró que los acuerdos tomados con los senadores panistas son a “título personal”, incluido el coordinador de la bancada senatorial, Julen Rementería quien no será removido bajo el argumento de Kenia López Rabadán, la subcoordinadora, de que “todos somos humanos (sic), todos hemos cometido algún tipo de error”.
En los hechos, tercos como son, procedieron con dos varas de medir como siempre. Christian Camacho, el organizador de la recepción a Abascal y de la firma de la Carta Madrid, fue removido como operador del área de redes sociales de la bancada blanquiazul en el Senado. El argentino Agustín Laje, segunda figura después de Camacho, dijo que el despido de éste se debió a que “la visita de Vox puso en evidencia que gran parte del PAN son sólo izquierdistas infiltrados que no representan a sus bases… La dirigencia del PAN se vive acoplando a las agendas y retóricas de las izquierdas, y las bases del partido se están despertando ahora mismo… Se acaba de abrir la puerta para pensar en un nuevo partido de derechas de verdad” (Julio Hernández López, 7-IX-21).
Por lo visto para no pocos dirigentes (formales y reales) y cuadros panistas la alianza abierta o encubierta con el neofascista partido Vox le podría dar una buena oxigenación al PAN que, sabedores de la baja aceptación popular, buscan otras formas para impulsar un discurso más beligerantes y rijoso que el de su presidente con licencia Marko Cortés en contra de la Cuarta Transformación y del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Estamos ante un hecho que podría rebasar la coyuntura política e insertarse en la perspectiva de junio de 2024, aunque no faltan observadores atentos que lo dan por un hecho y sin usar una bola de cristal.
El fracasado estratega de Ricardo Anaya como candidato presidencial en 2018, Jorge Castañeda Gutman, ya anuncia el escenario de una coalición triunfante para la elección presidencial de junio del 24, formada por la actual coalición partidista (PRIANRD) y empresarial (Va por México), más Movimiento Ciudadano y Partido Verde. Soñar no cuesta nada y sobre todo cuando lo que se busca son cargos gubernamentales. Jorge podría empezar por el asesoramiento, otra vez, del otrora Niño Maravilla para que no haga tanto desfiguro.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
