Utopía
Que más de siete de cada 10 mexicanos –7.3 para ser exactos– apoyen al presidente Andrés Manuel, como reporta la más reciente muestra de Parametría, difundida por la oficina de Jesús Ramírez Cuevas, nada tiene de “lugar común”, como sostienen los directivos de la casa encuestadora respecto a afirmar que “está bien evaluado”.
Seguramente lo segundo es válido, pero ese porcentaje es tan alto que la misma Parametría explica que “se encuentra en uno de sus mejores momentos”. Y el peor de acuerdo a los registros de la misma firma a lo largo de dos décadas: “El momento en el que estuvo más abajo es la segunda mitad de 2006, después de la elección presidencial al no reconocer al presidente (Felipe) Calderón y establecer un gobierno legítimo. Es evidente que ese fue su peor momento.”
Lo más probable es que así sea. Pero estimo como un error harto común y divulgado hasta la náusea, asociar el más bajo respaldo con la enérgica denuncia del presunto fraude cometido y la designación consecuente pero no necesariamente la única, de un “gobierno legítimo”. Sostengo, salvo evidencias empíricas en contrario, que sin el rechazo firme a lo que López Obrador y su movimiento juzgaron como fraude –cierto o no– era impensable en julio de 2018. Fue la tenacidad, firmeza y consecuencia, lo que algunos llaman terquedad, las que permitieron junto con el programa el triunfo de la coalición política liderada por AMLO. Sólo analistas como Raúl Fraga la reducían a “un anhelo”. ¡Y un mes antes de la elección!
El hecho es que ante la pregunta “¿Usted aprueba o desaprueba la forma en que (…) realiza su trabajo?”, 73% avaló el desempeño presidencial del autor de A la mitad del camino (Planeta, IX-21), de los cuales 28% lo aprueba poco y 45% mucho, mientras que 23% lo desaprueba.
La mayor parte de los que aprueban al tabasqueño de Tepetitán (Macuspana), cuatro de cada 10 considera que “apoya a los que menos tienen”. Lo cual pretende desmentirse desde una oposición partidista y empresarial que no logra calar hondo en la realidad mexicana, con los datos del INEGI o del Coneval sobre el incremento de la pobreza extrema y moderada, fenómenos que no son privativos de México, sino característicos del mundo de la pandemia SARS-CoV-2 y de la recesión económica global de 2020. Cuatro de cada 10 que está en aumento.
Y entre el 23% que lo desaprueba –ni siquiera logran constituir la tercera parte–, juzga que “no sabe gobernar” o “no cumple con sus promesas” como las dos razones principales. Entre ellas “el retiro de apoyos” tiene un lugar relevante. Dicho de otra forma: así como hay decenas de millones de personas beneficiadas por los programas sociales, existen las que fueron afectadas.
En tanto que el trabajo del gobierno federal, en términos generales, es avalado por 65%, el Instituto Nacional Electoral recibe 58% –con todo y su demagógica campaña de “Mi INE”–, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por 57%. Y, por el contrario, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los gobernadores, alcaldes, senadores y diputados federales tienen menos de 50% de aprobación.
A 33 meses de iniciado el gobierno de la Cuarta Transformación, con sus aciertos y por supuesto que también errores, la coalición política y empresarial Va por México tiene un panorama que la obliga a repensar sus políticas y ocurrencias, a ponerle más cerebro y menos hígado a la hora de confrontar a la 4T, lo que se percibe difícil por sus obsesiones y odios hasta personales hacia el presidente de todos los mexicanos.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.