Utopía
Por segundo día consecutivo, el presidente Andrés Manuel se dirigió verbalmente a la dirigencia de la Organización Mundial de la Salud e incluso anunció que lo hará por escrito, para solicitar el miércoles 13 porque el tono usado el jueves 14 fue de exigencia, que actúe con imparcialidad a la hora de certificar los antígenos, y “actuar con rectitud, sin tendencias políticas o ideológicas, con apego a la ciencia”.
Resulta que hasta hoy la OMS, encabezada por Tedros Adhanom Ghebreyesus, aún no puede o no quiere certificar los biológicos CanSino (República Popular China) y Sputnik V (Federación de Rusia). Pero sí quiso y pudo certificar tempranamente los de Pfizer (Estados Unidos y Alemania), AstraZeneca, (Gran Bretaña), las estadunidenses Janssen y Moderna, y las chinas Sinopharm y Sinovac.
La cuestión estriba no tanto en que aún no se otorgue la certificación sino en que la directiva de la OMS tampoco brinda información, publica por supuesto, sobre el estado que guarda la tramitología en el “elefante reumático” que todo indica es preciso levantar y empuja entre todos los integrantes de la comunidad internacional en sentido estricto –no la que usa como sofisma Washington para justificar bloqueos comerciales y financieros contra sus adversarios políticos e ideológicos–, para que concluya su tarea y no afecte a millones de mexicanos que no podrán ingresar a Estados Unidos por vía terrestre, aérea y marítima, porque fueron vacunados con tres biológicos no reconocidos plenamente por la paquidérmica OMS.
Es razonable, entonces, la observación “de sentido común, de juicio práctico”, consistente en “deducir que si las vacunas no han perjudicado: ¿Por qué no se da la certificación o por qué no han salido a argumentar que no son aptas o convenientes esas vacunas? ¿Por qué tanta demora?”
En efecto, ya transcurrió tiempo suficiente para avalar todas las marcas con independencia de la trasnacional farmacéutica que las produce, ya que sería dable esperar que el vital tema de salud pública “no tiene que ver con banderías partidistas, ideológicas o políticas, esto tiene que ver con la ciencia. ¿O creen ustedes que el que se pone una vacuna de una farmacéutica puede cambiar de manera de pensar?, como preguntó López Obrador con derroche de ironía a los colegas en la mañanera. Y remató con otra preguntay conclusión:¿Se acuerdan de que se decía que introducían un chip? No, no, no, son derechos humanos universales y la OMS debe actuar con imparcialidad.
Las autoridades estadunidenses están en su pleno derecho a exigir a los visitantes que estén vacunados con biológicos certificados por la OMS, como antes humildemente como acostumbran ser, sólo reconocían los fabricados en USA, a pesar de que se dan de topes con la firme resistencia a vacunarse de casi cuatro de cada 10 estadunidenses con todo y las rifas que organizaron con premios extraordinarios y ahora entregan hasta 100 dólares a quien se vacune. Avanzan lentamente y México llevará las de perder y por eso debería ser más estricto con los visitantes gringos.
Para este redactor no es sorpresa que Tedros Adhanom Ghebreyesus, el excanciller y exministro de Salud de Etiopía –antes Abisinia– y probablemente próximo candidato a otro puesto, actúe como lo hace para certificar biológicos. No olvide usted, generoso lector, que a principios de año, el Comité de Estadística de la OMS divulgó la “genial” y macabra conclusión de que los ahora casi 5 millones de muertos por SARS-CoV-2 que genera la enfermedad de covid-19, “podrían ser el doble o el triple”. Así, sin más, y el director general meses después lo avaló sin mediar ninguna explicación convincente y sobre todo respetuosa de la vida humana.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.