La ciudad y sus personajes

Estimado lector, te comparto mi obra pictórica “El viajero poeta”. Esta obra representa a un ser que navega en un barco de papel y consigo trae una pluma y un tintero con el que escribe lo que va viviendo. La vida la defino como un momento en el que todos navegamos en un mismo espacio, pero con diferente sentido, a veces compartimos la barca con algunos náufragos y otras veces somos nosotros mismos los que necesitamos ser salvados en el trayecto. Lo importante es vivir, disfrutar y soñar cada segundo que dure nuestro viaje.  

Entendemos por viajar como el trasladarse de un lugar a otro, con algún fin y no necesariamente de forma recreativa. Sin embargo, refiriéndonos a los viajes turísticos, conforme avanza la tecnología lo podemos hacer de formas alternas e incluso de manera virtual. 

Thomas Cook es reconocido como el padre del turismo, ya que fue la primera persona en organizar de manera profesional un viaje a un gran grupo de personas. El 5 de Julio de 1841 este personaje realizó un recorrido para 500 individuos por ferrocarril, de Harborough a Leicester, Inglaterra, con motivo de un congreso dirigido a personas con problemas de alcoholismo.

En materia de turismo nuestro país es una potencia mundial. En el 2020 paso del séptimo puesto, a ser reconocido como el tercer país más visitado del mundo y en el año 2021 se estimó que nos visitaron 31 millones de turistas internacionales.

Dentro de la historia y en bastas obras literarias, encontramos a grandes viajeros, que de una u otra forma contribuyen a que otros más quieran conocer nuevos sitios, o alcanzar nuevas hazañas, sólo por mencionar algunos:  Marco Polo, el gran viajero veneciano en Oriente; las aventuras de Phileas Fogg, en la “Vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne y la mujer que llevo a cabo esa hazaña en la vida real “Nellie Bly”, que circunnavegó el mundo en 72 días, en enero 1890; Amelia Earhart que fue la primera mujer en hacer un vuelo solitario en el Atlántico, entre muchos otros más.  

Dice un proverbio anónimo: Los viajes se viven 3 veces: cuando los soñamos, cuando los vivimos, y cuando los recordamos.

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes.

Detente en los emporios de Fenicia

y hazte con hermosas mercancías,

nácar y coral, ámbar y ébano

y toda suerte de perfumes sensuales,

cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderás ya qué significan las Itacas.

Constantino Cavafis