Al pie de una foto
Mis favoritas sin duda son estas 3 veteranas que gozan aún de cabal salud, una impecable figura y un combativo prestigio tallado a cincel en el mármol de la historia tecnológica de la humanidad, como lo puedes apreciar querido lector en la fotografía que he tomado para conmemorar su presencia en mi modesta colección de cámaras y mostrarte un ejemplo de la sólida virtud mecánica con casi 70 años de funcionamiento.
Estoy hablando de 3 robustos modelos de cámaras formato 135 (que usan película de 35 milímetros) una marca Fed y una Zorky 1 fabricadas alrededor de 1950 con la poderosa arquitectura de un tanque militar, ambas equipadas con lentes Industar 50 mm 22/3.5 y la tercera una Zorky 4 fabricada alrededor de 1955 en plena “guerra fría” con un lente más preciso y luminoso.
¿Por qué coleccionar reliquias, libros, muebles, artefactos, arte? En mi caso llegué de manera natural a esta escena al reservar para conservar primeramente las cámaras, mis instrumentos de trabajo a medida que se quedaban cortas en los requerimientos u obsoletas en esa incesante evolución de más y mejores posibilidades técnicas para rendir a plenitud y de manera profesional en un medio muy competido.
Después se fueron sumando las cámaras de abuelos, padres y amigos para posteriormente ir agregando en azarosa selección todo tipo de ejemplares que destacan por su belleza, perfección, exclusividad, rareza, etc. Todas estas características indisolublemente ligadas a sus muy particulares historias y contextos que son los que aportan la verdadera riqueza a los objetos seleccionados por ese peculiar ser llamado coleccionista que se convierte en una especie de restaurador de ideas y conceptos al buscarles un lugar dentro de su muy particular museo emocional para explicarse su existencia y la de la humanidad a través de la creación.
Regresando con mis cámaras rusas que tuvieron origen a mediados del siglo pasado, la era de la fotografía, época llamada así por los alcances de este moderno arte popular, es común escuchar desdeñosos comentarios de esas cámaras y lentes tan solo por haber sido fabricadas en la URSS. En este caso muy particular se dice que son copias exactas de sus antecesoras, las cámaras marca Leica de fabricación alemana con una muy superior fama y por supuesto precio. Quizá sea cierto, yo no lo puedo afirmar categóricamente pues hay componentes internos como el sistema de enfoque a telemetro o la construcción de los elementos ópticos en las lentes que difieren.
Finalmente, para mí no importa porque la Leica mod. III a que poseo y es precisamente muy parecida a la Zorki 1 de la foto me sirve exactamente para lo mismo, me provoca las mismas sensaciones creativas y los resultados en fotografías impresas de ambas cámaras no muestran diferencias visibles a simple vista, por lo que sugiero que las apropiaciones o colonizaciones ideológicas siguen determinado incluso las preferencias de coleccionistas o apasionados de la historia de la industria fotográfica.
Esta reflexión me parece pertinente en estas aciagas horas en las que ocurre desde hace unos meses la vieja y tenaz guerra propagandística por la supuesta invasión rusa sobre Ucrania. Para la mayoría de la audiencia de México y el mundo de occidente adormecida y manipulada desde los medios Globales, es desconocida la guerra y campaña de exterminio que el ejército ucraniano comandado por escuadrones nazis ha emprendido desde hace 8 largos y sangrientos años contra sus propios hermanos en la zona del llamado Donbass (dentro de la propia Ucrania) con un saldo que suma más de 20 mil civiles asesinados por el simple hecho de exigir respeto a su cultura, lengua, historia y tradiciones. Esta salvaje persecución llevó a los ciudadanos ucranianos rusohablantes a pelear por su autonomía de Ucrania como pueblos libres y que recién ha reconocido el parlamento ruso.
Incluso hoy 27 de febrero de 2022 siguen los bombardeos incesantes contra zonas civiles de la Republica de Donestk y Lugansk por parte del ejército de Ucrania con apoyo de la OTAN sin que la prensa global de occidente lo reporte o mínimamente lo mencione, pues para ellos el villano favorito es el presidente ruso Bladimir Putin que dicen ha ordenado someter Ucrania al poderío de los “antiguos comunistas” a cualquier precio. Sobresale la respuesta de las autoridades chinas al expresar que no se tragan las patrañas estadounidenses y han sumado su apoyo al gobierno de Bladimir Putin al reconocer las nacientes naciones del Donbass.
Nada nuevo hay bajo el sol y estos terribles acontecimientos arrancan desde muchísimo tiempo atrás, porque entre 1853 y 1856 por esos mismos lugares franqueados por los mares negro y el de Azov la guerra de Crimea enfrentó a Francia, Inglaterra, el imperio otomano y Cerdeña contra Rusia y Grecia.
Luego en 1905 en una guerra de poco menos de un año Japón arrebató a la debilitada Rusia la zona oriental de la Manchuria y la isla Kuriles.
Después vino la primera guerra mundial con millones de víctimas ahí mismo en Europa, conflicto que terminó formando nuevos países al provocar la disolución de varios imperios incluyendo el ruso, mismo en el que inició la revolución en 1917 con Lenin a la cabeza.
Entre 1939 y 1945 la segunda guerra mundial enfrentó de nuevo a las potencias europeas que asfixiadas por una crisis más del capitalismo estaban urgidas de territorios mercados y materias primas. En esa conflagración 20 millones de muertos fue el costo tan solo para Rusia que al término del conflicto emergió como potencia mundial junto con USA.
La Guerra fría que duro 80 años empieza en 1953 y termina en 1991 con la disolución de la URSS marcando el fin del mundo bipolar.
Hoy estamos de nuevo ante una gran crisis del fin hegemónico de capitalismo salvaje o neoliberalismo marcando con ello el fin del mundo unipolar y el nacimiento del poder multipolar encabezado por China, Rusia y USA.
Es de todos conocido que en la guerra lo primero en morir es la verdad, y hoy casi la totalidad de la información está intoxicada por noticias falsas y que al parecer entre más burdas y elementales sean funcionan mejor para las masas sedientas de espectáculos mediáticos que no información. Se ha llegado al extremo de presentar escenas de combates de videojuegos aderezados con retóricas narrativas pro-estadounidenses es decir pro-Ucranianas con ridículas historias de guerreros que se sacrifican por su nación y como si fueran super héroes enfrentando en dispar contienda a los rojos come niños. Incluso la embajada rusa en México ha señalado los bulos y sesgos informativos en muchos medios como la desprestigiada Televisa.
Son tan evidentes los motivos de la guerra que hasta el corrupto hijo del presidente de USA Joe Biden ha creado de manera descarada una empresa gasera para Huachicolearle a toda Europa el necesario combustible para que la gente sobreviva el invierno ahora que ya no llegará más el imprescindible gas de Rusia.
Televisa, Milenio, el Universal y Reforma, entre muchos otros medios destacan por su famélico criterio, su contumaz alineación al imperio del dólar, generando y reproduciendo una infinita cantidad de infodemia, manipulación y propaganda de odio antirrusa que vierten metódica y cotidianamente por los diversos canales de comunicación.
Carlos García Estrada, añorado mentor, maestro de la escuela de diseño de Bellas Artes, excelso grabador de entrañable memoria me contaba con esa suspicacia e ironía que lo caracterizaba, que en el metro de la ciudad de México la gente no podía entrar o salir de los vagones del larguísimo convoy pues “los viajeros chocan entre ellos, tapándose en paso con esos enormes sombreros de charro que siguen usando, ¿como ves maestro? -me decía- seguimos viviendo en un pinche ranchote”.
Parafraseando alguna marcha en la que participé con el maestro García Estrada yo gritaría -¡Si Carlitos viviera con nosotros anduviera!- nos acompañaría describiendo con sarcasmo e ironía la retorcida estulticia, la rampante ignorancia y la escandalosa alineación mental de jóvenes y viejos “periodistas”, comunicadores, políticos, comentócratas, opinadores, youtuberos, influencers y demás que se suman a los anquilosados clichés del feroz oso comunista y su torva mirada, con la que incendia el “mundo libre”, como si la historia fuese resultado de las decisiones arbitrarias de unos cuantos y no todo lo contrario; un complejo engranaje evolutivo entre la lucha de clases, los factores económicos, los procesos de producción y el mercado.
Los invito por favor a estudiar un poco de Materialismo Histórico sí compañeros, dialéctica y marxismo para entender la historia desde otra perspectiva y vislumbrar el futuro con más luces, la neta nos hace falta.
Fernando García Álvarez
Nací enamorado de la luz y desde muy joven decidí ser artesano de sus reflejos. He sido aprendiz y alumno de generosos mentores que me llevaron al mundo de las artes y la comunicación. Así he publicado mis fotografías y letras en diversos foros y medios nacionales e internacionales desde hace varias décadas. El compromiso adquirido a través de la conciencia social me ha llevado a la docencia.
Colaborador desde el 10 de diciembre de 2021.