Periodistas Unidos
El 28 de febrero pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), le enmendó la plana al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, y resolvió que era inconstitucional detener y sancionar a los ciudadanos por un supuesto delito que estaba en el Código Penal de dicha entidad (artículo 331), que sancionaba con multa y prisión a quienes ultrajaran a la policía y/o las autoridades.
El despropósito lo había aprobado la Sexagésima Quinta Legislatura veracruzana, el 11 de marzo de 2021. Y debido a ello fueron encarcelados, en prisión preventiva, varias decenas de jarochos que, como todos sabemos, tienen un lenguaje florido y serían la delicia del maestro Renato Leduc, quien consideraba acertadamente que las malas palabras estaban en el diccionario de la anacrónica y colonialista Real Academia de la Lengua Española, y no en el lenguaje popular tan rico, variado y sustancioso.
Ultraje, según algunas concepciones, es: “Un hecho o insulto que ofende a una persona por atentar contra su dignidad, su credibilidad…especialmente cuando se hace en público y con cierta violencia”.
Y eso, según el compañero de oficio, Julio Astillero, es algo que sufrimos más los ciudadanos de parte de las autoridades que las supuestas malas palabras que empleamos cuando no resuelven nuestros problemas por años o quinquenios.
Al decir de la SCJN, el delito que se propuso, impugnado por la Comisión de Derechos Humanos de Veracruz, es violatorio de los derechos de expresión y se puede aplicar de forma arbitraria por servidores públicos tanto del ámbito policiaco como del Poder Judicial.
Viola derechos de información, además de poner en riesgo el periodismo, según el ponente, Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Y justamente es lo que hizo en ese tiempo Cuitláhuac, quien encarceló a los ciudadanos que prometió cuida y proteger, con el sambenito que por medio de ello evitaría el crecimiento de la violencia, algo que sigue en aumento en el tiempo que lleva en la gubernatura ese incompetente sujeto.
Y hablando de periodismo, todavía no sabemos quiénes fueron los autores intelectuales del asesinato de la periodista Regina Martínez (28 de abril, 2012), corresponsal de Proceso; ni se ha resuelto correctamente el homicidio de Rubén Espinosa y sus cuatro acompañantes de la colonia Narvarte (31 de julio, 2015).
En esos casos y en otros, Cuitláhuac García ha sido un cero a la izquierda. También en el combate a los diversos cárteles que se pasean como si nada por todo Veracruz.
Al conocer el fallo judicial del Tribunal Máximo, García Jiménez intentó hacer modificaciones al impugnado artículo que mutila la libertad, pero al saber que en una conferencia matutina, Andrés Manuel López Obrador dijo que “el respeto a la autoridad se gana” no por medio de leyes absurdas sino con trabajo, el señor que desconoce el poder, reculó de inmediato y dijo que aceptará la sentencia judicial.
Una muestra más de quien cree que su cercanía con el poder central le puede resolver todos los graves asuntos en los que está metido.
¡No señor, García Jiménez! Usted llegó a la silla más alta de Veracruz por el voto de Andrés Manuel, que le favoreció en un momento dado, pero eso no le posibilita que haga de un estado tan complicado y a la vez tan hermoso como Veracruz, lo que le dé la gana.
Póngase, señor Cuitláhuac, a trabajar en serio para enfrentar la violencia cotidiana que viven sus paisanos y deje en paz a quienes son unos amos del lenguaje popular: los veracruzanos todos.
Jorge Meléndez Preciado
Periodista de hueso colorado y Director de Periodistas Unidos. Estudió Economía en la UNAM y realizó estudios en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú (1969-70). Militó en el Partido Comunista Mexicano (1972-81) y fue diputado federal suplente de Gilberto Rincón Gallardo en 1977. Cuando desapareció el PCM decidió ya no militar en otros partidos. En 1975 impulsó la Unión de Periodistas Democráticos (UPD).
Colaborador desde el 29 de junio de 2021.