Utopía
A pesar de que el de las Universidades para el Bienestar es considerado por el presidente Andrés Manuel como uno de los mejores programas de su gobierno, no pareciera ser un tema que esté entre las prioridades de las muy robustas mañaneras por la dimensión de sus audiencias, tampoco de la política de comunicación de la Cuarta Transformación.
Desconozco a qué se debe la omisión, pero fue preciso que el oligopolio de la desinformación y el comentario hecho campaña opositora –más de nueve de cada 10 medios y autores, según López Obrador–, le diera vuelo a desacuerdos entre autoridades y estudiantes en algunos planteles escolares para que la directora Raquel Sosa se presentara ante colegas en Palacio Nacional con una severa gripe que a ratos le impedía hablar.
El hecho importante es, aparte de lo valioso de la denuncia incluso cuando es magnificada y hasta manipulada como lo hizo Azucena Uresti, que las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, triplicaron su estudiantado en cuatro años al pasar de 14 mil 033 a 45mil 581 y su planta docente de 623 a mil 168.
Todos los planteles, que suman 145 y al terminar el mandato de AMLO serán 200, se encuentran en regiones y comunidades de alta y muy alta marginación, de preferencia alejados de los centros urbanos. Es un programa gratuito de política pública para superar la exclusión en la educación superior, y sin costos adicionales por ningún servicio educativo a lo largo de la carrera. Explicó la socióloga e historiadora Raquel que “No aceptamos ningún condicionamiento de ingreso, en particular el examen de admisión, pero sí realizamos valoraciones diagnósticas”.
Durante los cuatro años de operación, las Universidades para el Bienestar lograron la titulación de 345 alumnos egresados; 540 más se encuentran en ese proceso y al finalizar 2022 concluirán sus estudios 1 782, informó la también doctora Sosa Elízaga. En ese periodo, la matrícula de los planteles se triplicó al pasar de 14 mil a 45 mil 581 y la planta docente, de 623 a mil 168.
De acuerdo con Obrador, el programa es uno de los mejores de la 4T, debido a que permite a los hijos de familias pobres el acceso a la educación superior y la culminación de una carrera. Y destacó el alto rendimiento de los recursos que hay, pues con 4 mil millones de pesos asignados en este periodo, se cuenta con 40 mil alumnos con la meta de 60 mil y con un muy reducido porcentaje de gasto operativo, que pasó de 1.76% en 2019 a 1.49% en 2022.
La satisfacción de Obrador con el crecimiento del programa universitario para los pobres del país es tan grade que de plano rompió con sus frases para reconocer el trabajo de sus colaboradores en el desempeño “más que de los cargos de los encargos” que les asigna, y elogió a Sosa al frente de la institución:
“Quisiera así, cien Raqueles más. Claro que ya estamos por terminar, pero es fundamental. Acuérdense que para el servicio público 90% de un buen servidor es la honestidad, mínimo; 10% es que sea inteligente, trabajador. Como la honestidad tiene que ver con las convicciones por eso no la incluyo”.
López Obrador
Y doña Raquel seguramente fortaleció su estado de ánimo afectado por la severa gripa, lo que no obstó para que reconociera los conflictos que se presentaron en sedes de la Ciudad de México y que están en vías de solución, pues se trataba de escuelas en sitios provisionales hasta su reubicación una vez que se superen problemas legales o de rehabilitación. En Tixtla, Guerrero, se dialogó con los estudiantes que se inconformaron y acordaron la construcción de un plantel.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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