Libros de ayer y hoy
Dos pueblos mexicanos Tlalpujahua de Rayón en Michoacán y Chignahuapan en Puebla, son los grandes creadores de las esferas en México. Millones se compran en esta época de navidad. Pero es curioso que metafóricamente, cuando las esferas redondean como un símbolo en todo el mundo, su presencia sea inútil. Fuera de esa solidez geométrica encerrada, millones quedan expulsados porque piensan diferente.
En muchos países, el último es el del gobierno de Perú, por ejemplo. La esfera designa la cerrazón, ese instrumento redondo que es enfrentado en la geometría, con un largo camino de análisis que queda para los expertos. Y todos terminamos viendo una bola redonda con puntos que convergen en un centro y que en materia artesanal y artística se ve maravillosa en multitud de colores.
Como similitud por esa cerrazón, es palabra que se usa constantemente para hablar de las esferas diversas que se crean en el mundo y es común leer en los medios escritos y digitales, el término esfera para aglutinar gente, proyectos o cosas en un ente cerrado. Lo acabamos de ver recientemente en los grupos ultraderechistas que se reunieron en la ciudad de México. Los iguales se encierran en una esfera, a veces de asociación, contradicción o de conspiración.
Bella redondez, pero la esfera es instrumento terrible de control
La concepción de la esfera es religiosa y existía entre las clases de la época prehispánica, y en las propias vasijas y utensilios artesanales se evidenciaba la diferencia de esas clases. Pero desde la llamada era cristiana tomaba la forma redonda el encierro de los justos, frente a los que no lo eran. Fue así como se fue creando la discriminación.
La biblia suele hablar de persecución a los cristianos de parte de los judíos y otros grupos, pero la cerrazón cristiana era terrible. No se aceptaba a los extraños. Y el propio Saulo, más tarde San Pablo, fue discriminado en sus orígenes, después de sufrir una transformación y hacerse cristiano. Las iglesias todavía son discriminatorias. Los paganos como los llaman, que son señalados por su diferente fe, son excluidos de los servicios religiosos que monetariamente ofrecen.
Una conocida egresada de la UNAM me contó como el cura de su entorno se negó a darle un servicio que era obligatorio para un acto en el que iba a participar su hija. Cuando la mujer confesó que no era casada por la iglesia, ardió Troya y fue prácticamente expulsada. Los protestantes no hacen malos quesos.
Tlalpujahua, la tierra que doblegó el vidrio y dominó la esfera
Estuve en este pueblo mágico de Michoacán, Tlalpujahua, para ver de cerca su creación que lo ha hecho famoso: la esfera navideña. Pero antes hay que pasar por la iglesia de la Virgen del Carmen un churriguero y gótico, que es parte de las grandes inversiones de los potentados mientras los pueblos morían de hambre. Como en otra época en la construcción de las espectaculares pirámides de Egipto murieron miles y miles de esclavos o más cerca en Qatar con la muerte de miles de trabajadores para construir estadios, aquí y en todo México, se repitió esa situación.
La iglesia es portentosa y abajo se yergue el lindo pueblo con gente que primordialmente vive de la vendimia artesanal. En este pueblo nació el insurgente Ignacio López Rayón, secretario de Miguel Hidalgo, algunos de cuyos descendientes aún viven por ahí. El dominio del vidrio soplado se expresa en todos los tamaños aunque a veces se distinguen entre sus exposiciones algunas figuras chinas muy evidentes.
Sorprende, fuera de las miles de esferas que se exhiben con todo su colorido y precios accesibles, la venta de árboles de navidad de plástico con precios que nos dejan estupefactos. Uno de tamaño regular, once mil 400 pesos. Pensé que valía la pena para un uso de muchos años y se evitara el corte de árboles. Pero hay quienes sostienen que los árboles de navidad siguen un programa de corte específico sin lastimar la planta, y le sirve como poda. Ojalá sea cierto.
Y para redondear la visita, en el taller del ceramista Gustavo Bernal
El redondeo que se acerca a lo esférico, lo pone en práctica el maestro reconocido Gustavo Bernal, al hacer delante de nosotros, una serie de tasas listas después para el cocimiento. No son solo muestras de segundos en la realización de una pieza, que se suma a las que ya tiene en su taller o en su sala de exposición en plena montaña de Tlalpujahua.
Jarrones, vajillas, piezas de loza de todos tipos y colores, junto con figuras de escultura en barro hechas por el maestro, que concentran la atención a la par que escuchamos sus palabras. Es un maestro artesano que da talleres gratuitos a todo el que quiera; es su aporte, dice, al deseo de despertar en los demás el amor por la artesanía mexicana frente a la comercialización extranjera que se exhibe por todos lados. Su trabajo es excelente; hombre que tiene a su vera, como paisaje arbolado propio, el enclave de un bosque que se explaya hasta un laguito de patos.
Contemplamos las maniobras de estos seres con alas que a veces se portan peleoneros, pero en esta ocasión no. Hacen como en un juego el cambio de sus colores ellos mismos y siguen rutinas que parecen planeadas, para hacer como su dueño el maestro ceramista, el arte en el que cada quien, tiene en su propia maestría.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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