Diario Ejecutivo
La comparecencia de Héctor Villarreal Hernández, ex secretario de Finanzas de Coahuila, cuando era gobernador de esa entidad Humberto Moreira Valdez, vino a confirmar lo que era un secreto a voces: los poderes fácticos (incluyendo posiblemente al narcotráfico) financian más a los medios que los poderes legalmente establecidos.
El exfuncionario coahuilense testificó que Genaro García Luna acordó pagar 25 millones de pesos mensuales al propietario de lo uno de los principales periódicos capitalinos para contrarrestar “rumores” sobre los vínculos del entonces secretario de Seguridad Pública con integrantes del cártel de Sinaloa.
El testigo cooperante aseguró haber estado presente en el pacto y ser parte actuante en el sistema de corrupción de Moreira Valdez que habría generado más de 200 millones de dólares en fondos ilícitos y que tuvo que ver con el “moreirazo” como se le llamó al crecimiento de la deuda pública de la entidad en dicho sexenio.
En la comparecencia ante el juez Brian Cogan, de la corte estadounidense en Nueva York, Héctor Villarreal detalló (y presentó un documento al respecto) que entregó más de 10 millones de pesos a El Universal como un arreglo entre Moreira y García Luna.
La información no es de extrañar, pues desde hace años persiste la creencia de que algunos medios de comunicación reciben dinero de grupos fácticos. En este caso García Luna actuaba como poder fáctico, pues no hay indicios de que lo hiciera de manera oficial como funcionario público.
El documento señala que “El Universal Compañía Periodística Nacional” habría recibido 11 millones 500 mil pesos por concepto de “publicidad de campaña de rescate del turismo 2009” y está fechado el 24 de junio de 2009. El dinero supuestamente era parte del acuerdo de 25 millones de pesos mensuales para limpiarla imagen de García Luna.
Desde luego El Universal ha negado las acusaciones. En su editorial de este martes indica: “En el juicio a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad, ayer se dieron afirmaciones que involucran a esta casa editorial en un presunto pago de sobornos por parte del exfuncionario federal, lo cual es totalmente falso, y que no se sostiene ante una simple revisión de varios hechos”.
Fuera del hecho en sí y de todos los horrores de corrupción que están saliendo en el juicio de García Luna, quizá valga la pena analizar las cantidades, sean o no ciertas pero sí por lo menos creíbles para una parte de la sociedad.
El testigo mencionó que esa campaña para lavar imagen tendría un costo de 25 millones de pesos mensuales, es decir 300 millones de pesos al año, lo cual es una cantidad bastante respetable que seguramente habría ingresado al diario sin incorporarse a la contabilidad de la empresa. Es decir una operación fáctica, con dinero real, por parte de un poder fáctico.
¿Qué significaban 25 millones de pesos mensuales para ese diario?
Nada más para ponerlo en contexto, la revista Contralínea que dirige Miguel Badillo (quien por cierto fue columnista de El Universal en algún momento de su vida), realizó un reportaje sobre el gasto de publicidad de tres dependencias gubernamentales durante 2008, meses antes del documento en cuestión.
En él explica que de acuerdo con las órdenes de inserción emitidas en ese por las secretarías de Gobernación (Segob), Salud (Ssa) y Hacienda, las tres dependencias gastaron en publicidad en medios impresos 75 millones 934 mil 213.37 pesos. En lo que respecta a los periódicos, de estas tres dependencias recibieron 47 millones 903 mil 89 pesos. Ocho grupos editoriales concentraron poco más de la mitad de estos recursos.
Y ahí detalla los ingresos de cada uno de esos medios por publicidad de esas tres secretarías. En el caso del periódico que preside y dirige Juan Francisco Ealy Ortiz señala textualmente “El Universal Compañía Periodística Nacional, SA de CV, que imprime los rotativos El Universal y El Gráfico, recibió tres millones 485 mil 210.9 pesos”.
Es decir que de tres dependencias del gobierno federal en 2008 El Universal recibió menos de cuatro millones cuando de García Luna habría recibido 300 millones y si necesidad de realizar engorrosos trámites.
Otro dato para contextualizar. De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, El Universal recibió un total de dos mil 92 millones de pesos en 18 años de los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, de los cuales 368 millones fueron en el periodo calderonista.
Esto significa que en tan solo un año del acuerdo tras bambalinas con García Luna, El Universal habría ingresado más de lo que recibió en cuatro años de gobierno de Calderón. Es decir que un poder fáctico entregaba más dinero a ese medio que el gobierno federal.
¿Sucedió lo mismo con otros medios? Me atrevo a pensar que sí, aunque en magnitudes diferentes.
¿Por qué digo que los poderes fácticos financian más a los medios que el Gobierno Federal? Porque, según investigaciones propias, nada más los bancos invertían en publicidad alrededor de 15 mil millones de pesos anuales, en el momento en que Enrique Peña Nieto destinaba 10 mil millones de pesos anuales.
Y eso sin contar con otra publicidad privada como la de las empresas de telecomunicaciones, alimentos y bebidas, automóviles y otras más que, en conjunto, creo yo, destinan alrededor de 25 mil millones de pesos anuales a ese rubro.
Si bien esta publicidad es no solo legal sino necesaria, responde a uno de los poderes fácticos más importantes: el poder privado.
Ahora imagínese lector ¿quiénes están detrás del financiamiento a los medios? En efecto, los poderes fácticos como el privado o, como se dio a conocer en la comparecencia neoyorquina, poderes fácticos como el del narcotráfico.
(Por cierto, en la comparecencia del martes, el ex procurador de Nayarit Édgar Veytia señaló al ex presidente Felipe Calderón de haber ordenado proteger al Cártel de Sinaloa.
Pregunta el filósofo del metro: ¿A qué huelen los billetes sucios?
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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