Utopía
La demanda de la dirigencia del Partido Acción Nacional para que el gobierno de la Cuarta Transformación retome la colaboración con la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés) en los términos en que la desenvolvieron Vicente Fox y Felipe Calderón durante la docena trágica (2000-12), tiene la virtud de actualizar preguntas que esperan respuestas de autoridades estadunidenses.
Lo novedoso es que se plantearon en Palacio Nacional y lo hizo el presidente Andrés Manuel el lunes 13, así: ¿Cómo confiar en la DEA? ¿Lo han hecho muy bien? ¿Cómo no se dieron cuenta de lo de García Luna tanto tiempo? Ojalá y antes de que García Luna pueda convertirse en testigo protegido, digan qué sabían de él y de sus jefes. ¿Por qué se han quedado callados?
No faltó la referencia a la destitución Nicholas Palmeri, director de la DEA en México, por sus vínculos con abogados de narcotraficantes. “¿Qué pasó? ¿Por qué no nos informan?” Preguntó López Obrador, la remoción ocurrió hace un año y trascendió hasta enero pasado.
Por lo visto la dirigencia panista extraña el atrabiliario trato de las agencias gringas a Fox y Calderón, tiempos en que la Secretaría de Marina “era dirigida por la DEA”, de acuerdo con Obrador, cuando los agentes “se metían hasta la cocina” de la nación.
En el discurso predominante al sur del Bravo, no existen estructuras criminales, todo opera desde territorio mexicano donde perversos capos, lugartenientes y expendedores seducen a consumidores y abastecen el mercado más extenso, adicto y solvente del mundo. De allí la pertinencia de las expresiones de AMLO: “Es como si llegara la droga en submarinos, ¿no? Ahora que están de moda los globos, bajan, ¿no?, toneladas de droga a Estados Unidos con marcianos. Allá, como está todo tan avanzado, se pide por internet y se surte, y es una red invisible. ¿Allá no hay narcotraficantes? ¿Cómo le llega al joven la droga? ¿Quién le vende? ¿O es nada más acá? Y de eso no hablan, Allá es como El castillo de la pureza”.
Baste mencionar el contrabando realizado por la oficina de Control de Armas, Tabaco y Armas de Fuego, con el pretexto de rastrear las rutas de aprovisionamiento de fusiles de asalto por parte del Cártel de Sinaloa. Entre 2009 y 2011, la DEA ayudó a la misma organización delictiva y La Familia Michoacana a lavar millones de dólares e incluso les cobró una comisión por dichas operaciones ilícitas (The New York Times, XII-12). Esa misma oficina facilitó operaciones de compra de siete toneladas de cocaína en EU. El pretexto fue semejante que el del contrabando de armas, con tales actos obtendría información para desmantelar al grupo criminal. En 2020, Roberta Jacobson, exembajadora de EU en México, declaró que Calderón y Washington tenían información acerca de las actividades delictivas de Genaro García, pero los gobiernos mantuvieron una estrecha colaboración en una guerra contra las drogas que produjo cientos de miles de muertes, heridos, desapariciones y desplazados en nuestro país. Y no redujo el tráfico de estupefacientes a EU y se multiplicaron las bandas mexicanas.
Por lo anterior y más fue pertinente que el gobierno de la 4T diera por terminada en abril de 2022 la colaboración entre la DEA y una unidad de investigación de México. Todo lo contrario a la propuesta del PAN y Marko Cortés, a contrapelo de Calderón quien desde Madrid dictó una cátedra de doctorado en cinismo: “En lo personal, tengo muchas dudas del veredicto” contra García Luna.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.