Utopía
El principal objetivo de la Administración de Control de Drogas, del Departamento de Justicia de Estados Unidos, es a partir del informe de evaluación de actividades y retos internacionales que acaba de emitir, el desmantelamiento de los denominados cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, que operan en más de 40 países.
Al dar a conocer el informe de las actividades realizadas por las 93 oficinas en el extranjero –incluidas 11 en México– la administradora de la Drug Enforcement Administration, Anne Milgram, subrayó que el CS y el CJNG están “traficando fentanilo y metanfetaminas que causan daños catastróficos en comunidades de EU” (más 80 mil muertes anuales), y que las operaciones la DEA “son críticas para derrotar esta amenaza”.
En septiembre de 2022, destaca el informe, la DEA estableció equipos enfocados en el CS y CJNG, las dos redes criminales que “representan la amenaza más grave a la salud y seguridad de las comunidades” de USA. El objetivo es “degradar y desmantelar a esos dos cárteles”.
Llama la atención la sincronía de la directora de la DEA con las voces de legisladores republicanos que en campaña preelectoral exigen que los dos grupos sean declaradas “terroristas” para que las fuerzas armadas de EUA incursionen en México cuando lo juzguen necesario y conveniente para los intereses imperiales del país más injerencista e intervencionista desde 1846, como consta a los mexicanos.
La evaluación de 50 páginas y dos años de elaboración es la primera en 50 años, costó 1.4 millones de dólares y brinda 17 recomendaciones. El enlace es:
https://www.dea.gov/sites/default/files/202303/DEA%20Foreign%20Review%20Report.pdf
El origen del informe de la DEA está vinculado con sus corruptelas, puestas al descubierto por la agencia estadunidense AP, en 2021, en torno a la extensa corrupción de un agente ahora encarcelado, que usó fondos de la misma y pagos de capos para darse una vida de súper lujo.
En la misma evaluación se reconocen “incidentes críticos”, involucrando a las operaciones extranjeras de la DEA en México, Honduras, Colombia y Haití. En algunos de esos incidentes hubo inteligencia dañada y muertes de civiles.
Por ejemplo, el caso del agente José Irizarry, que llevó a la elaboración del informe, solamente se aborda de manera muy escueta. En 2020, Irizarry se declaró culpable de lavado de dinero y fraude al abusar de su puesto en Miami, Florida (USA) y Colombia para robar 9 millones de dólares de la DEA; además aceptó pagos por integrantes del crimen organizado. El señor fue sentenciado a sólo nueve años de prisión.
Otro ejemplo que aborda el informe es sobre el excomandante de la Policía Federal mexicana Iván Reyes Arzate, quien después fue jefe de unidad de inteligencia de la DEA en México, y se declaró culpable de acusaciones presentadas en Illinois por obstrucción de la justicia y conspiración para bloquear una investigación de la DEA. Después Arzate fue acusado de más cargos en Nueva York por conspiración de tráfico de cocaína al recibir sobornos de cárteles de la droga y compartir información de la agencia con ellos. Pero no aborda el caso de Nicholas Palmeri, director regional de la DEA en México, quien en forma “discreta” fue cesado de su puesto por contactos indebidos con abogados de narcos.
Y más casos de la corrupción en la DEA, misma que el informe aborda superficialmente, para meter la basura debajo de la alfombra, como acostumbran los que venden el relato de que en USA no hay cárteles, capos y burreros; las drogas se distribuyen solas.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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